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El duhaldismo se preocupó especialmente ayer por descartar cualquier debilidad del futuro presidente, pese a que asumirá con apenas el 22% de los votos, mientras comenzó intensos contactos con el nuevo mandatario y otras fuerzas políticas para garantizar un tránsito ordenado hacia la nueva administración, especialmente en el Congreso.
En la Casa Rosada se desarrollaba anoche una reunión para evaluar los próximos pasos institucionales y la búsqueda de consensos políticos para el próximo gobierno de Kirchner, según dijeron fuentes oficiales.
En el encuentro participaron el titular provisional del Senado, a cargo interinamente del PEN, José Luis Gioja, el presidente de Diputados, Eduardo Camaño, el ministro del Interior, Jorge Matzkin, y los legisladores peronistas Miguel Angel Pichetto y Oscar Lamberto.
También visitó ayer la sede gubernamental el titular del radicalismo y gobernador chaqueño, Angel Rozas.
El jefe de Estado dijo que "esperaba la renuncia" del ex mandatario porque "nunca respetó las instituciones", aunque reconoció que la decisión de Menem de no dar la pelea final contra el santacruceño Néstor Kirchner perjudica la imagen del país en el exterior.
"En nuestro país todos saben que no participa porque iba a ser una derrota catastrófica. Esto nos viene mal en el exterior y en la consolidación de un proceso (electoral) en que los argentinos dimos una lección de civilidad en los últimos días", sostuvo Duhalde, en declaraciones realizadas en Uruguay.
El primer mandatario afirmó que Menem "ha defraudado a la opinión pública, a quienes lo votaron y a la imagen de Argentina en el exterior" y destacó que con su deserción para competir en la segunda vuelta electoral se "ha consagrado la fórmula Kirchner-Scioli".
Duhalde recibió la noticia de la renuncia del ex presidente mientras cumplía una visita de Estado en Montevideo, donde mantuvo ayer la última reunión de trabajo con su colega uruguayo, Jorge Batlle, antes de concluir su mandato el próximo 25 de mayo.
El jefe de Estado estuvo en la capital uruguaya acompañado por su esposa, Hilda "Chiche" González de Duhalde, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, y el canciller Carlos Ruckauf, y recién hoy está previsto su regreso a Buenos Aires. Desde la víspera, cuando comenzó a rodar fuertemente las versiones sobre la renuncia de Menem al ballottage, distintos voceros y funcionarios del gobierno empezaron a hablar del "final político" del ex presidente y dirigente riojano.
"Una cosa es perder hidalgamente manteniendo por lo menos el caudal de votos logrado en primera vuelta, pero si renuncia no puede hablar más, es como (Fernando) De la Rúa o (Raúl) Alfonsín que quedaron bajo tierra" tras abandonar anticipadamente la presidencia, sostuvo un vocero gubernamental Un ministro también consideró que "de esta forma, Menem declara su final político", tras confesar que hasta último momento no creía que tomara esta decisión porque "era la persona de mayor vocación de poder que conocía".
Las últimas encuestas que manejaba el gobierno hasta ayer indicaban que Kirchner se impondría sobre Menem por "entre 35 a 40 puntos".
Voceros de la Casa Rosada también se preocupaban en negar que el gobernador santacruceño asumirá el poder en una posición de debilidad porque en la primera vuelta electoral sólo obtuvo el 22% de los votos y quedó segundo, detrás de Menem.
"La elección ya estaba ganada. El domingo era un acto formal. Kirchner asume con lo que tiene y no pierde legitimidad. El tema es cómo queda Menem tras su decisión de no presentarse en el ballottage", evaluaron las fuentes oficiales. Un importante integrante del Gabinete Nacional reconoció que el problema se plantea, en realidad, hacia fuera del país . "Dentro del país no hay problema. Nosotros asumimos sólo con la decisión de la Asamblea Legislativa", recordó.
Desde el ala política del gobierno insistían desde anoche sobre la "necesidad urgente" de plantear una nueva jefatura del PJ, luego de la disgregación que este turno electoral planteó en el seno del peronismo.
Duhalde dijo que cree que "la historia juzgará muy mal" la decisión de Menem y aclaró que "no afectará para nada" la gobernabilidad de la República Argentina, porque "Kirchner tiene una imagen en la sociedad muy consolidada".
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