Lunes 14 de abril de 2003
 

Cada vez es más difícil "viajar bien" en colectivos de la región

 

Tardanzas, ómnibus repletos, suciedad y falta de comodidades, son las quejas.Del otro lado, el principal argumento es que la tarifa está congelada desde 1992.

 
Las esperas, los incumplimientos de horario y viajar parados, son las cosas que más molestan a los usuarios del colectivo que cumple el servicio interurbano en el Alto Valle.
ALLEN (AA).- Viajar en colectivo por la región, desde cualquier punto ubicado entre Neuquén y Villa Regina, sigue trayendo por estos días nuevos dolores de cabeza para más de un pasajero que -sin más alternativas- debe treparse al único servicio de transporte público de pasajeros que existe en todo el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, para llegar a destino.
Principalmente, aquéllos que deben unir varios trayectos mirando de reojo a aquellos que "sí" pudieron conquistar un asiento vacío, a esos que tal vez tuvieron que perder menos tiempo en las paradas o aquellos otros que pueden sobrellevar (siempre mejor que uno) esos calores insoportables de verano o las bajas temperaturas (sin siquiera tiritar) de los "fresquetes" del invierno patagónico.
Es que recorrer hoy las rutas valletanas a bordo de los colectivos de la única línea que ofrece el servicio interurbano: la empresa Ko-Ko, se convirtió para muchos en un drama cotidiano, difícil de sortear. Con muy pocas unidades en camino -frente a una suba inesperada en la demanda- otras escasamente acondicionadas y un servicio que no es el mejor, según rezan las quejas de muchos usuarios, los trastornos suben al colectivo a la par de cada uno de los pasajeros.
El propietario de la firma de los colectivos Ko-Ko, Julio Kopprio, admitió que la crisis dejó sin respiro a las empresas del transporte. Lógicamente, esto repercutió en la calidad del servicio, dejó entrever, aunque ahora se "está trabajando" para reorganizar y mejorar la prestación del servicio acorde a la nueva demanda, aseguró además. Una de las medidas que se tomó es incorporar media docena de unidades nuevas.
"Esta es la peor crisis en la historia del transporte", argumentó el empresario, así que lo estamos haciendo para seguir adelante "es una patriada", sostuvo. (Ver aparte) Desde la Dirección de Transportes -delegación Roca-, se indicó que las quejas que se escuchan o se leen a menudo en los diarios, "son muchas" pero poco y casi nada se puede hacer porque no se "formalizan" en la delegación.
Sabrina Gómez, una estudiante veinteañera que recorre la zona numerosas veces durante cada semana, criticó el servicio y opinó que debería ser un poco mejor: "no de lujo" -resumió sus pretensiones- "pero sí mejor. Que uno pueda viajar sentado, cómodo y que no se muera de frío en invierno o de calor en verano, que esté limpio. ¿Es mucho pedir cuando uno paga su boleto?", se preguntó la joven.
Cada día más de 6 mil personas se mueven a través de los colectivos de Ko-Ko, empresa que se convirtió desde hace poco más allá de la última década en la única prestataria de este servicio público en todo el Alto Valle.
"¿Cómo puede ser que dejen subir tanta gente?, se preguntó Germán (con un apellido estilo alemán imposible de escribir) aferrado de cuerpo y alma al respaldo de uno de los asientos, para no perder el equilibrio en cada frenada. "¿Y si pasa un accidente, qué...?. Nos vamos a hacer torta", dice inquieto y se responde sin perder la calma. "Vamos por la ruta y nadie nos para. La policía mira, pero tampoco hace nada...", agregó.
A través de un convenio firmado en el año 1993, la Dirección provincial de Transporte delegó en la Policía de Río Negro un poder de fiscalización y control sobre los transportes, aseguró Villani, director de Transporte de Roca. Sobre las rutas, el personal de destacamento de Tránsito tiene la facultad de controlar cómo viaja la gente, puede hacer multas y hasta secuestrar una unidad en falta. Desde el puesto de Roca -que cubre desde Allen a Godoy- se indicó que los controles se realizan. "Verificamos que los vehículos estén habilitados por Transporte, si no lo está se lo saca fuera de servicio", sostuvo el jefe del destacamento, Félix Pereyra. Durante los últimos años no se produjo el secuestro de ningún colectivo, recordó.
"El transporte público es un tema que debemos manejar con mucha sutileza", aseguró Pereyra, "porque a nadie le gustaría que lo hagan bajar y quedar en medio del camino".
Un hombre de unos 40 años viaja hacia Cipolletti. Sólo se limita a tratar de "achicarse" dentro del escasísimo espacio donde está parado, cada vez sube más gente. Parece distraído por el paisaje que emerge de la ruta, y ni siquiera se queja. Es que prácticamente el hombre viaja con la nariz pegada al parabrisas y desde allí mira "todo" con una nitidez increíble. Pero también con un peligro latente. Esto pasó, por caso, el viernes 14 de marzo en el micro de "servicio rápido" NÂș 22, que debía pasar por Allen a las 8:50 -aunque lo hizo cerca de las 9:15- con un pasaje que casi duplicaba su capacidad.

Silvana Salinas
rnconsumidores@rionegro.com.ar

   
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