Martes 27 de noviembre de 2001
 

Fuertes críticas y cautela científica ante la producción de embriones

 

La clonación de embriones humanos realizada en Estados Unidos despertó fuertes críticas, sobre todo en sectores religiosos, aunque también muchos científicos dudan de la aplicabilidad a corto plazo del hallazgo, así como de su efectividad.

  El tabú de la clonación humana ha caído tras los experimentos realizados en los Estados Unidos. Con fuertes reproches en medios políticos y religiosos y reacciones más cautelosas en la comunidad científica mundial fue acogida ayer la primera clonación de un embrión humano por una empresa estadounidense de biotecnología.
George W. Bush, el Papa Juan Pablo ll y países de la Unión Europea, lo mismo que el presidente argentino Fernando De la Rúa y el brasileño Fernando Cardoso condenaron ayer el experimento, anunciado el domingo por un laboratorio de Massachusetts, y el presidente norteamericano pidió al congreso la prohibición de este procedimiento.
En tanto, De la Rúa expresó: "Como presidente de la Nación Argentina y haciéndome eco del sentir de nuestro pueblo sin distinción de posiciones políticas o religiosas, expreso mi rechazo a experimentos cuyas consecuencias para el futuro de l Humanidad son de extrema gravedad". En un comunicado oficial, el primer mandatario advirtió que los ensayos sobre clonación de embriones humanos pueden "desconocer la dignidad de la persona, única e irrepetible".
De la Rúa advirtió que dichas prácticas sobre clonación son "claramente violatorias del respeto irrestricto que es debido a la dignidad de la persona humana y contravienen principios éticos fundamentales".
Del avance, anunciado por Advanced Cell Technology (ACT) de Worcester (Massachusetts), participó de manera decisiva un científico argentino, el veterinario José Cibelli, quien por otra parte es vicepresidente de la compañía y firmaba el informe publicado en el Journal of Regenerative Medicine.
Michael West, presidente de ACT, declaró a la prensa que el propósito de la empresa no había sido la creación de un ser humano, sino la obtención de obtener células madre embrionales mediante las cuales se pueda tratar enfermedades hasta ahora incurables, como la diabetes o el mal de Alzheimer.
Según el informe, firmado por el veterinario argentino José Cibelli y colaboradores del ACT, para el experimento, siete mujeres de entre 24 y 32 años de edad pusieron a disposición 71 óvulos, de los cuales se escogió 39 para someterlos a dos procedimientos.
Por una parte, 22 óvulos fueron estimulados para dividirse artificialmente por métodos asexuales (partenogénesis), cosa que no se da de forma natural en el ser humano. A los otros 17 óvulos se les extrajo el núcleo, inyectándoles en su lugar núcleos de células adultas -fibroblastos obtenidos de la piel de las donantes y células cúmulos-, según el mismo método por el cual fue creada la oveja "Dolly".
En ambos casos, los óvulos se desarrollaron hasta un estadio que la empresa no detalla. Según el consejo ético de ACT, sin embargo, "ningún embrión creado mediante la tecnología de transferencia nuclear puede ser mantenido más allá de 14 días de desarrollo".
Ian Wilmut, del Instituto Roslin de Edimburgo, que en 1966 produjo la oveja "Dolly", el primer animal clonado, calificó el experimento norteamericano de "resultado provisional", señalando que era "escaso" su potencial de utilización inmediata.
A juicio de Wilmut, no está suficientemente comprobado que los embriones producidos por ACT sean "verdaderos clones", pues, a su estadio de desarrollo, deberían haber tenido "muchas más células".
Un "verdadero progreso" habría sido si los embriones se hubieran mantenido con vida "al menos durante siete días", dijo Wilmut a la emisora BBC británica. "Es imposible decir a qué distancia se hallan ellos (los científicos de ACT) de la producción de células madre utilizables. Pero este informe no contiene nada que permita deducir una aplicación inmediata de esta tecnología", añade.
El presidente norteamericano George W. Bush, sin embargo, criticó el experimento, declarando que está decididamente contra la clonación de embriones humanos, y que el Congreso en Washington debería despachar a la brevedad una ley que lo prohíba, según dijo una portavoz de la Casa Blanca.

Los motivos religiosos

El experimento provocó también fuertes reacciones en la Santa Sede, en el Vaticano, en la Iglesia Ortodoxa Rusa, entre otras.
A las afirmaciones de la empresa Advanced Cell Technologgy (ACT) de Worcester (Massachussetts), de que lo que ha creado no es vida humana sino "vida celular", la Santa Sede replicó en el Vaticano que "el comienzo de una vida no puede ser establecido arbitrariamente a un cierto estado de desarrollo de un embrión". Lo que los científicos norteamericanos han llamado "un embrión primitivo" debería ser considerado efectivamente como un ser humano.
Por su parte, en Moscú, la Iglesia Ortodoxa Rusa anunció que excomulgará a todo científico ruso que practique la clonación de seres humanos y a toda persona que reciba tratamiento médico basado en tales procedimientos. Los experimentos de la empresa ACT son particularmente deplorables, porque utilizan embriones "como materia prima", dijo Anatoly Ilin, portavoz del patriarcado de Moscú.

Beneficios en Wall Street

Las afirmaciones realizadas por la Advanced Cellular Technology acerca de la clonación de un embrión humano, ayudaron a que las acciones de las principales empresas biotecnológicas como Geron Corp y StemCells obtuvieran en Wall Street beneficios del 9,5% y el 15%, respectivamente.
Mientras tanto, la Amex Biotechnology Index y el Nasdaq Biotechnology Index, los dos índices representativos del sector biotecnológico se mantienen todavía anclados en la sombra de la paridad. Incierta es aún la marcha de Biogen, Amgen y Celera, mientras que para la Cambridge Antibody Tech e Immunomedics la performance es negativa, ya que pierden el 2,78% y el 2,17%, respectivamente. "Estamos lejos de una verdadera y propia aplicación práctica, el rumor que se está haciendo sobre el caso es decididamente alto", afirmó Mark Monane del Banco de Inversión Needham & Co. (ANSA)

Un argentino, el autor del informe

El veterinario argentino José Cibelli, del equipo de la empresa estadounidense Advanced Cell Technology (ACT) que ha clonado embriones humanos, asegura que no tienen intención "en absoluto" de transferirlos a un útero humano.
"La idea no es mezclar especies sino tener células humanas que permitan curar enfermedades", señaló Cibelli, de 38 años, en una entrevista publicada ayer por el diario "Clarín". Cibelli, quien se graduó en la Universidad de La Plata y se radicó en Estados Unidos desde que en 1998 concluyó allí su doctorado ya piensa en los próximos pasos: "el año que viene tendremos células madre de embriones aisladas y después vendrán las terapias". Sin embargo, admite que el avance del proyecto puede verse obstaculizado por el Congreso de Estados Unidos.
"No sabemos qué decidirán los legisladores de Estados Unidos", señala el científico argentino, quien opina que en su fuero interno los congresistas están a favor de la clonación terapéutica, pero "no lo admiten para no perder votos".
Cibelli habla también de su forma de trabajo en Worcester, en Massachussets. "Como la empresa quiere dar a conocer todo lo que hace y mostrar transparencia para que la gente sepa la importancia de estos estudios, me filman todo el día en el laboratorio. Incluso tengo una cámara que registra todo lo que veo en el microscopio". (EFE)

Foto: Un embrión. Apenas un puñado de células sobre las que se centra la discusión de si se trata de un ser humano o no.

   
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