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Soldados británicos recorren las que hasta poco antes fueron trincheras de los iraquíes, en Basora.
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BASORA, Irak (AFP/DPA) - Las tropas británicas que rodean la ciudad de Basora desde hace diez días controlan la "mayor parte" de la localidad gracias al avance realizado por los soldados en las últimas horas, informó ayer a los periodistas el coronel Chris Vernon, portavoz del Ejército británico.
Entre 300 y 400 milicianos iraquíes murieron en los enfrentamientos con las tropas británicas que avanzaban sobre la ciudad, según informó una corresponsal de la cadena BBC.
"Controlamos la mayor parte de la ciudad pero no por completo. Hay algunos lugares como la ciudad antigua en donde no estamos presentes", afirmó. Según él, poner tanques en esta parte de la ciudad sería "delicado".
"Actualmente tenemos grupos de combate aquí (en el sur), en el centro y en el norte. Es decir, hay tres frentes", aseguró en la base británica situada a las puertas de la ciudad.
Ayer por la mañana, cerca de 40 tanques y blindados británicos avanzaron hacia el centro de Basora y neutralizaron diversos focos de resistencia iraquí, informó el capitán Michael Garraway.
El responsable militar británico explicó que las condiciones "no permiten" enviar soldados a pie a las calles de la ciudad, la segunda del país después de Bag-dad, que está rodeada por las tropas británicas desde hace 10 días. "Por ahora estamos abriéndonos paso.
Las operaciones consisten en ataques (terrestres y aéreos) contra las posiciones ocupadas por el enemigo y después volvemos a nuestra base", explicó.
Desesperados
Iraquíes dispuestos a morir por Saddam, cadáveres en las calles, la población civil convertida en rehén de un pequeño grupo de milicianos: los testimonios de los habitantes de Basora mostraban ayer que la resistencia en el cen-tro de la ciudad es desesperada.
"Sólo el centro de la ciudad resiste, no hay soldados, sólo milicianos que están dispu
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Un helicóptero Gazelle sobrevuela uno de loscampos petrolìferos cerca de Basora.
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estos a morir antes que a abandonar Basora", aseguró Mohammad, un ingeniero mecánico que abandonaba la ciudad este domingo.
"Todos los días vemos a los tanques entrar y después retroceden", lamentaban los vecinos que abandonaban la ciudad ayer. Las historias de todos ellos son contradictorias y muchas veces poco creíbles.
Algunos hablan de hospitales rebosantes de heridos, de milicianos escondidos en las casas exponiendo a las familias a la muerte, de edificios enteros destruidos y de centenares de ciudadanos que caminan por la calle con las manos en alto hacia los tanques o esperan en sus casas que las tropas entren a liberarlos definitivamente.
"Los milicianos están escondidos en las casas particulares. Gente inocente puede morir. Muchos nos obligan a luchar. Frente a eso ¿qué podemos hacer? Huir", asegura Ahmad, que sale de la ciudad en dirección Al Zubair donde lo espera su familia.
Muchas de la personas que abandonan Basora no están escapando de los enfrentamientos. Han venido sólo a buscar a sus familias, pertenencias personales y algunos incluso han saqueado casas u oficinas y salen con los automóviles cargados de objetos inverosímiles: colchones, computadores, lavadoras, mesas, sillas y hasta ganado.
Según los habitantes, los tanques británicos han llegado en las últimas horas hasta el hospital de la República, cercano al centro de esta ciudad. Todos coinciden al afirmar que los británicos han realizado ataques aéreos precisos y certeros contra sedes del partido Baas, en el poder en Bagdad, o contra lugares donde se atrincheran los milicianos.
Tropas de EE. UU. en el centro de Kerbala, tras duras batallas
KERBALA, Irak (Reuters) - Avanzando barrio por barrio, las tropas de Estados Unidos entraron el domingo en el centro de la ciudad santa chiíta de Kerbala, tras pelear duras batallas con paramilitares iraquíes que amenazan las líneas de abastecimiento hacia Bagdad.
En medio de un calor abrasador, los tanques del ejército de Estados Unidos se movilizaban por las polvorientas calles y los helicópteros de reconocimiento pasaban a poca distancia de los tejados, identificando las posiciones de los francotiradores.
En tierra, las tropas se cubrían en puertas y muros mientras pasaban cerca de cadáveres de iraquíes, algunos destrozados por el fuego de artillería, en el centro de la ciudad.
Decenas de iraquíes y soldados estadounidenses murieron el sábado en una intensa batalla que se prolongó hasta la noche, pero la resistencia se debilitó ayer y las fuerzas de Estados Unidos parecieron haber controlado a los paramilitares Fedayines leales al presidente iraquí, Saddam Hussein.
A primera hora de la tarde de ayer, la ciudad estaba relativamente tranquila. "Creo que vieron lo que sucedió ayer (por el sábado) y decidieron replegarse", dijo el capitán James McGahey de la 101 División Aerotransportada. No obstante, aún quedaba alguna resistencia ayer.
Un potente cruce de disparos surgió cuando paramilitares aparecieron en los tejados y las puertas de viviendas de las estrechas calles de la ciudad. "No creo que tengan ninguna oportunidad, para ser honestos, ya que tenemos una potencia de fuego abrumadora. Pero ellos tienen balas todavía", dijo el sargento Todd Morton, quien mató a un guerrillero iraquí cuando éste trató de saltar hacia un búnker defensivo. Los soldados de Estados Unidos sudaban mucho mientras cruzaban corriendo intersecciones y evitaban el sol bajo la protección de los muros de la ciudad. "No estamos habituados a este tipo de clima. Hace calor ahí fuera, es atroz", dijo el sargento Travis May.
La lucha en Kerbala siguió a una operación similar en Najaf, otra ciudad santa chiíta en el centro de Iraq, para acabar con los paramilitares y otros combatientes leales a Hussein que podrían amenazar las extensas líneas de suministro desde el sur.
(Reuters)
Los "fedayines", combatientes de Saddam
Tanto en Basora como en Kerbala, y seguramente en Bagdad, los combates entre iraquíes y estadounidenses se desarrollan en las ciudades. Y además de la guardia republicana, los soldados aliados tienen que enfrentar a un ejército fanático y leal: los "fedayines".
Son un ejército paramilitar de 40 mil hombres, dispuestos a todo por defender el régimen de Saddam Hussein y el Islam. Los llaman los "mártires de Dios" o la "gente del sacrificio" y son los que están enfrentando la infantería aliada con una guerra de guerrillas.
Considerados héroes, los fedayines han logrado confundir a los invasores, los han enfrentado a la población y los han llevado a una desgastadora guerra de guerrillas urbana.
Los fedayines fueron creados por Uday Hussein en 1995. Al año siguiente pasó a manos de Quday, pero el hermano mayor recuperó el mando hace poco para organizar la guerra irregular mientras Quday se hacía cargo de sus múltiples tareas militares y civiles.
Era un cuerpo de unos 10.000 a 15.000 hombres, reclutados en las regiones más fieles a Saddam y sobre todo en la de Tikrit, su ciudad natal dominada por su tribu. Su objetivo era controlar el contrabando, que no fuera el de Saddam y sus allegados, y sobre todo reprimir la oposición. Se le acusa de ejecuciones extrajudiciales, tortura y actos de extrema crueldad como una campaña contra la prostitución en la que decapitaron a doscientas mujeres y obligaron a sus familias a exhibir las cabezas.
Los fedayines, ahora entre 30.000 y 40.000 no están solos en la resistencia. Las otras fuerzas milicianas son los "Cachorros de Saddam", niños de 10 a 16 años con entrenamiento militar; una fuerza de voluntarios hombres y mujeres, las "Brigadas de Jerusalén", grupos de defensa civil a lo largo y ancho de Irak; la Organización de Seguridad Especial, que vigila a las demás agencias de seguridad, y otro cuerpo de vigilancia de los civiles, ambos con brazos paramilitares; y finalmente cuadros del partido Baath. (Redacción) |