Viernes 21 de marzo de 2003
 

Violencia y destrozos frente a embajada de EE. UU.

 

Encapuchados se enfrentaron con la policía. Repudiaron la guerra y atacaron comercios.

 
Integrantes de Quebracho rompieron comercios y ventanales de bancos durante la protesta contra la guerra.
BUENOS AIRES.- Una movilización de repudio a la guerra frente a la embajada de los Estados Unidos, convocada por partidos de izquierda, organismos de derechos humanos y piqueteros, terminó anoche en corridas y desmanes, luego de que un grupo de jóvenes encapuchados se enfrentara con la policía que reprimió por igual a todos los manifestantes.
Los incidentes, que se iniciaron sobre la avenida Sarmiento, continuaron luego a lo largo de la avenida Santa Fe, donde jóvenes encapuchados, identificados como integrantes de la agrupación "Quebracho", rompieron los ventanales de bancos y comercios de la zona.
La represión comenzó cuando la policía reaccionó ante la provocación de un grupo de encapuchados, que comenzó a arrojar palos y piedras contra el vallado ubicado en la avenida Sarmiento y Colombia, detrás del cual se había dispuesto un importante cordón policial.
En ese momento, la policía abrió el vallado y arremetió tanto contra el grupo de agresores como contra el resto de los manifestantes, cuya primera línea, integrada por dirigentes de organismos de derechos humanos como Hebe de Bonafini y Adolfo Pérez Esquivel, habían quedado por detrás de los incidentes.
La dispersión de los manifestantes -entre los que había también estudiantes, madres con niños y ancianos- se produjo por la avenida Sarmiento hacia Plaza Italia, pero la policía, en lugar de permitir la salida y la desconcentración de la marcha, emboscó a la columna cerrándole el paso con un camión hidrante y el despliegue de varias brigadas de la guardia de infantería que se encontraban acantonadas en el playón de la Sociedad Rural.
La trifulca se generalizó luego en la zona de Plaza Italia, donde, la mayoría de los manifestantes pacifistas se desconcentró, mientras un pequeño grupo inició un raid de destrozos desde la zona del Parque Tres de Febrero, en Palermo, hasta el shoping Alto Palermo, en avenida Santa Fe y Salguero.
En esta esquina, ante la mirada atónita de la gente, el grupo, identificado con "Quebracho", arrojó piedras y rompió vidrieras de los bancos Boston, Río y Natzionale del Lavoro, mientras escapaba de la policía.
Los peatones, que ocasionalmente circulaban por el lugar, huían despavoridos o se resguardaban en comercios y en el paseo de compras.
En el interior del país también se registraron algunos incidentes. Los más serios ocurrieron en Rosario, donde militantes de agrupaciones de izquierda rompieron el frente vidriado de un Mc Donald's. En ese mismo lugar un policía resultó herido cuando quiso contener el avance de los manifestantes y se lastimó el brazo con los vidrios que estallaron en la hamburguesería.
En tanto, en Mar del Plata, 300 personas participaron de un acto que cortó el tránsito sobre la avenida Luro, frente al Citibank, donde los manifestantes pintaron consignas contra la guerra y leyendas como "fuera Yankees de Irak". Mientras, en Córdoba, alrededor de doscientas personas marcharon por el microcentro.

Se refuerza la alianza Duhalde-Alfonsín

El presidente Duhalde se reunió ayer con el ex mandatario radical Raúl Alfonsín, quien le expresó su respaldo por la postura en contra de la guerra en Irak manifestada por el gobierno nacional.
El encuentro se realizó ayer a la mañana fuera de la agenda oficial de audiencias, pero recién fue confirmada por voceros gubernamentales en horas de la tarde.
El vocero presidencial, Luis Verdi, informó que Alfonsín le transmitió a Duhalde que "le parecía correcta" la posición adoptada por la administración central sobre la guerra y aclaró que no se conversó sobre cuestiones de la campaña electoral nacional.
Del lado del ex mandatario radical dijeron que Alfonsín considera positiva la decisión oficial de "no intervenir en asuntos de Estado sino sólo a través de las Naciones Unidas, a pesar de las presiones recibidas desde Estados Unidos, Gran Bretaña y España". El gobierno argentino manifestó su oposición a la guerra contra Irak, pero expresó su voluntad de participar en operativos de ayuda humanitaria bajo la órbita de las Naciones Unidas. (DYN)

Creen que influirá en las elecciones

La mayoría de los candidatos a presidente de Argentina cree que la guerra que impulsa Estados Unidos contra Irak influye en los próximos comicios y, por lo tanto, en sus respectivas chances electorales, pero algunos consultores políticos advierten lo contrario.
En el menemismo, la prioridad pasa por posicionar al país en una postura que tenga en cuenta la "voluntad pacifista" de la gente, el "interés nacional" y el "lugar que se quiere para la Argentina en la posguerra", según dicen.
"No creemos que vaya ser un tema decisivo en la elección pero si creemos que es decisivo para la Argentina y, por eso, hay que hablarle a la sociedad con realismo", afirman cerca de Menem, quien fue, sin embargo, el primero en fijar una postura al respecto en plena campaña electoral.
El consultor Ricardo Rouvier sospecha, en cambio, que la gente "no percibe" las distintas posiciones de los candidatos porque, en algunos casos, apunta, "hay que escuchar más a los asesores de los candidatos que a los propios candidatos". "Una cosa es lo que dice Menem, que se alinea con el Papa, y otra lo que dicen sus asesores, en el sentido de las oportunidades que da el nuevo orden mundial a partir de la guerra".
Rouvier señala entonces que, a su entender, sectores amplios de la población "no visualizan" la posición de los candidatos, lo cual indicaría, según afirma, que la incidencia de la guerra en las elecciones "no es muy importante".
Desde el comando de campaña de Néstor Kirchner advierten, sin embargo, que la guerra es un tema que está "muy presente" en la gente, y sacan a relucir encuestas que arrojan que el "95%" de la población está en contra.
"Por lo tanto, la guerra influye en las chances electorales. Y está muy claro -agregan- que hay un perdedor nato, que es Carlos Menem. De haber sido presidente, él claramente hubiera llevado a la Argentina a una guerra. Esto lo percibe la gente", aseguran.
En el radicalismo admiten no saber si influye o no la guerra. (DYN)
   
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