Viernes 21 de diciembre de 2001
 

El juez Norry secuestró las armas de los policías

 
  CIPOLLETTI (AC) - El juez penal Rubén Norry dispuso el secuestro de muchas de las armas de fuego que utilizaron los policías en la represión de los ataques del miércoles por la noche a comercios de la zona norte de la ciudad. Allí murió, a causa de un disparo, Elvira Abaca, la mujer que volvía a su casa junto a su hija.
La autopsia determinó que Abaca murió debido a una hemorragia interna, provocada por las secuelas del paso del proyectil por el bazo, el estómago y los pulmones.
La bala, contrariamente a lo que se pensaba, le ingresó por la espalda en forma horizontal.
Existían versiones que indicaban que el disparo mortal había llegado desde el techo del supermercado Alarcón, mientras la gente pugnaba por saquearlo.
Efectivamente, el juez Norry confirmó que uno de los dueños del supermercado, identificado como Freddy Alarcón, utilizó un arma calibre 32, pero aclaró que sus disparos fueron hacia adentro de la propiedad, hacia una escalera.
Además, la bala que mató a Abaca es de un calibre superior a los proyectiles que disparó el empresario.
La misma noche de los enfrentamientos, el juez tomó declaración a varios testigos, pero -según dijo- ninguno indicó a alguien en especial como autor del disparo mortal.
Abaca murió junto a su hija, Daniela, de 25 años. Recibió el disparo mientras caminaba por la calle Esquiú -epicentro de los incidentes-.
La mujer había ido a buscar a su hija, que solía exponer sus artesanías en la plaza del barrio, porque consideraba que quedarse allí era un peligro.
Daniela es hábil para hacer aros y estampar remeras. Las imágenes y logotipos de los grupos de rock son las que más salida tienen.
Regresó de La Plata, donde estudiaba percusión, hace un mes y medio, y estaba muy ansiosa por conseguir empleo. Su madre hacía rosquitas caseras y las vendía. La economía informal de ambas -averiada por la bancarización- les permitía vivir en un departamento de las 200 Viviendas, junto a una nietita.
El mismo miércoles de la muerte de su madre, Daniela se reunió en la municipalidad con el intendente Julio Arriaga, que le aseguró que correría con los gastos del sepelio de su madre.
La hermana del jefe comunal, María Marta Arriaga, que es funcionaria del área social, se encargó de atenderla ayer a la mañana.
Sin embargo, en el sepelio de su madre Daniela resumió en sus insulto la bronca de la gente contra la clase dirigente.

Noche de desmanes y miedo

CIPOLLETTI (AC).- Desde el miércoles a las 21 hasta el jueves a las 3 en la zona norte de Cipolletti imperaron los desmanes y el miedo.
Todo comenzó frente a las 1.200 Viviendas, en el mercado Bomba, sobre la calle Esquiú, cuando grupos mayoritariamente de jóvenes se llevaron todo lo que pudieron. Siguió el súper Alarcón. La gente -mezclados los iban por comida y otros fines- levantó las persianas y pese a que dentro había custodia también arrasaron con varios elementos.
En esa oleada resultaron también con roturas de vidrios la peluquería Raúl, la tienda Angi, el video Bonsay. A la una la policía se replegó por órdenes de tipo estratégico y de nuevo hubo saqueos.
En esta segunda oleada de robos fueron afectados el negocio de artículos varios El Sueño, propiedad de la familia Pisano. Uno de sus integrantes confirmó que destrozaron la caja registradora, y se fueron con el poco cambio que había. Pero se alzaron con una multiplicidad de artículos. También robaron un televisor y una filmadora antigua.
En la esquina de Esquiú y Don Bosco está el Paseo La Unión, donde ofrecen ropas y otros productos ex vendedores ambulantes. "Se llevaron todo, es un desastre", relató Antonio, uno de los emprendedores.
Y en el Súper Quiosco Martín el robo fue absoluto. Ni en ese local ni en la sucursal de calle Arenales estaban sus dueños. Una vecina contó que "estos tipos, muchos muchachones, pibes y también mujeres, hicieron lo que quisieron".

Caravana y cacerolazo

Ayer po rla madrugada, cuando los enfrentamientos en la zona norte de la ciudad no terminaban, muchos habitantes del centro de Cipolletti se congregaron para salir a apoyar la democracia, festejar la renuncia de Domingo Cavallo y pedir un cambio en el rumbo económico. Hicieron ruido con lo que pudieron y organizaron una caravana.

Foto: El dolor por la muerte de su madre, Elvira Abaca, no le impidió a su hija Daniela expresar su bronca contra la policía.

   
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