Lunes 24 de marzo de 2003

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Resentimiento por el avance aliado en el sur

Cientos se vuelven desde Jordania

 

Sin alimentos ni comida, la paciencia se les agota

 

En Safwan las condiciones de vida se tornan angustiosas. Los iraquíes también reclaman "seguridad y medicamentos".

 
Muchos iraquíes saludan amablemente a los soldados británicos y estadounidenses, pero luego dejan trascender su resentimiento hacia ellos.
SAFWAN, Irak- "Tenemos comida para una semana, el agua corriente no llega de Basora, la electricidad está cortada y los medicamentos se han acabado", según el único médico de Safwan (sur de Irak), cuyos habitantes piden a los soldados ayuda humanitaria y seguridad ante los hombres de Saddam Hussein.
En palabras de este doctor, que por miedo a posibles represalias del régimen de Saddam Hussein prefiere hacerse llamar Alí, la ciudad necesita ayuda humanitaria y más seguridad de inmediato.
"Necesitamos analgésicos, antibióticos, suero y agua potable. El agua de Safwan procede de Basora (ciudad más al norte) y llega a la ciudad gracias al sistema eléctrico, que no funciona desde que comenzó la ofensiva", explicó a las puertas del consultorio.
Las tres tiendas de la ciudad están cerradas debido a la falta de existencias, los habitantes rodean amenazadoramente cualquier automóvil que se aproxime a la ciudad en busca de comida y agua e increpan a los soldados para que les faciliten ayuda.
"Antes que agua y comida, Safwan necesita seguridad. Aquí no hay policía nacional, no hay ejército y la gente está muy asustada y podría haber grandes enfrentamientos", explicó.
Este médico afirma que adeptos de Saddam han quemado varias casas y han herido a algunas personas en los últimos días. Corren también noticias de saqueos, de policías iraquíes vestidos de civil que registran domicilios y agreden a los detractores del régimen.
Ayer, varios periodistas fueron amenazados por los lugareños, que intentaron robarles y les amenazaron con armas. Horas después, las tropas británicas apostadas a las afueras de la ciudad advirtieron del riesgo de enfrentamientos en la localidad. "La gente está muy nerviosa", explicaron.
Según la inteligencia militar británica, adeptos de Hussein estaban preparando un "ataque inminente" contra la prensa extranjera en la localidad "para matar el máximo posible de informadores y dar publicidad".
El ejército británico ordenó la inmediata evacuación de los periodistas. Además y según el doctor Alí, por no haber ofrecido resistencia a los soldados estadounidenses, la ciudad podría sufrir serias represalias si Saddam Hussein no abandona el poder al final de esta ofensiva.
"Tenemos miedo de nuestro gobierno. Muchas personas de esta ciudad han aparecido en la televisión de Bagdad abrazando y dando las gracias a los soldados estadounidenses cuando llegaron a Safwan. Ahora tienen miedo de que los hombres de Saddam vengan y los maten", explicó.
El médico, que se niega a posar ante las cámaras y a que el consultorio sea fotografiado por miedo a represalias, insiste en que el problema de la inseguridad se ha agravado con la guerra y los soldados deberían garantizar su integridad como prometieron.
"Todas las decisiones se toman en Washington. Por eso les pido que acaben con esta guerra pronto. En caso contrario nuestras desgracias sólo acaban de comenzar", concluyó. (AFP)

Resentimiento por el avance aliado en el sur

La presencia de los aliados genera apoyos y rechazos.
AL SUR DE BASORA, Irak - Los niños iraquíes son todo sonrisas y saludos para los tanques y camiones británicos que pasan. Pero en cuanto la caravana desaparece, dejando una estela de polvo a su paso, las sonrisas se transforman en ceños fruncidos.
"No los queremos aquí", gruñó Fouad, un joven de 17 años, mientras miraba con enojo las columnas de humo negro que se elevan de la ciudad de Basora, bajo ataque de las fuerzas de Estados Unidos y Gran Bretaña desde hace más de dos días.
Sacó un pedazo de papel escondido en la cintura de su pantalón. Lo desdobló. Es una foto de Saddam Hussein. "Saddam es nuestro líder. Saddam es bueno", dice en tono desafiante y mira otra vez la foto ajada del líder iraquí sonriente.
Las fuerzas terrestres de Estados Unidos y Gran Bretaña invadieron el sur de Irak en la oscuridad el jueves y avanzaron hasta las afueras de la ciudad de Basora, a orillas del río Tigris. Tras la Guerra del Golfo de 1991, la ciudad fue foco de un levantamiento que terminó aplastado brutalmente por Hussein.
En el desierto, a la vera del principal camino a Basora, helicópteros estadounidenses Super Cobra han sido desplegados para arrasar con los focos de resistencia. Residentes de Basora que huyeron de la ciudad dicen que las fuerzas iraquíes llevaron la batalla a la ciudad
"Hay combates en el centro, en las calles. Es terrible", dice Hussein, un ingeniero de 24 años que trabaja para la compañía estatal de petróleo del sur. Hussein dijo que escapó de la ciudad con su esposa y su pequeño hijo.
Más civiles escaparon el domingo de Basora, en camiones y autos destartalados abarrotados de efectos personales. (AFP)

Cientos se vuelven desde Jordania

AMÁN.- Cientos de iraquíes salen diariamente de Jordania hacia su país, mientras las organizaciones internacionales de ayuda humanitaria que preparan campamentos para acoger a decenas de miles de refugiados sólo han recibido desplazados de terceros países.
Desde que EE. UU. empezó a a-tacar a Irak, el miércoles, cientos de iraquíes residentes en Jordania han regresado hacia su país para reunirse con sus familias.
La mayoría de ellos viajan por Siria, donde todavía se encuentran medios de transporte que pueden entrar en Irak, pero otros toman autobuses desde Amán hasta la frontera entre Jordania e Irak y a partir de ahí continúan como pueden, incluso a pie si es necesario.
Refugiados de terceros países que han llegado en los últimos días a Jordania desde Irak, principalmente sudaneses, han dicho que la autopista de Bagdad a la frontera, de más de 550 kilómetros, se encuentra en muy mal estado y ha sido alcanzada por proyectiles, lo cual dificulta seria- mente el movimiento.
De hecho, en los últimos dos días casi no han llegado desplazados. Sólo lo hizo un grupo de unas 50 personas durante la no-che al campo de refugiados levantado por la Media Luna Roja cerca de la frontera de Ruwaiseh, donde ahora se encuentran un total de 336 personas.
Estos ciudadanos de terceros países son repatriados con rapidez por medio de la Organización de Migración Internacional, y la ayuda prestada por el gobierno jordano.
Mientras, las autoridades jordanas en el puesto fronterizo de al-Karama han confirmado el regreso a su país de unos 600 iraquíes desde que empezó la guerra.

   
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