Jueves 27 de diciembre de 2001 | ||
Rodríguez Saá anunció nueva ley laboral y contentó a la CGT |
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Hizo audaces promesas a las centrales obreras, al estilo populista. Los líderes de las dos CGT le dieron su apoyo incondicional. Ya critican sus medidas y se defienden: "no son irresponsables" |
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Con un discurso desbordante de folklore peronista y en el cual se resucitaron las banderas tradicionales del movimiento, el presidente Adolfo Rodríguez Saá prometió ayer ante los jefes de las dos CGT impulsar la derogación la ley de reforma laboral, convocar al Consejo del Salario, la implementación de un tope a las jubilaciones de privilegio yla restitución del 13 % del descuento a jubilados. Al tiempo, explicó que la "tercera moneda", que impulsa el gobierno para paliar la crisis económica, tendrá como respaldo todos los "bienes inmuebles del Estado nacional" Rodríguez Saá realizó estos anuncios en la sede de la CGT de la calle Azopardo, donde se reunió con los líderes de la dos centrales sindicales, Hugo Moyano y Rodolfo Daer, quienes brindaron un incondicional apoyo al nuevo jefe de Estado, aunque negaron que "le den un cheque en blanco" a esta administración. En una alocución en la que comparó a los hechos del 20 de diciembre último con el histórico 17 de octubre y en el que el auditorio no olvidó cantar la Marcha Peronista y lanzar gruesos epítetos contra Domingo Cavallo, Rodríguez Saá sorprendió a la audiencia con un anuncio inesperado: "Vamos a remitir al Congreso nacional una ley para derogar la ley laboral". Rodeado por Daer, Moyano y el resto de los "gordos" del sindicalismo, Rodríguez Saá anunció la reforma de la ley laboral que fue aprobada por el Congreso el año pasado, en medio de un escándalo por las sospechas del pago de coimas a senadores para sancionarla. "Voy a pedir a los compañeros de la CGT que trabajen en el Ministerio de Trabajo con los sectores de la producción para que no haya argentinos esclavos". Tras condenar la reforma laboral, reivindicó a los cuatro senadores que se opusieron en el Senado a la sanción de esa ley, aprobada en el 2000 en medio de denuncias de sobornos que involucraron a miembros del gobierno de la Alianza y a legisladores justicialistas y radicales. "Les pido a los compañeros de la CGT que trabajen en el ministerio de Trabajo conjuntamente con los sectores de la producción para que elaboremos las leyes que deben regir las normas laborales de un país que no quiere ser esclavo sino artífice de su propio destino", agregó. Ayer se anunció la convocatoria "después de muchos años del Consejo del Salario para que discutamos con los empresarios el salario en Argentina" Al defender su iniciativa de "la nueva moneda", Rodríguez Saá sostuvo que "permitirá reactivar la producción, generar empleo y empezar a reconstruir la Argentina" y afirmó que es una alternativa a la "dolarización o devaluación", tras alertar que "la dolarización significa entregar la soberanía nacional" y que "los que piden devaluación no advierten que, si bien puede tener en principio un comienzo de reactivación", ella significa una disminución del "salario", cosa que "no lo vamos a aceptar". "Algunos creen que vamos a hacer algo irresponsable", se atajó, pero replicó que "al argentino lo vamos a respaldar con todos lo bienes inmuebles y tierras fiscales del Estado, enumeró el jefe del Estado en un discurso que se confundió con una arenga electoral. Uno de los primeros anuncios efectuados por el puntano el día de Navidad fue la creación de 116.000 subsidios de empleo (de los cuales, 2.250 llegarán a la zona), , como parte de un plan que proyecta crear un millón de puestos de trabajo. Por cada subsidio de pagarán 200 pesos - en Lecop o en argentinos, durarán tres meses y serán renovables por otros tres. Analistas interpretan esta decisión como una clara estrategia electoral. El ministro del Interior Rodolfo Gabrielli salió al cruce de las acusaciones aseverando que es el camino elegido para apaciguar el dramático cuadro de desempleo y aduciendo que "no se trata de dar subsidios, quiere dar trabajo y no comida". Lo cierto es que estas buenas intenciones estarán a prueba en el manejo que de ellas hagan las provincias y las ONG, a las que se invitó a pilotear. A nadie escapa- por otra parte- que la mayoría de las provincias es peronista y que muchas ONG ocultan a políticos en carrera. El presidente protagonizó ayer una jornada incesante. Confraternizó con el sindicalismo, derogó los superpoderes, recibió a empresarios, tomó juramento a funcionarios, recibió a diplomáticos, siguió sonriendo y llenó su agenda que promete seguir generando noticias. Hoy el turno lo reservó a Carlos Menem. (DyN) Foto: En un encuentro desbordado de triunfalismo y promesas, el nuevo jefe de Estado y las centrales obreras sellaron una nueva relación con mutuas promesas. |
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