Jueves 27 de marzo de 2003
 

La capital iraquí completó una semana bajo las bombas

 
 
El centro comercial de Al Shaab resultó virtualmente destruido por los misiles.
BAGDAD- Bagdad, que exhibe ya múltiples huellas de la guerra, completa siete días bajo las bombas de la coalición anglo-norteamericana, mientras sus habitantes muestran signos de una creciente cólera ante la destrucción de los barrios populares.
Como pueden y a pesar de los incesantes bombardeos, los cinco millones de bagdadíes intentaban mantener algo de normalidad.
Los vehículos circulaban, las tiendas permanecían abiertas durante algunas horas y los niños jugaban en la calle.
Pero también es perceptible la exasperación de los habitantes.
Los bombardeos de la coalición anglo-norteamericana, que comenzaron el 20 de marzo, destruyeron o dañaron edificios que albergan estructuras del régimen que Washington y Londres desean abatir. Un vasto complejo residencial, situado junto al río Tigris, en el corazón de la ciudad, fue bombardeado regularmente con misiles o bombas que hacían temblar a toda la capital iraquí.
En otras zonas de Bagdad, fueron bombardeados además las sedes de los servicios de seguridad, del Estado Mayor de la aviación o de la Guardia Republicana.
Las brechas en los muros de cemento, los techos caídos o las fachadas atravesadas de lado a lado, mostraban la potencia de la munición utilizada.
En el sur de la ciudad, el vasto campo militar de Al Rachid era regularmente bombardeado desde el comienzo de la operación "Libertad para Irak".
Desde una autopista cercana, se podían observar los hangares destrozados así como restos de algunos vehículos de transportes.
Pero, a pesar de la voluntad declarada de Washignton de decapitar al régimen iraquí, el presidente Saddam Hussein y sus principales lugartenientes escaparon hasta ahora al fuego del ejército más potente del mundo y de su aliado británico.
Ataviado con su uniforme de mariscal, Saddam Hussein repetía los mismos mensajes a su pueblo: aliento a los militares, a las tribus y a los ciudadanos de a pie para que tomen las armas contra los "invasores" extranjeros.
Un instrumento esencial de la influencia de Hussein sobre el país que gobierna con mano de hierro desde hace casi un cuarto de siglo es la televisión, que también ha sobrevivido a las bombas, al menos hasta ahora.
En la noche del martes al miércoles, fueron alcanzadas antenas de transmisión situadas en la periferia de Bagdad así como las oficinas de la televisión en el centro de la ciudad, si bien las emisiones regulares sólo fueron interrumpidas durante 45 minutos.
La televisión ha sido durante los últimos días una potente caja de resonancia para mostrar al pueblo iraquí y al mundo árabe imágenes de fuerte carga simbólica, como algunos prisioneros estadounidenses, cuerpos de Marines muertos en combate y un helicóptero Apache capturado cerca de Kerbala, en el sur.
A pesar de que los responsables de la coalición anglo-norteamericana afirmaban querer evitar que los bombardeos afecten a la población civil, los habitantes de Bagdad comenzaban a pagar un fuerte tributo, incluso en vidas humanas.
Al menos 15 personas murieron o otras 30 resultaron heridas por dos misiles que cayeron en un barrio popular del norte de la capital, afirmó un responsable de la defensa civil iraquí. (AFP)
   
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