Martes 4 de diciembre de 2001

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Israel lanzó una fuerte ofensiva y anuncia una "larga guerra"

 

Arafat, al filo del ocaso, lucha por sobrevivir

  El líder palestino ya no logra controlar a los violentos. Pierde crédito internacional y entre su propia gente.
  Tras los atentados terroristas que este fin de semana llenaron de sangre Israel, el líder palestino Yasser Arafat es para la mayoría de los israelíes hombre muerto, al menos políticamente.
Incluso los comentaristas normalmente más moderados expresaban el lunes su furia por los atentados suicida en Jerusalén y Haifa y coincidían en su exigencia: "€Arafat tiene que irse!".
También para el primer ministro israelí, Ariel Sharon, "la persona que es responsable por todo lo que sucede aquí se llama Arafat", según declaró por la noche en un discurso televisado a los israelíes.
Para la mayoría de los israelíes, así como para muchos de los ministros del gabinete de Sharon, la caída de Arafat, la destrucción de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) e incluso la reocupación de los territorios autónomos es la única respuesta posible a la última ola de violencia, con la que los extremistas palestinos -con el consentimiento de su presidente- han agotado la paciencia de Israel.
Aunque los analistas israelíes no esperan que Sharon, pese a toda su retórica, vaya a adoptar ya medidas tan drásticas, sí que son unánimes en su análisis: Yasser Arafat, quien en 1994 recibió el Premio Nobel de la Paz por su disposición al compromiso y amplitud de miras políticas, está ahora, 15 meses después del comienzo de la sangrienta Intifada, al borde del abismo político.
El líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que gozó durante largo tiempo de las simpatías del mundo por las a menudo desmesuradas acciones militares israelíes, corre el peligro de convertirse en un paria internacional debido a la desbordante violencia de sus filas.
El político de 72 años, quien durante toda su vida se ha visto en numerosas ocasiones entre la espada y la pared, ha permitido que Israel y su población convirtieran el disperso territorio palestino en una ruina política y económica.
Arafat, quien a finales de diciembre del año pasado rechazó el plan de paz del entonces presidente estadounidense, Bill Clinton, pese a que la oferta cumplía "casi todas" sus demandas, lucha ahora por la mera supervivencia política.
En este sentido, la consecución de un acuerdo pacífico con Israel, así como la declaración de un Estado palestino independiente en la Franja de Gaza y Cisjordania con Jerusalén Este como capital son cuestiones que han quedado aplazadas. En cambio, Arafat debió ver cómo helicópteros de combate israelíes destruían sus helicópteros en Gaza. Una humillación deliberada, a la que posiblemente le seguirán otras.
El líder palestino, que siempre se ha pronunciado a favor de la "paz de los valientes" pero que en los últimos tiempos apenas ha hecho nada para lograrla, parece haberse decidido a actuar rápidamente, en vista del peligroso cariz de los acontecimientos.
Intenta evitar las peores consecuencias para él y su ANP. Con el anuncio del estado de excepción y la detención de más de cien extremistas palestinos, realiza un intento de última hora de tomar la iniciativa.
"Esta vez Arafat va en serio", asegura un consejero del líder palestino, quien se ha atraído las iras de Estados Unidos con su actitud permisiva respecto al terrorismo. Washington espera que la presión internacional obligue finalmente a Arafat a actuar. "Esta es la hora de la verdad, señor Arafat", le advirtió el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell.
Sólo el tiempo dirá si Arafat, el hombre que sorteó mil dificultades, podrá con la tarea.(DPA)

División en el frente interno

Con el arresto de cientos de extremistas palestinos, Arafat corre el riesgo de un revés político en su propio pueblo, e incluso la posibilidad de violencia entre grupos palestinos rivales si lanza una campaña enérgica contra los militantes
La popularidad de los grupos extremistas ha aumentado desde el inicio de los levantamientos contra la ocupación israelí en septiembre del 2000. Aunque los analistas palestinos dicen que Arafat no enfrenta retos serios a su liderazgo, hay descontento con su figura y su incapacidad de obtener algunas ganancias con los levantamientos. Muchos palestinos quieren que la revuelta continúe y el arresto de militantes podría hacer crecer la oposición a Arafat.
El respaldo a los militantes suicidas durante un funeral ayer en Gaza y en una manifestación en la ciudad de Naplusa, apunta a los problemas que Arafat podría enfrentar si lanza una campaña enérgica contra esos grupos. (Reuters)

Hamas promete venganza y nuevos "mártires"

El movimiento fundamentalista palestino Hamas, autor de los atentados suicidas del fin de semana en Medio Oriente, amenazó a Israel con hacerle "pagar caro" los ataques aéreos efectuados ayer en Gaza y Cisjordania.
"El enemigo sionista pagará muy caro el crimen que cometió ayer bombardeando edificios de la Autoridad Palestina en Gaza, Jenín y Belén, y nosotros prometemos venganza", dijeron en un comunicado las Brigadas Ezzedin al-Qassam, brazo armado de Hamas. "Nuestra respuesta será proporcional a los crímenes de Israel y llegará pronto", agregó.
El grupo extremista distribuyó un video grabado por el atacante suicida palestino Maher Ihbeishi antes de volarse en pedazos el domingo en un autobús en la ciudad israelí de Haifa, matando a 15 personas. El video mostró al plomero de 24 años, residente en la ciudad cisjordana de Naplusa, vistiendo un uniforme de camuflaje y un pañuelo de colores, y sentado solemnemente mientras recitaba pasajes del Corán. "Le digo a los sionistas que ustedes no disfrutarán seguridad. Decenas, incluso cientos de mártires están esperando su turno", dijo Ihbeishi. Luego sonrió para la cámara con el Corán en una mano y un rifle en la otra. Ihbeishi dijo que quería vengar a los líderes palestinos por Israel.

Advierten sobre planes para eliminarlo

Un destacado dirigente del movimiento oficialista palestino Al-Fatah afirmó ayer que si Israel intenta eliminar -se supone que políticamente- o expulsar a su líder, Yasser Arafat, miles de combatientes se alistarán para la guerra
De ese modo se manifestó uno de los dirigentes más destacados de Al-Fatah en Cisjordania y Jerusalén Este, Játem Abdel Káder, en reacción al debate que tiene lugar en Israel -y que se ha vuelto más insistente en los últimos días- sobre la posibilidad de "deshacerse de" o de "expulsar a" Arafat.
El dirigente de Al-Fatah en Cisjordania y Jerusalén recordó que "hasta ahora, la línea oficial del movimiento no incluía el respaldo a operaciones dentro de Israel, aún cuando hubo algunos casos aislados". "Tenemos varias "líneas rojas", y una de ellas es si Israel expulsara a palestinos de Cisjordania y Gaza, pero otra es la posibilidad de que ese país intente eliminar a Arafat, en cuyo caso Al-Fatah pasará a actuar a lo grande dentro de Israel", afirmó Abdel Káder.
"Es decir, una fuerza masiva de luchadores palestinos se alistarán para la guerra contra Israel", dijo el destacado dirigente de Al-Fatah en Cisjordania y Jerusalén Este. "Es demencial que Israel piense seriamente en deshacerse de Arafat", dijo Hamada Jalil, un funcionario de Al-Fatah, el principal de los ocho grupos que integran la OLP.
     
     
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