Jueves 27 de diciembre de 2001 | ||
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Peronismo en estado crudo |
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Peronismo en estado crudo. O sea en su esencia más controvertida y peligrosa. Esa que se sustenta en la promesa fácil. En el análisis mecánico de los problemas nacionales. En la oferta rápida de soluciones. En la decisión elocuente que con tajante impronta sabe que cosechará ríos de emoción. En fin, el peronismo en su discurso más primario: el que siempre lo acercó a la demagogia y lo metió en ella con una disposición casi bestial para persistir y persistir en ese método. Un estilo que le viene del fondo de su contundente historia. Así siguió ayer ejerciendo ayer la presidencia de la Nación Adolfo Rodríguez Saá. Impetuoso. Hiperactivo. Casi como queriendo digerirse el presente y el futuro en un único acto. Así está gobernando. Prometiendo el cielo y la tierra sin generarse la menor tensión ética sobre si puede cumplir o no. Demasiado vértigo en los anuncios considerando su breve interinato. Por momentos, con el mandatario aquí y allá seguido por la pantalla, a los memoriosos le llegó la imagen de aquél Juan Perón de los años ´46 al ´50. Un huracán de decisiones. Pero claro, son dos Argentinas distintas. Aquélla, con rebosantes reservas gastadas con total impunidad. Y esta Argentina de hoy, endeudada y degradada. Y Rodríguez Saá, que no es Perón aunque lo sueñe. A diferencia de aquél tiene un discurso menos agresivo porque los tiempos son diferentes. Pero emerge un interrogante: ¿Cómo vertebrará su discurso cuando surja la vilurencia conque se expresan aquí las dificultades que atañen al manejo del Estado? ¿Y cuando alumbre la legítima oposición? |
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