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Miércoles 5 de febrero de 2003 | |
MAS INFORMACION |
Cuando el estilo de vidacondiciona el tiempo libre |
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"Los argentinos estamos en camino de registrar nuestras propias necesidades, las que podemos nombrar y no las que nos enseñan a tener". |
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| Al llegar las vacaciones, no sólo las condiciones materiales definen una alternativa vacacional, porque las ideas del "tiempo libre", del "ocio" y del "turismo" tienen que ver con el particular estilo de vida de cada ciudadano y grupo familiar, con la historia general y singular de los pueblos y sus individuos. Todas estas alternativas, desligadas de la producción y el trabajo, son temas de gran interés en el mundo de las ciencias sociales, por lo que existe cantidad de investigaciones en todo el mundo. La idea del ocio fue variando históricamente: en la antigua Grecia estaba ligado a la contemplación creadora, en Roma se lo vinculaba con el descanso necesario del cuerpo. Pero luego de la revolución industrial, "el término sufrió profundas transformaciones y hasta llegó a acercarse a la pereza, lo que permitió al sociólogo francés Jules Laforgue escribir su irónico panfleto sobre "El derecho a ser perezoso", reseñó María de los Angeles López Geist, especialista del Centro de Investigaciones de Medios y Semiología de la Vida Cotidiana (Citis). "Entre las concepciones sociológicas del ocio -continuó- algunos mencionan por un lado el ideal burgués que destaca la capacidad del ocio para crear un nuevo tipo de persona y sociedad, y por otro la concepción crítica-marxista que desconfía de la capacidad liberadora del ocio denunciando la distorsión del capitalismo en este ámbito". Ocio y tiempo libre van juntos. La especialista destacó que el investigador y escritor francés Alain Touraine plantea que "la noción de tiempo libre interviene a partir del momento en que los miembros de una sociedad se someten a temas culturales que no están ya ligados a la actividad de grupos socioeconómicos concretos". Cuando el tiempo libre es el de las vacaciones, aparece la noción de turismo que muchos investigadores, como el australiano Adrián Franklin y el sociólogo inglés Mike Crang, sostienen que "no es más un producto del consumidor especializado o una moda de consumo". "El turismo -continúan- ha roto con sus comienzos como un ritual relativamente menor de la vida moderna nacional para llegar a ser una modalidad significativa a través de la cual la vida moderna transnacional se organiza". Y López Geist añadió: "Para quienes están del lado del usufructo de la globalización, las maneras de concebir el ocio, el tiempo libre y el turismo se van diferenciando de los modos de pensamiento y elaboración de la realidad que la crisis social genera en la Argentina". Asimismo, mencionó al sociólogo inglés Chris Rojek, "quien ubica al turismo como una parte central de la comprensión de la (des)organización social, y señala que el turismo se fetichizó como una cosa, un producto, una conducta, pero en particular una cosa económica". De esta manera, López Geist marcó las diferencias entre "los mercados, que tratan de fijar las pautas de empleo del tiempo libre manteniendo los parámetros tradicionales de edad, género y clase social, y las ciencias sociales, que introdujeron en las ultimas décadas un concepto altamente resistido por el neoliberalismo: el concepto de "estilo de vida"". "El "estilo de vida" -continuó- se construye en la cotidianidad, con los recursos a mano, y teniendo en cuenta la distinción y las diferencias de los individuos. Apela además a la noción de identidad". Para la especialista, "los argentinos estamos en ese camino: el del registro de las propias necesidades, las que podemos nombrar y conceptualizar nosotros; no las necesidades que nos enseñan a tener". Y en este sentido, precisó que "es también el camino del registro de nuestra habilidad para generar y gestionar nuestras propias soluciones, algo que indudablemente nos hará crecer como sujetos". Finalmente, citó al pedagogo sueco Kent Lofgren, cuando planteó que debería verse el vacacionar como "un laboratorio cultural donde la gente ha sido capaz de experimentar con nuevos aspectos e identidades sus relaciones sociales o sus interacciones con la naturaleza y también para usar las habilidades culturales del sueño diurno y el viaje mental. Aquí hay una arena en que la fantasía se ha vuelto una importante práctica social". |
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