Domingo 16 de marzo de 2003
 

"La soja no puede ser la base de ninguna dieta"

 

No reemplaza la leche, la carne ni las verduras, advierten especialistas en alimentación.

 
Ante la semejante crisis económica actual, "la soja es un atenuante pero no la salvación", dice María Fernanda Cascarón, médica especialista en nutrición.
"En muchos aspectos se promueve que los argentinos consuman milanesas de soja y jugos de soja, al que muchos lo llaman leche incorrectamente, porque la soja no es leche. Confundir a la gente con que la soja es leche es un error muy grande porque los chicos necesitan leche".
Así se expresó el ingeniero agrónomo Walter Pengue, investigador del Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente (GEPAMA) de la Universidad de Buenos Aires, acerca de los cambios en la producción agrícola en el país y sus consecuencias sobre la población y el devenir de la vida cotidiana.
Este proceso en el que "se promueve, en muchos aspectos, remplazar la proteína animal por la vegetal", según Pengue, es criticado por nutricionistas que indican que "no es cierto que la soja puede utilizarse casi en forma única en la dieta, sino que puede formar parte de una dieta balanceada con otros alimentos".
"La cuestión más grave es el hecho de acercar este alimento novedoso para el estómago de los argentinos a quienes están en estado de indigencia", agregó el ingeniero, consultor de organismos internacionales de crédito y asociaciones de productores, en temas cooperativos, mutuales, de asociativismo y de Economía Social. Reseñó que cuando llegaron al país las grandes oleadas de inmigrantes, que tenían una talla más pequeña que sus sucesores, se empezaron a alimentar con trigo, leche, carne, soja, "y eso permitió un desarrollo y un incremento en la talla de las generaciones posteriores".
En la actualidad "estamos llevando a un proceso de desarrollo inverso porque ofrecemos a la población el reemplazo de la proteína vegetal por la animal", dijo, tras señalar que esta tendencia a cambiar la dieta alimentaria de los argentinos "puede ser un error muy grande de aquí a futuro, que lo van a sentir las generaciones que vienen".
En este sentido, Pengue señaló que "tiene que quedar documentada la manera en que se están tomando estas decisiones tan trascendentes y quiénes las toman, porque dentro de 10 años cuando se analicen los impactos, hay que saber quiénes son los responsables, sean los impactos negativos o positivos".
Piensa lo mismo María Fernanda Cascarón, médica especialista en nutrición de Roca. "La soja es un recurso pero no es una solución. Le digo a la gente, siempre: si puede acceder a la leche de vaca, no le dé a sus hijos leche de soja. Pero si le da de tomar té o mate cocido, entonces sí recurra a la leche de soja". Agrega: "Si no puede comer carne o huevos, entonces sí agréguele soja al arroz, la polenta o los fideos".
"No me quedo tranquila por el reemplazo -que tan de moda se ha puesto en el país-. La soja es un atenuante, nada más. Es una mala proteína, pero es mejor que comer solamente arroz", concluye Cascarón.
Entonces, con la soja , ¡ojo! Ni muy muy ni tan tan...

Incanjeable

Hay alimentos que son incanjeables para el crecimiento de un niño, afirma María Fernanda Cascarón, médica especialista en nutrición. "Insisto con lo del niño, porque en él sí que está en juego las capacidades intelectuales según lo que coma. Es delicado, es decisivo. Es todo".
Sí o sí, entonces: leche o alguno de sus derivados, carnes de algún tipo, huevos, frutas y verduras, cereales (harinas, arroz, polenta y avena) y legumbres.

   
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