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Llegó la hora de la verdad para una competencia

Increíble, pero real

El británico Richard Burns (Peugeot 206) fue uno de los que deleitó al público en el shakedown previo a la prueba.

VILLA CARLOS PAZ (Enviado especial).- Golpe bajo. Gabriel Pozzo se quedó afuera del Rally de la República Argentina por la imprevista rotura del motor de su Skoda y por los sinvergüenzas que antenoche le robaron todo el sistema de computación de su auto.

El cordobés fue a cumplir ayer con el shakedown, pero en la segunda pasada, en la cuarta curva, su auto golpeó contra una piedra y el chapón protector del cárter le tapó la bomba de aceite.

Sin "lubricantes", el motor del Skoda se rompió. El equipo quiso repararlo, pero como también había tenido un prblema Didier Auriol, aseguraron que el francés estuviera en línea de largada.

"El mío no hubo forma de reparalo porque si lo hubiésemos realizado no contabamos con la computadora y toda la adquisión de datos porque iba a utilizar una evolusión anterior", le explicó pesadumbrado Pozzo a "Río Negro" apenas conoció la noticia. Luego aseguró que se reunirá en las próximas horas con los integrantes del equipo para ver si podrá estar en la prueba de Chipre.

Sorpresivamente y cuando miles de aficionados, unos se dirigían para el Pro-Rácing y otros para el Valle de Punilla, la prueba se quedó sin uno de sus ídolos.

En definitiva, todos nos quedamos con las ganas de verlo a Pozzo otra vez en lo máximo del rally mundial, pero también en una lucha no declarada, pero sí puesta de manifiesto por ambos con Gabriel Raies en su despedida de la actividad.

Shakedown: El escenario fue maravilloso. El tramo de San Esteban, de cuatro kilómetros tuvo de todo. A la izquierda de los pilotos, cañadones. A la derecha, alambrado o árboles. En el medio del especial un vado con agua, lomo y un par más de sectores donde se castigaba mucho el auto. Esto fue el shakedwon, donde los equipos oficiales pusieron a punto sus autos para el Rally de la República Argentina. Fue tan bueno el espectáculo que valió la pena el madrugón, el frío y hasta las incomodidades para poder ubicarse por la gran cantidad de aficionados, muchos de los cuales se ubicaron antenoche.

La espera se hizo larga. Mucho se tuvo que trabajar para acomodar a los aficionados. Era un tramo de ensayos, pero a fondo.

Y poco después de la hora señalada, se escuchó la primera ovación. Fue cuando apareció el francés Didier Auriol, con uno de los Skoda, a pura velocidad, levantando piedras y demostrando que se acuerda de manejar.

Después apareció el resto. El finlandés Markus Gronholm dejó una parte del faldón de su Pegueot 206 después de un lomo. Enseguida su compatriota

Tommi Makinen casi le saca por arriba del capot los amortiguadores a su Subaru.

Uno a uno fueron mostrando su manejo y las cualidades de sus autos el resto de los que serán los verdaderos protagonistas de esta nueva edición de la mítica prueba que comenzó anoche con los dos especiales en el complejo Pro-Rácing.

Fueron cuatro horas donde una verdadera multitud pudo disfrutar a pleno de un espectáculo inolvidable.

A pura adrenalina. Todo esfuerzo que se hizo para estar en ese lugar valió la pena.

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