Lunes 3 de febrero de 2003

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Seguridad y solidaridad

 

La Región Sur ansía un año menos malo

 

El 2002 deterioró la salud, las rutas y la economía.

 
Con el 40% de desocupación, el hambre fue una constante en la Región Sur.
INGENIERO JACOBACCI (AJ).- El incremento de la probreza y su consecuencia, una marcada pérdida en la calidad de vida, dejaron en claro que el 2002 fue un año nefasto para los 32.000 habitantes de la Región Sur. Los vaivenes de economía a fines del 2001 repercutieron muy fuerte durante el pasado año en una zona donde el asistencialismo y los empleo público predominan y juegan un papel fundamental. Sólo los buenos signos de mejoría que tuvo la producción ovina trajeron algo de alivio casi cuando el año terminaba.
Como en el resto del país, en la Región Sur el 2002 comenzó mal. La salida de la convertibilidad y el progresivo aumento de los precios en los productos de la canasta familiar, medicamentos, etc. generaron innumerables complicaciones.
Por un lado, en la zona -donde la desocupación ronda el 40% de la población económicamente activa y donde los municipios son los receptores de todas las demandas de los más necesitados- la situación complicó el accionar de las comunas.
Durante los últimos veinte años muchas familias de la zona fueron acostumbradas a recibir algún tipo de ayuda por parte del Estado. El gobierno se preocupó por incrementar un asistencialismo que dio sus frutos sólo en las urnas. Pero faltaron las políticas capaces de crear fuentes de trabajo.
Según las estadísticas, se estima que más del 50% de los pobladores de la Región Sur recibe algún tipo de beneficio por parte del Estado.
En este contexto si bien los precios de los productos considerados de primera necesidad treparon en más de un 70%, los municipios continuaron recibieron los mismos ingresos por coparticipación, programas sociales, etc.. La demanda de la gente también se incrementó y como una lógica consecuencia la situación colapsó. Tuvo su pico máximo de tensión cuando el municipio jacobacino permaneció tomado durante diez días por unas cien personas que reclamaban comida, calzado y útiles escolares para sus hijos.
En el resto de los pueblos la situación se vivió con un poco más de calma, pero los comedores comunitarios y escolares desbordaron de comensales. La necesidad de la gente llevó a un grupo de vecinos a abrir un comedor en la localidad de Los Menucos para dar de comer a más de 90 ancianos, por ejemplo.
La crisis resintió también a la Salud. En los hospitales no sólo escacearon los medicamentos, sino también los profesionales. El hospital de Los Menucos estuvo casi dos meses con un solo médico para atender a más de 4.000 habitantes. En Jacobacci se formó una comisión de emergencia para recaudar dinero y comprar medicamentos y material descartable para el hospital "Rogelio Cortizo" de Jacobacci donde también se implementó un bono contribución para que los pacientes pudientes abonen entre $2 y $3 para la atención de rayos, laboratorios y ecografía.
En materia de comunicaciones las pérdidas fueron cuantiosas. En noviembre de 2002 los organismos viales señalaron que se había terminado el dinero del presupuesto para el mantenimiento de las rutas. Hoy todas las rutas de la zona están sumergidas en un estado de abandono que hace casi imposible transitarlas.
En el mismo mes Sapsa dejó de volar en territorio rionegrino y la Región Sur perdió la escala a Jacobacci que permitía salir e ingresar a la región cuando las fuertes lluvias y nevadas del invierno anegaban las rutas. El ministro Coordinador, Gustavo Martínez, aseguró que "la suspensión de los vuelos será sólo por 15 días mientras se negocia la concesión de las rutas aéreas con otra empresa". Pasaron más de dos meses y los vuelos continúan cancelados.
Casi sobre el final del año, la mejoría que tuvo el mercado lanero gracias a la devaluación del peso, generó algo de alivio. La Región Sur produce entre 5 y 7 millones de kilos de lana cuyo precio ronda entre los 2 y 3,5 dólares el kilo. "Cuando la lana vale, todos andamos bien", sostiene Carmelo Díaz, un comerciante de Los Menucos. La reactivación del mercado lanero generó numerosos puestos de trabajo y una gran inyección de ingresos en la región.
Pasó un año "malo" y transcurre otro que por su condición de "electoral", no va a ser nada fácil. Los 32.000 habitantes de la zona se preparan para afrontarlo.
   
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