Jueves 2 de enero de 2003
 

Lula asumió en un clima de fiesta y prometió poner fin al hambre

 

Anunció urgentes mejoras sociales y apoyo a la región. Juró como primer presidente de izquierda en el Brasil.

 
Lula y el vicepresidente Alencar recorrieron la avenida principal de Brasilia para llegar al Congreso. Una multitud los vivó a su paso.
BRASILIA.- En medio de una imponente fiesta popular, el ex obrero Luiz Inácio Lula da Silva asumió ayer la presidencia de Brasil prometiendo combatir el hambre, que él mismo sufrió, y urgentes mejoras sociales en uno de los países con mayor desigualdad en el mundo.
"Mientras haya un hermano brasileño o una hermana brasileña pasando hambre tendremos motivos de sobra para cubrirnos de vergüenza", dijo Lula tras jurar en el Congreso como el primer presidente de izquierda en la historia de Brasil.
Lula, del Partido de los Trabajadores (PT), recorrió en un auto abierto la enorme explanada donde se encuentran los edificios gubernamentales para llegar al Congreso, pasando entre una multitud que, en una verdadera fiesta popular, coreaba su nombre y protagonizó una imponente fiesta popular en Brasilia.
"Los que nunca tuvieron gobierno saludan al presidente Lula", rezaba una bandera colocada cerca de la Catedral de Brasilia colocada por simpatizantes del nuevo presidente llegados en autobús desde el empobrecido estado de Pernambuco tras un viaje de 30 horas.
Miles de personas llegaron a la capital desde diferentes puntos del país para conmemorar la asunción del ex tornero mecánico de 57 años, quien aseguró que "cambio es la palabra clave" de la nueva era que comienza.
Lula reiteró también sus promesas de combatir la pobreza y la desigualdad en una nación de 170 millones de habitantes, de los que al menos 50 millones son pobres.
"Si al final de mi mandato todos los brasileños tuvieran la posibilidad de desayunar, almorzar y cenar habré cumplido la misión de mi vida", dijo Lula ante el cerrado aplauso del pleno del Congreso.
En coincidencia con el saliente presidente Fernando Henrique Cardoso, en su discurso del miércoles prometió luchar contra el proteccionismo comercial que ejercen los países ricos y ayudar a la estabilidad política de América del Sur. "La gra
La fiesta popular de los partidarios de Lula. nLos jóvenes, en medio de la lluvia invadieron las fuentes frente al Congreso .
n prioridad de la política externa durante mi gobierno será la construcción de una América del Sur políticamente estable, próspera y unida con bases en ideales democráticas y justicia social".
Declaró asimismo que "la gran prioridad de la política externa durante mi gobierno será la construcción de una América del Sur políticamente estable, próspera y unida con bases en ideales democráticas y justicia social".
En la ceremonia se encontraban varios presidentes latinoamericanos, entre ellos el de Cuba, Fidel Castro, el de Venezuela, Hugo Chávez y el de argentina Eduardo Duhalde.
Pero Lula, alejando cualquier fantasma de ruptura drástica con el modelo vigente en Brasil y en un mensaje dirigido a contener las inmensas expectativas creadas por su victoria, pidió paciencia y perseverancia y señaló que es no posible "recoger frutos antes de plantar los árboles".
(AFP y Reuters)

El programa de gobierno

Estos son los principales puntos del programa de Lula: -
- Social: El objetivo en cuatro años es generar 10 millones de empleos, duplicar el salario mínimo, garantizar renta mínima a la población y combatir hambre y pobreza, en este país de 54 millones de pobres, que representan casi un tercio de la población.
- Económico: Impulsar el crecimiento, reducir la vulnerabilidad externa, fomentar exportaciones. Se mantienen los compromisos de responsabilidad fiscal, control de inflación y respeto a contratos internacionales.
- Seguridad: Crear una seguridad pública articulada a nivel nacional (hoy está descentralizada) y aumentar los efectivos de la Policía Federal.
- Internacional: Revitalizar el Mercosur, incluyendo políticas monetaria y externa comunes. El ALCA no será aceptado si persiste el proteccionismo estadounidense. Aproximación a otros países de importancia regional (Suráfrica, India, China y Rusia)

Una multitud festejó bajo la lluvia

La bandera del "Che" y el frenesí del baile de las "garotas" no estuvieron ausentes.
Bajo una tenue llovizna, Brasilia recibió de fiesta al nuevo mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien se convirtió en el primer izquierdista en asumir la presidencia en la historia del país.
Frente a la catedral, en la Explanada de los Ministerios, donde se encuentran el palacio presidencial y los edificios de gobierno, Lula, vestido con un impecable traje oscuro, bajó de un auto negro de la mano de su esposa Marísa Letícia regalando saludos con una sonrisa.
Poco después subió a un Rolls Royce descapotable junto a su vicepresidente, José de Alencar, y comenzó a recorrer la enorme explanada entre la multitud que coreaba su nombre agitando banderas rojas del PT y banderas brasileñas, escoltado por los soldados a caballo de la guardia Dragones de la Independencia.
El aire ya estaba impregnado de olor a pólvora de los cohetes lanzados por la multitud, que se alzaron hasta las oscuras nubes de tormenta por sobre un cartel apostado: "Los pobres al poder". Cuando llegó al Congreso, Lula, de 57 años, se secó el rostro mojado por la llovizna y el sudor con un pañuelo blanco. Allí tomó juramento, mientras afuera miles de personas, que cantaban "Olé, olé, olé, Lula, Lula", invadieron corriendo la zona del Congreso detrás del presidente.
La ciudad estaba repleta de partidarios de Lula que pasaban en motocicleta o en autos con banderas haciendo sonar sus bocinas. Varios helicópteros sobrevolaban la explanada.
En medio de una operación de seguridad de cerca de 12.000 efectivos, unas 70.000 personas llegaron desde remotos puntos de Brasil al corazón mismo del país, Brasilia —una capital administrativa construida en 1960, ordenada y limpia— y abarrotaron la explanada.
En las calles bailaban escuelas de samba, un grupo amazónico, y un grupo de samba de carnaval. (AFP)

Con danzas indígenas


En la enorme explanada del Planalto hubo lugar para todos los que quisieron participar de la llegada de Lula al poder. Diversas tribus indígenas viajaron miles de kilómetros atravesando selvas y llanuras para arribar a Brasilia. Representantes de la tribu kaiapo de la región amazónica y otras del estado de Pernambuco improvisaron danzas festivas.

   
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