Miércoles 5 de marzo de 2003
 

Sin estrategias humanitarias
 
  Junto con el incremento de la demanda que sufrieron en los últimos tiempos los hospitales públicos por la transferencia de los servicios prepagos, se incrementaron las dificultades para una buena atención del paciente, quien cada vez debe enfrentar más obstáculos para atenderse, un mal que también recorre los espacios privados, según los especialistas. "No es la culpa de la institución pública, la institución privada tiene los mismos defectos, es un problema cultural", destacó Dante Graña, psiquiatra y experto en Calidad en Salud.
"No obstante -añadió- hay diferencias, porque en la medida en que la institución privada depende mucho más para sobrevivir de la elección del cliente, tiene por necesidad atender un poco mejor, una necesidad de marketing y no una estrategia humanitaria y ética".
Al referirse a la cultura hospitalaria, "que no escapa al modelo autoritario de la sociedad", Graña reconoció que en los hospitales "hay una tendencia mayor dado que es una organización donde hay una circulación vertical de órdenes, de alguien que dispone del conocimiento y del poder hacia alguien que viene a demandar". "Por supuesto -continuó- que es una institución donde se presta para ejercer mucho más el autoritarismo, pero también es una institución que ha tratado de cambiar este esquema, es una institución que es consciente de estas cuestiones".
Destacó que en el país hay "un déficit que no sólo tiene que ver con el tema de las esperas para turnos o el maltrato de un administrativo o un médico, sino también con otro tipo de derechos como el de saber qué se le va a hacer al paciente, de brindarle información respecto de las opciones de tratamiento, el cuidado respecto de si una persona va a ser sometida o no a un procedimiento de investigación". En este sentido, precisó que el problema es mucho más profundo, "hay pacientes que a veces son sometidos a procedimientos de investigación sin que ellos lo sepan, hace diez años el paciente no sabía que estaba siendo un sujeto de investigación, eso hoy pasa mucho menos, pero sigue pasando y cuando pasa se trata de investigaciones que no son serias". Graña remarcó que las personas que en general son utilizadas, sin saberlo, para investigaciones, "pertenecen a sectores carenciados, en tanto los sectores más altos son utilizados para el mercado, para tener una rentabilidad sobre procedimientos que no son sólidos o útiles para las personas".
A modo de ejemplo, recordó algunos procedimientos quirúrgicos para corrección de obesidad que se pusieron de moda hace cuatro o cinco años y "con el tiempo se demostró que no son sólidos, y esto es muy frecuente", dijo.
En este contexto, también es cierto que muchas veces los médicos no dan ninguna explicación del diagnóstico ni del tratamiento, y muchas veces no escuchan la demanda y las necesidades de saber y preguntar que tiene el paciente, desprecian sus temores, y se sitúan en un lugar de poder agigantado ante la subordinación, sumisión y falta de conocimiento del paciente.
Por su parte, el médico y sanitarista Hugo Arce, director del Instituto Técnico parta la Acreditación de Establecimientos de Salud (Itaes) se refirió a los médicos al remarcar que "hay un comportamiento particular que es muy antiguo, el médico va al hospital a capacitarse y con frecuencia no tiene muy presente el hecho de que va a cumplir un servicio". Arce expresó que el médico ocupa un lugar de poder, que hay en él una idea de superioridad, de situarse en el centro de la escena "aunque hay médicos altamente capacitados que tienen una actitud completamente distinta", y precisó que "la asimetría de información genera una relación de dependencia y una actitud de sumisión del paciente".
   
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