Miércoles 26 de marzo de 2003 | ||
MAS INFORMACION |
Gravedad de las secuelas |
|
Hace un mes, un informe del "International Study Team" advertía que la amenaza de guerra ya estaba dañando la salud mental de los niños iraquíes, que tenían miedo, presentaban trastornos del sueño o problemas de concentración. «Incluso los de cuatro y cinco años tienen nociones de la amenaza física que suponen bombas y pistolas: destrucción de casas, incendios de hogares, muerte de gente...». «Comparados con el período inmediatamente anterior, los niños iraquíes son ahora mucho más vulnerables a cualquier ataque», advierte este trabajo, realizado por Atle Dyregrov y Magne Raundalen, dos psicólogos infantiles. Esta conclusión no parece muy halagüeña si se tiene en cuenta que, en 1991, otro informe elaborado por ambos expertos revelaba que los niños de Irak sufrían entonces «un nivel de estrés psicosocial que es el más elevado que hemos visto en una década de investigación dedicada a guerras, incluidas las de Mozambique, Uganda y Sudán. Los sucesos del Golfo (en 1991) han generado un nivel de ansiedad y estrés posconflicto sin precedentes entre los pequeños de Oriente Medio». Por aquel entonces, la organización reveló que también muchas mujeres iraquíes (el 60% de las encuestadas) estaban sufriendo problemas como ansiedad, depresión o insomnio a causa de la guerra y de las sanciones. El número de entrevistadas que pensaba que aquel conflicto de 1991 había afectado psíquicamente a su familia aún era más elevado (el 74%). Ahora, estas secuelas no harán más que agravar las consecuencias mentales de la actual contienda. |
||
MAS INFORMACION
|
||
® Copyright Río Negro Online - All rights reserved
|
||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación |
||
|