Sábado 8 de diciembre de 2001 | ||
Salvaje interna en el PJ por la sucesión |
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Hay coincidencia en que serán el próximo gobierno, pero algunos sectores desean forzar la salida de De la Rúa, en tanto que el menemismo necesita más tiempo para reconstruir su poder, por lo que aparece como el más cercano a buscar soluciones para la crítica situación del país. Muchas alianzas sólo por conveniencia. |
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Buenos Aires (ABA)- Es sólo cuestión de tiempo; mientras tanto, el justicialismo se prepara para hacerse cargo del poder. Claro que, según el je-fe partidario del que se trate, el futuro se ve distinto: o más próximo o más lejano. Hasta aquí, en el PJ creían asegurado el sillón de Rivadavia a partir del 2003; ahora todos coinciden que la responsabilidad les llegará antes. Y mientras el gobierno no encuentra el camino para salvar la crisis económica más importante de las últimas décadas, el principal partido de la oposición se desvive en una lucha interna e intestina que parece mostrar que el problema de conducción envuelve a toda la clase política, y no sólo al oficialismo. Hoy por hoy, todos los candidatos del PJ se apuran a fijar posiciones encontradas entre ellos. La relación entre Carlos Menem, Carlos Ruckauf, José Manuel de la Sota y Eduardo Duhalde pasa por su peor momento. El diálogo entre ellos es apenas formal, y sus allegados no dejan de denunciar a sus contrincantes internos como "conspiradores" o "traidores". "El peronismo es así, siempre fue a-sí. Nos matamos por llegar al poder, porque nos gusta ejercerlo. Pero pode- mos estar matándonos para ver quien gana la carrera y, después, al momento en que queda claro el nombre del gana-dor todos nos encolumnarnos atrás", dice el senador reelecto Jorge Yoma. Puede ser cierto. Pero por estos días la internas palaciegas dominan el escenario del peronismo. Las posiciones ante la crisis y la relación con el gobierno marca las diferencias. Mientras Menem y el menemismo se presentan ante la sociedad como el socio que necesita De la Rúa, Carlos Ruckauf sigue promoviendo sin demasiado disimulo la caída de la gestión aliancista. Credibilidad "Argentina tiene que recuperar credibilidad internacional, y eso es imposible mientras De la Rúa sea presidente. No tenemos una actitud golpista, sino salvadora; es hora de reconocer que hay que hacer un cambio para sacar al país del pozo", habría dicho ayer el gobernador bonaerense en una reunión con otros mandatarios provinciales. Según esta versión, uno de sus colegas habría puesto un reparo sensato: "Todo bien, Carlos, pero el próximo presidente también tendrá que bailar con la más fea, porque no te olvides que si lo volteamos ahora de De la Rúa, su reemplazante será el que tendrá que avisar que los depósitos no se devuelven". Ayer quedaron claras las diferencias. Menem pactaba, a través de E-duardo Bauzá y Enrique "Coti" Nosiglia, un encuentro cumbre con el presidente, para ir a transmitir su apoyo a la continuidad e incluso "acercar algunos consejos". El riojano insiste con la necesidad de apurar la dolarización y ofrece la colaboración de "sus contac-tos" en los Estados Unidos. Pero ayer al mediodía, cuando los hombres de De la Rúa ultimaban detalles para dicha cumbre, llegó el gobernador Ruckauf a la Casa Rosada para reunirse con Chrystian Colombo, jefe de Gabinete y responsable del acuerdo político. El gobernador y el presidente se cruzaron en un pasillo; y ni siquiera se saludaron. El enojo de los radicales con el mandatario bonaerense se transformó en odio a estas alturas. "Lo que está en juego es la Argentina, no las candidaturas. Tendría que mostrar cierto grado de colaboración y dejarse de complotar", lan-zó el vocero Juan Pablo Baylac. Mientras tanto, los demás líderes justicialistas hacen su propio juego. Eduardo Duhalde desapareció de la escena, y parece más preocupado por arreglar sus trifulcas con Ruckauf que en salir a opinar por la crisis nacional. La relación entre el senador electo y el gobernador pasa por su peor momento, y la alianza estratégica corre riesgo de quebrarse. Los ruckaufistas aseguran que Duhalde tiene por objetivo desgastar la gestión bonaerense para birlarle la candidatura presidencial, y tampoco quieren involucrarse en la lucha sin descanso que el ex gobernador mantiene con Menem. Por eso, Ruckauf quiso esta semana acercarse a José Manuel de la Sota, otro de los posicionados para suceder a De la Rúa. Y lo logró a medias: el cordobés accedió a firmar una serie de acuerdos bilaterales entre las dos provincias para enfrentar la crisis, pero no quiso impulsar una táctica conjunta hacia la pelea interna. Ruckauf estaría ofreciendo definir entre ellos dos los puestos en la fórmula presidencial mediante una interna a-bierta. El cordobés cree que no se pue-den tomar decisiones que no incluyan a Menem, porque el ex presidente demostró tener fuerte peso en el PJ. Carlos Reutemann, por su parte, espera. Mantiene el diálogo con todos los sectores pero no arregla de forma definitiva con nadie. Sus seguidores aseguran que el ex piloto mantiene intactas sus pretensiones presidenciales. El santafecino cree que mantenerse al margen de las disputas en una buena estrategia; la sociedad está cansada de la política de entre casa y allí él podría sacar alguna ventaja. Es tal el desbarajuste interno, que los diputados justicialistas ya le encontraron una posible, aunque extraña, solución. En el proyecto que presentaron en el Congreso para modificar la ley de acefalía, se especifica que el "presidente interino" deberá llamar a elecciones presidenciales en el corto plazo. Y el futuro mandatario se elegiría mediante ley de Lemas; es decir, esto permitiría que todos los candidatos peronistas se presenten a las eventuales elecciones y posibilitaría definir la interna partidaria al mismo tiempo que se defina el futuro del país. Gonzalo Alvarez Guerrero |
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