Lunes 28 de abril de 2003
 

Un día que ya fue...

 

Por CarlosTorrengo

  Apareció la Argentina oculta. La que no tenía impronta muy fuerte en las encuestas.
Y entonces, resolvió el desafío.
Habló sin eufemismos: guste o no, en materia de votos manda el peronismo. A escala nacional mantiene su condición de hegemónico a la hora de las urnas.
Y esto es así aun admitiendo que los tres candidatos que presentó el peronismo también tuvieron votos ajenos a esa pertenencia.
Pero esto no invalida la dimensión de aquel poder.
Este es el dato más incontrovertible que emerge de las elecciones de ayer.
Se puede discurrir sobre el grado de cohesión que tiene este peronismo. E incluso ratificar que en su interior hubo una implosión. Y sostener que el partido está serpenteado por diferencias con pronóstico grave.
Pero lo concreto es que ayer la presidencia se dirimió entre peronistas.
Y como los goles, votos son amores.
¿Qué sucedió en Río Negro?
Al borde del cierre de esta edición hay que apurar conclusiones. Veamos:
* No sorprende el triunfo de Néstor Kirchner. Este diario incluso lo anticipó hace algo más de un mes vía una encuesta. Ahora, al ganar, no parece aventurado afirmar que una inmensa franja del peronismo rionegrino esperaba algo distinto a Carlos Menem para definirse. En este peronismo, Menem siempre fue una figura de ida y vuelta. Acá, el partido jamás le perteneció visceralmente al ex presidente. El momento de mayor poder de Menem sobre este peronismo le devino al riojano en el invierno del "88, cuando le ganó a Antonio Cafiero la caliente interna por la candidatura a presidente. Días en que Carlos Soria definió al menemismo como "el Arca de Noé". Después de ese entrevero, la lealtad de este PJ con Menem sólo fue pétrea a la hora de luchar por la Casa Rosada.
* El triunfo de Kirchner no parece destinado a generar ninguna tormenta de manejo complejo en el frente interno del PJ provincial. La segunda vuelta tensionará al partido, por supuesto. Todo el país quizás se tensione al candombe que el peronismo le pondrá al ballottage. Pero, existen razones para advertir que no hay ninguna posibilidad -por caso- de que, de ganar el santacruceño la segunda vuelta, pueda meterse en cuestiones que ya tiene decidido el PJ rionegrino. La candidatura a gobernador, por caso. Tiene un propietario legítimo: Carlos Soria. Pero siempre hay espacio para la utopía. Y ahí se ubican quienes creen que un Kirchner en la Rosada podría bajar el dedo en favor de su más entrañable discípulo en este PJ: Eduardo Rosso. Este fue el dirigente del PJ que más trabajó en Río Negro en favor de Kirchner. Mucho más que los máximos dirigentes del partido que adherían al santacruceño. Y fue la fuerte inserción que Rosso tiene en Viedma la que garantizó que ahí Kirchner arrasara en las urnas. Pero Kirchner se lo dijo el lunes anterior a Soria: "Sos el candidato y yo respeto lo decidido por el partido". Y luego le acotó: "Y para que veas que cumplo, el cierre de mi campaña en la Patagonia para la segunda vuelta lo hago en Roca".
* La elección denuncia además que la suerte de Carlos Menem en tierra rionegrina está sellada. El aporte que desde acá le hagan en la segunda vuelta a su sueño de volver a la Rosada, será exiguo.
* Y la elección de ayer mostró patéticamente la degradación de poder que define al radicalismo a escala nacional. La candidatura de Leopoldo Moreau fue ignorada incluso por el grueso de los 40.000 afiliados que tiene aquí el partido. Es una estocada muy profunda al prestigio del partido en estos lares. Pero no confundirse: no necesariamente este desplome traccionará negativamente las posibilidades del partido de mantener la gobernación de la provincia. En ese juego, hay otros actores e intereses dispuestos al todo y nada. Pero la incógnita igualmente está abierta.
* El partido radical quedó vacío de votos. ¿Hacia dónde rumbearon? Hacia Ricardo López Murphy y Elisa Carrió. Al cierre de esta edición ambos se disputaban lonja a lonja el tercer puesto. Carrió tuvo en el voto femenino un sólido soporte. López Murphy, por su parte, hizo un negocio redondo en Cipolletti. No es poco para estrenar pergaminos. Máxime en una provincia donde Recrear todavía es más una voluntad con mucho de puntillosa a la hora de hacer política, que un partido bien palpable. La decisión del líder del Frente Grande e intendente Julio Arriaga de votar por López Murphy fue decisiva para que éste ganara en esa ciudad. Arriaga cohesiona miles de voluntades en ese escenario. Ahora, quienes desde Recrear veían a ese respaldo como la resultante de una conducta oportunista, tendrán que reflexionar.
Llega la medianoche.
Durante el día votó más del 75% del padrón que contenía a los rionegrinos.
Buen porcentaje ante tanto desgaste de la política. Ahora, esperar.
Tensa y apasionante espera.


Carlos Torrengo
ctorrengo@rionegro.com.ar

   
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación