Sábado 22 de marzo de 2003 | |||
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Periodistas deben desafiar el peligro y la censura |
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El periodista sólo aguarda la señal para informar en directo a Alemania de lo que ve: detonaciones, llamas y humo. Es el primer ataque fuerte contra el centro de la ciudad y los 250 periodistas acreditados en Bagdad trabajan a un ritmo desenfrenado. Aunque el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, llamó a los periodistas extranjeros a abandonar Irak, un gran número decidió quedarse. Ayer, los cuatro corresponsales de la CNN debieron abandonar Bagdad por orden de las autoridades iraquíes, según informó la emisora. El reportero Nic Robertson y sus tres colegas se trasladaron a Jordania. CNN tiene numerosos profesionales que acompañan a los soldados estadounidenses que ingresaron a Irak desde Kuwait.En la Guerra del Golfo de 1991, CNN fue casi el único medio occidental en el lugar. Hoy hay más diversidad. Los periodistas que se han quedado en Bagdad tienen que luchar tanto con problemas técnicos como con las autoridades. En su trabajo hay luces y sombras: por ahora la guerra sigue siendo un espectáculo impersonal, con escasos testimonios e imágenes humanas. El Ministerio de Información iraquí organiza ruedas de prensa y designa acompañantes encargados de controlar a los reporteros fuera del hotel. Aun así, todavía queda espacio para poder hacerse una idea de la vida en Bagdad. "Es un tanteo constante de los límites. Tenemos que encontrar soluciones para poder seguir informando", explica la periodista austriaca Antonia Rados. El bombardeo televisivo |
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