Domingo 26 de mayo de 2002

 

Metieron preso a Nicolás Rinaldi por el asesinato de María Alejandra

 

El joven es el último que la vio con vida. El juez Velasco Copello decidió detenerlo después de 95 días de investigación. Le asigna participación en el crimen de Zarza y la desaparición de su bebé. La indagatoria sería el martes. Los abogados de la víctima dicen que es el primer round.

  NEUQUEN (AN)- La investigación del asesinato de María Alejandra Zarza salió ayer de su letargo de tres meses: el juez Alfredo Velasco Copello ordenó la detención de Nicolás Rinaldi, el último que la vio con vida, al que acusa de presunto partícipe en el crimen de la joven y la desaparición del bebé que estaba por nacer.
Nicolás, de 26 años, fue detenido ayer a las 16.30 en su vivienda de la calle Belgrano al 2.000 por una comisión de policías de civil. Subió esposado a un automóvil Ford Fiesta bordó; tenía el rostro sombrío y barba de varios días. Será indagado posiblemente el martes, y permanecerá alojado en una unidad especialmente acondicionada que hasta anoche no había sido revelada. Está "comunicado", así que podrá recibir visitas.
La noticia llegó con rapidez a la familia de Alejandra, que siempre abrigó sus sospechas contra Nicolás. "Ahora mi hermana va a descansar en paz", dijo Marisel Riquelme .
El querellante que representa a la familia, Rodolfo Quezada, señaló que este es el primer round de una larga lucha. El abogado viene sosteniendo desde el primer día que hay autores intelectuales y materiales del crimen.
Pedro Rinaldi, el padre de Nicolás, no pudo ser localizado. Desde la mañana se encontraba en Cutral Co, donde cumplía una actividad como presidente de la Federación Neuquina de Voley. El hombre siempre defendió la inocencia de su hijo y criticó con dureza la investigación fiscal, que lo tenía como sospechoso excluyente.
Nicolás fue el último que vio con vida a María Alejandra, el 19 de febrero pasado, y eso lo convirtió desde el primer día en sospechoso. El joven mantuvo una larga relación con la víctima, a la que conocía desde la secundaria.
Alejandra (25) estaba embarazada de siete meses y medio, y sus familiares aseguran que Nicolás era el padre del bebé. El joven no lo niega, pero dice que no está seguro. Al parecer esa última vez que se vieron, hablaron de ese tema y de la posibilidad de hacerse un análisis de ADN para comprobar la filiación de la criatura. De Alejandra no volvió a saberse nada hasta una semana después, cuando su cadáver apareció en una laguna de Valentina Sur sin rastros del embarazo.
Ahora la justicia responsabiliza a Nicolás de tener alguna participación en la muerte de la joven y en la desaparición del bebé.
Las versiones sobre la inminente detención comenzaron a correr el miércoles, después de que los médicos forenses entregaran el informe final con los resultados de la segunda autopsia realizada sobre el cadáver de la joven empleada judicial. Allí consta que María Alejandra fue víctima de un homicidio, y que murió asfixiada. El juez Velasco Copello esperaba ese dictamen para tomar la decisión.
Ayer, cuando Neuquén estaba en plena siesta por el feriado del 25 y el clima frío no invitaba a salir, comenzaron a verse intensos movimientos frente a la casa de los Rinaldi.
La custodia que desde hace tres meses vigila día y noche los movimientos de Nicolás tuvo la inusual compañía de otros móviles policiales sin identificación. Minutos antes de las 16, el joven salió a la vereda de su casa, conversó unos minutos con un efectivo de civil y volvió a ingresar. Poco después llegó su abogado, Julio Maestre Olaciregui.
A las 16.15, el Fiesta bordó que se llevaría detenido a Nicolás estacionó justo en la puerta de su casa y descendieron cuatro efectivos. Instantes después la cuadra se llenó de vehículos policiales que no cortaron el tránsito pero cerraron todas las posibles vías de un eventual escape. Para entonces, los policías de civil distribuidos estratégicamente llegaban casi a la veintena.
El punto culminante se dio a las 16.30, cuando llegó como jefe del operativo el comisario general Luis Maschio, superintendente de Investigaciones y uno de los integrantes de la Plana Mayor de la Policía. Acompañado por otros cuatro oficiales, ingresó a la vivienda.
Cinco minutos después, Nicolás salió esposado y con paso rápido, bajo una intermitente llovizna. Eludió los micrófonos de los periodistas y subió en el Fiesta, en el cual lo trasladaron hacia la división Judicial, en la calle Ministro González. Allí lo identificaron y le informaron cuál sería su lugar de detención. También le dijeron que podía nombrar a un abogado defensor de su confianza, y que en caso contrario le asignarían un defensor oficial.
Quien asuma su defensa tendrá que sumergirse en la lectura de las 2.600 páginas que ya reunió el expediente. Allí constan todos los detalles de la investigación y están las pruebas que supuestamente involucran al joven con el crimen.
Antes de que el abogado defensor termine esa lectura será imposible que se produzca la indagatoria de Nicolás. "Posiblemente sea el martes, es difícil que ocurra antes", opinó una fuente.
Esta es la segunda vez que Nicolás queda detenido por el caso. Antes, estuvo arrestado algunas horas apenas desapareció María Alejandra.
Los fiscales y los querellantes habían pedido dos veces su detención, pero el juez no les hizo lugar hasta ayer.

La autopsia, el destino del bebé y las complicidades

NEUQUEN (AN)- La autopsia les permitió a los investigadores corroborar una de sus hipótesis: si Nicolás Rinaldi tuvo participación en el crimen de María Alejandra Zarza y es responsable de la suerte corrida por su bebé, no actuó solo. Intervino además alguien con conocimientos médicos, aunque no sería un ginecólogo.
La identificación de los presuntos cómplices es la tarea que tiene pendiente la justicia. Por ahora lograron reunir algunas pruebas que para el paladar del juez Alfredo Velasco Copello no resultan suficientes para disponer más detenciones. Sin embargo, no se descarta que eso suceda en el futuro.
Según los médicos forenses, Alejandra murió asfixiada aunque no pudieron determinar si fue por sofocación o por compresión. Es decir, no se pudo establecer si le obstruyeron la nariz y la boca para impedirle respirar o si la ahorcaron por el cuello.
Haber determinado la causa de la muerte es importante porque descarta definitivamente que la joven haya sido víctima de un homicidio culposo (por imprudencia o negligencia de sus autores).
Los forenses también llegaron a la conclusión de que la joven fue sometida a una violenta inducción del parto. Pero no están seguros de cuál fue el destino del bebé.
Una fuente dijo que los médicos admiten en su trabajo que no pueden decir si el bebé está vivo o muerto, aunque se inclinan por la posibilidad de que haya fallecido.
Al hacer la segunda autopsia, se toparon con algunos detalles del parto que les hace pensar que no actuó un profesional de la ginecología, aunque sí alguien que tenía los suficientes conocimientos médicos como para encarar un trabajo de este tipo.
El destino que haya corrido el bebé influye en la acusación que se le formulará a Nicolás y a los que sean detenidos por esta causa.
Además del homicidio de la madre, les imputarán la suerte corrida por la criatura por nacer.

El último que la vio y el primero en ser sospechoso

NEUQUEN (AN).- Para la justicia, Nicolás Rinaldi fue sospechoso de haber participado en el crimen de Alejandra y la desaparición de su bebé desde el primer momento. El mayor esfuerzo de la investigación iniciada hace 95 días fue para recolectar pruebas en su contra, mientras otras hipótesis que se manejaban iban cayendo una a una derrumbadas por su propia inconsistencia.
Nicolás fue el último que tuvo contacto con la víctima, y además provocó ese encuentro después de meses de distanciamiento.
La relación entre los dos jóvenes, que se conocían desde la secundaria, se enfrió cuando Alejandra quedó embarazada, a mediados del año pasado. Y se reanudó sorpresivamente el lunes 18 de febrero: Nicolás la pasó a buscar por su trabajo, en el Tribunal Superior de Justicia, y le propuso reunirse al día siguiente para hablar de la criatura que estaba por nacer.
La noche del 19 de febrero, el joven Rinaldi tuvo varios movimientos sospechosos: fue con su actual pareja (y madre de su hijo) al cine, pero no entró a ninguna sala. A escondidas, se escapó para reunirse con Alejandra. Antes de verla, cambió sus ropas dentro del Polo gris en el que se desplazaba.
Nicolás asegura que fueron hasta el Balcón del Valle, discutieron fuertemente, ella se bajó del auto y no volvió a verla. Pero hay un testigo que asegura que los jóvenes se fueron juntos, y hasta habría visto cuando Rinaldi tomaba por los hombros a Alejandra y la sacudía con violencia.
El relato que ofreció el joven a la justicia cuando declaró como testigo tiene dos baches importantes: no puede justificar qué hizo desde que salió de los cines Village hasta que fue a la casa de Alejandra, en la calle Yrigoyen al 500, ni lo que hizo desde que supuestamente la dejó en el Balcón del Valle hasta que regresó a los cines a buscar a su pareja.
Para los investigadores, no se habría podido probar si Nicolás fue el autor material del crimen pero tuvo un rol indispensable para que se cometiera. "Fue el entregador", es lo que sospechan.

Foto: Nicolás subió esposado a un vehículo policial de civil que lo trasladó hasta su lugar de detención.

   
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