Domingo 19 de enero de 2003

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¿Cuántas realidades caben en una realidad?

 

Juegos en red, un nuevo fenómeno adolescente

 

Se realizan en grupos y por medio de computadoras. Son más económicos y atrapantes que los tradicionales videojuegos. En la región hay cada vez más locales dedicados al rubro.

 
El argumento del juego más famoso, "Counter Strike", enfrenta terroristas y contraterroristas, cada grupo hace su elección.
En el local se escuchan ruidos de detonaciones, ráfagas de ametralladoras y explosiones. Es una batalla decisiva, pero en este enfrentamiento nadie corre ni se lanza "cuerpo a tierra".
Eso sí: pueden poner bombas, matar a policías y terroristas o secuestrar rehénes con un simple movimiento del mouse. Los integrantes de cada grupo antagónico están ubicados a pocos metros entre sí, cada uno con la mirada perdida en su monitor.
No se trata del adiestramiento de futuros mercenarios, sino de los llamados "juegos en red", que provocaron un auténtico "boom" en Buenos Aires y cuentan con un creciente ejército de fanáticos en la región.
Los juegos en red son una versión avanzada de los videojuegos tradicionales, aunque ya no se trata de desafiar a la máquina, sino que brinda la posibilidad de armar equipos y jugar unos contra otros desde distintas computadoras conectadas entre sí.
Los equipos se denominan clanes y los jugadores no se conocen por sus nombres reales sino que utilizan alias.
En Roca existen al menos tres locales que ofrecen la novedad. "Abrimos hace menos de un mes y por suerte tenemos una clientela creciente", aseguró Mauro Lorente, propietario de "Bytezone", ubicado en Tucumán 444.
"La mayoría de los usuarios son chicos de entre 10 y 15 años, y también mayores de 20 que vienen a la noche", afirmó.
Otros locales que ofrecen juegos en red son "Cyber 7" de Buenos Aires 1.454 y "Doble click", de 9 de Julio y avenida Roca.
Los empleados de estos comercios coincidieron en afirmar el rasgo juvenil de los usuarios y la creciente demanda.
Uno de los fenómenos derivados de estos juegos es la aprobación de los padres, que no dudan en dejar a sus chicos en los locales durante algunas horas. "Muchos padres dejan a sus hijos y se van a tomar algo, porque saben que es un ámbito seguro, de contención, donde hay un adulto que los cuida mientras juegan", comentó Lorente. Son una suerte de "guarderías virtuales" cuyo ambiente es bastante diferente al de los locales tradicionales de videojuegos.
Las diferencias con los videogames explican el éxito de los juegos en red. Una es el precio, ya que por un peso se puede acceder a una hora de diversión. "Es algo que no encontrás en los juegos electrónicos, donde por la misma plata comprás dos o tres fichas pero jugás mucho menos tiempo. Acá con 2 o 3 pesos te asegurás varias horas de entretenimiento", afirmó una empleada.
Otra diferencia fundamental radica en la posibilidad de jugar en equipo en un mismo lugar, lo que permite interactuar, elaborar estrategias compartidas, y crear reglas sociales entre los jugadores de cada clan.
Es tal el entusiasmo que despierta en los jóvenes, que estos no dudan en insultarse o felicitarse a gritos, además de festejar ante la conquista de un nuevo objetivo.
Claro que los bajos precios que determina la competencia entre comercios desnuda un aspecto poco alentador: el de la adicción. "Está bueno poder jugar en equipos, te enganchás enseguida. Ahora en vacaciones trato de venir todos los días y jugar lo más posible", sentenció Lucas, de 13 años, sin despegar su vista del monitor. "La mayoría juega entre 2 y 3 horas, aunque algunos han llegado a quedarse hasta 7 u 8 horas", afirmó Lorente.
El juego más popular a nivel mundial es el "Counter Strike", cuya temática se basa en la realidad: los grupos antagónicos son terroristas y contraterroristas. Se juega por puntos y por la concreción de objetivos, que pueden ser auxiliar o impedir el rescate de rehénes, colocar bombas o desactivarlas, según el clan que se integre.
El juego finaliza con una estadística general, que determina el puntaje según la cantidad de muertes infligidas al rival.
La fiebre por los juegos es tal, que en Estados Unidos hay jugadores profesionales que viven de ello y participan de torneos, patrocinados por compañías del rubro.
En la región existen varios aficionados. En Cinco Saltos hay al menos dos clanes que se juntan en casas particulares. "Empezamos a reunirnos hace dos años en la casa de un amigo. Cada uno lleva su computadora, las conectamos y jugamos varias horas", afirmó Rodrigo Moreno, de 18 años, cuyo alias es "Lázaro" y pertenece al clan "Acme".
En Neuquén hay también locales dedicados a los juegos en red y ya se han organizado algunos torneos.
Así es el mundo de los juegos en red, la nueva manía que se apoderó de los "ciberjugadores" valletanos.

Horacio Pauletich

   
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