Viernes 21 de diciembre de 2001

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Derrotado, renunció De la Rúa y vuelve el peronismo al gobierno

 

El peronismo definía su estrategia para hoy

  En San Luis deliberaban Puerta y varios gobernadores.
  MERLO, SAN LUIS (DyN y Telam) - Los gobernadores justicialistas analizaban anoche aquí si el nuevo presidente de los argentinos hasta el 2003 será el peronista que elija la Asamblea Legislativa o quien resulte electo en una eventual elección que se celebre en el primer tercio del año próximo.
Sin el bonaerense Carlos Ruckauf, quien se vio imposibilitado de llegar hasta aquí junto a su par jujeño Eduardo Fellner y el senador Eduardo Duhalde por razones meteorológicas, los mandatarios definían los pasos institucionales a seguir en compañía del presidente provisional del Senado, Ramón Puerta, su colega Eduardo Menem y un reducido grupo de diputados.
En el complejo serrano Chumamaya, los gobernadores, entre los que se destacaban el local Adolfo Rodríguez Saá, el cordobés José Manuel De la Sota y el santafesino Carlos Reutemann, intentaban acordar si lo más conveniente es que quien resulte elegido por la Asamblea Legislativa concluya el mandato que dejó ayer trunco Fernando De la Rúa con su dimisión o si se convoca a elecciones "para legitimar con el voto popular" al nuevo presidente. Se supo que José Luis Manzano también estuvo allí.
El misionero Puerta confirmó que al menos por 48 horas será responsable de la conducción del Poder Ejecutivo Nacional y descartó que en el curso del encuentro que mantenían anoche pudiera definirse el nombre del dirigente que quedará al frente de la presidencia.
Puerta, quien informó que De la Rúa sigue siendo presidente hasta que hoy a partir de las 11 la Asamblea Legislativa le acepte la dimisión que presentó ayer, es el dirigente justicialista más mencionado para ocupar la presidencia y cuenta con el apoyo del ex primer mandatario Carlos Menem y de los gobernadores del Frente Federal.
Otros nombres que se barajan para poder ser designados por el Congreso para suceder a De la Rúa son los del senador Duhalde y el gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá.
Lo que está claro es que el justicialismo retomará hoy el poder en el país después de 740 días, los dos años y diez días que duró el gobierno de la Alianza que el 10 de diciembre de 1999 se hizo cargo de conducir los destinos del país luego de una década con Carlos Menem ocupando la Casa Rosada.
Mientras aquí, después de participar en el acto de inauguración del aeropuerto local, se reunieron los gobernadores Rodríguez Saá, De la Sota, Reutemann, Néstor Kirchner, Carlos Rovira, Angel Maza, Juan Carlos Romero, Carlos Manfredotti, Julio Miranda y Gildo Insfrán, en la Capital Federal se producía otro encuentro de importancia.
En el Congreso, Ruckauf, Fellner y Duhalde analizaron la situación nacional planteada a partir de la renuncia de De la Rúa con el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, y el titular del bloque de senadores peronistas, José Luis Gioja.
Ruckauf y Duhalde reclamaron que la sucesión se realice con un gobierno de transición de signo peronista que no dure más de tres meses.
Por su parte, el ex presidente Carlos Menem reiteró ayer la necesidad de lograr un gobierno de unidad nacional "para garantizar la estabilidad política, económica y monetaria y la paz social".

Trabajan en un plan económico

Buenos Aires (Télam).- Un grupo de economistas del radicalismo y del justicialismo trabajaban afanosamente para acordar un programa económico de emergencia que servirá de sostén al nuevo gobierno y que incluirá una moratoria de dos años para el pago de intereses de la deuda externa.
Así lo anticipó el diputado nacional Leopoldo Moreau quien anticipó que hoy "las negociaciones serán febriles", antes de la Asamblea Legislativa convocada para las 11 para analizar la renuncia del presidente Fernando de la Rúa que deberá elegir a su sucesor. "Si se lo echó a Cavallo en nombre de una política económica, ahora hay que proponer un cambio que tiene que estar apoyado por todos los sectores. Queremos que lo apoyen todos desde el ARI, hasta el Frepaso, la Iglesia y el sindicalismo".

La Iglesia reclama una política "creativa e inédita"

Los obispos de las distintas diócesis del país formularon ayer duras declaraciones, asegurando que el estallido social es fruto de las injusticias y "errores que han llevado a grandes sectores de nuestra población a padecer necesidades extremas".
El arzobispo de Corrientes, monseñor Domingo Castagna, reclamó una política "creativa e inédita" ante los hechos dolorosos del país.
En una carta dirigida a sus feligreses, Castagna dijo "no se puede apagar un incendio si no se extingue el foco iniciador", que son las estrategias político económicas "deshumanizantes" que se han mantenido en la Argentina.
El prelado de Viedma, monseñor Marcelo Melani, sostuvo que la ola de saqueos a comercios fueron "una manifestación de esa crisis que desde hace tiempo la Iglesia estaba señalando y que se ha hecho más profunda y explotó en la búsqueda de una solución".
El obispo de San Martín, monseñor Raúl Rossi, sostuvo que el "cacerolazo" de anoche, que se registró en la ciudad de Buenos Aires y en sus alrededores "fue espontáneo, porque nadie convocó a nada y la Plaza de Mayo se llenó de gente en pocos minutos".
"Tal vez es contagioso a través de la televisión, pero no hubo alguien que convocara. La gente se sintió muy desilusionada ante el discurso del presidente, que habló sobre el estado de sitio pero no dijo nada que arrojara un poquito de esperanza y de luz. Muchísima gente está harta de esperar una respuesta que no llega y sentir que cada día estamos más en el abismo", declaró.
El arzobispo de Tucumán, monseñor Luis H. Villalba, sostuvo que "no hay lugar a dudas de que las graves carencias son natural caldo de cultivo para la agitación social y la violencia".
"En Río Cuarto la gente salió a la calle porque no da más" dijo en declaraciones su pastor, monseñor Ramón Artemio Staffolani, quien también señaló que el cacerolazo espontáneo de ayer a la noche demostró que "hay valores en la gente, que salió a la calle porque no da más. Esto la dirigencia no lo quiso entender nunca".
Por su parte el obispo de San Miguel, monseñor José Luis Mollaghan, instó a vivir una dimensión social y solidaria y se puso al frente del operativo para asistir a los más necesitados, a través de Cáritas San Miguel y la recientemente creada Red de Emergencia Diocesana.
También exhortó a "mantenerse unidos y a tener la esperanza viva".

Foto: Duhalde se reunió ayer en Buenos Aires con Ruckauf y Camaño. En San Luis, el resto de la dirigencia analizaba también la estrategia sucesoria.

     
     
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