Martes 27 de noviembre de 2001

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Cómo rastrean a Ben Laden en las "grutas blindadas"

La ONU presiona por el envío de tropas de paz

 

EE. UU. realizó su mayor despliegue de tropas en Kandahar

 

Desembarcan 500 marines en el sur: llegarían a 1.600.

  Washington/KABUL .- Cientos de infantes de marina de Estados Unidos, apoyados por tribus pashtunes, irrumpieron ayer en el patio trasero del Talibán, estableciendo una cabeza de puente en el sur afgano para llevar la guerra contra Osama ben Laden y sus protectores a una nueva fase crucial.
Los "marines" llegaron ayer con blindados y artillería a los alrededores de Kandahar, en la primera gran operación terrestre desde que Washington declaró la guerra al terrorismo.
Estados Unidos comenzó la operación antes del amanecer. Desde buques de guerra estacionados en el Océano Indico, helicópteros de gran tamaño y aviones Hércules de transporte trasladaron a soldados y equipos blindados al aeropuerto de Kandahar, ubicado unos 20 kilómetros al sureste de la ciudad.
El aeródromo había sido conquistado antes por milicianos pashtún.
Los soldados, unos 500 según un portavoz de la coalición antiterrorista liderada por Washington, actúan en coordinación con las fuerzas de élite sobre el terreno.
Esta ofensiva estadounidense de envergadura coincide con la noticia, proporcionada por dirigentes de la Alianza del Norte, de que Osama Ben Laden -acusado por Washington como el principal responsable de los atentados del 11 de septiembre- se encuentra junto al máximo dirigente de los talibanes, el mullah Mohammed Omar, en Kandahar.
Los estadounidenses están persiguiendo a Ben Laden con operaciones terrestres, aviones no tripulados y tecnología de detección a distancia.
Pero aún se mantenía el misterio acerca del paradero exacto del hombre por cuya cabeza Washington ha ofrecido una recompensa de 25 millones de dólares, y de su anfitrión Omar.
Los observadores en Kabul estiman que la guerra ha entrado en una nueva fase. Hasta la fecha, Estados Unidos se había limitado a atacar desde el aire y a enviar pequeñas unidades especiales para acciones específicas.
En círculos próximos al gobierno de Washington se subrayó que la participación en los combates en Kandahar no figuraba entre las prioridades de los marines estadounidenses. Más bien se iban a centrar en perseguir a los miembros de Al Qaeda y a los dirigentes talibán e impedir su huida, así como en fijar los blancos de los ataques aéreos.
El ministro de Defensa norteamericano, Donald Rumsfled, dijo en conferencia de prensa en el Pentágono que los marines que desembarcaron en Afganistán constituyen "una base operativa avanzada" y podrán ser empleados en diversas misiones.
No obstante, Rumsfeld evitó entrar en detalles sobre la misión y decir si sus prioridades son la caída de Kandahar o la captura de Ben Laden.
Además, Rumsfeld evaluó que el mullah Omar no es del tipo de los que se rinden y dijo que "no puedo imaginar que sea capturado, es de los que van hasta el final". "Pensamos que los talibanes se van a atrincherar y combatir, probablemente hasta el final", declaró por su parte el jefe del estado mayor conjunto estadounidense Richard Myers.
"Parece que Omar se concentra en la organización del combate" de los talibanes, mientras que "Osama Ben Laden parece concentrarse en su necesidad de esconderse", agregó Myers.
Rumsfeld y Myers confirmaron también que la cantidad de marines aumentará en los próximos días. Según la cadena norteamericana ABC ese incremento de tropas llegaría a los 1.600 hombres en las 24 horas venideras.
"Afganistán es sólo el comienzo de una guerra global contra el terrorismo", dijo Rumsfeld, quien confirmó que cinco soldados norteamericanos fueron heridos al "sofocar" una confusa situación reportada como una "revuelta de prisioneros talibanes" en Mazar i Sharif, en la que 600 presos fueron muertos.
También Londres reconoció que varios de sus soldados fueron heridos en operaciones desarrolladas junto a fuerzas norteamericanas en Afganistán Así lo informó el ministro de Defensa británico, Geoff Hoon, ante la Cámara de los Comunes.
En tanto, el ministro líder del parlamento, Robin Cook, sostuvo que "se revisará la situación del retiro de 6.000 tropas británicas en la región de conflicto, pero creo que hay que entender que la presencia de tropas británicas en Afganistán no es necesaria".
Respecto a los rumores acerca de disputas con Washington sobre el papel de los efectivos británicos en la base área de Bagram, al norte de Kabul, el titular de Defensa dijo que son "absolutamente mentira".
El primer ministro Tony Blair informó que quiere ver tropas británicas en Afganistán para que colaboren con la campaña de distribución de alimentos, a pesar de la falta de interés de Washington, que por su parte prefiere destinar todas las fuerzas militares de la coalición a capturar a Ben Laden .
Hoon pedirá al premier inglés que tome una determinación "a la brevedad" sobre los 120 soldados de las fuerzas especiales de la marina que permanecen en el aeródromo de Bagram, y otros 5.800 soldados acantonados en la región. (Télam/Reuters/DPA)

Unos 600 prisioneros habrían muerto en la rebelión

PESHAWAR-WASHINGTON (ANSA) - Unos 50 prisioneros -legionarios pro talibán- seguían resistiendo ayer atrincherados en un ala de la fortaleza-prisión de Mazar-i-Sharif, donde una revuelta iniciada ayer por los detenidos dejó al menos 600 muertos.
"Disparan durante todo el día con ametralladoras y morteros, les dimos tiempo hasta mañana para que se rindan pero estoy seguro de que no lo harán, es gente lanzada al suicidio", lo declaró ayer Abdul Wahid, un vocero de la Alianza del Norte.
Los rebeldes son casi todos "legionarios extranjeros", árabes paquistaníes y chechenos, alineados al flanco talibán y que se rindieron el sábado en la batalla de Kunduz.
Luego de su captura, fueron llevados a Qala-i-Janghi, una gigantesca fortaleza del siglo XIX a pocos kilómetros de Mazar.
La revuelta se inició ayer cuando algunos de los prisioneros inmovilizaron a los guardias, durante una entrevista con periodistas ingleses, tomaron el arsenal de la prisión y comenzó el infierno.
Anoche parecía que todo había terminado, con un saldo de cientos de muertos, pero milicianos de la Alianza del Norte descubrieron que en un ala del complejo todavía había legionarios armados hasta los dientes.
Olim Razm, consejero político del gobernador de Mazar, el general Abdul Rashid Dostum, dijo que en el centro de detención había más de 600 prisioneros, de los cuales, entre ayer y hoy, habían muerto casi todos. Algunas fuentes hablan incluso de 800.
Un vocero de la Alianza también admitió que durante la matanza cruzada murieron unos cien milicianos antitalibán.
En tanto, los cinco soldados norteamericanos que resultaron "seriamente" heridos durante los sucesos, cuando una bomba "amiga" falló el blanco, fueron evacuados de Afganistán para ser atendidos en Alemania.
Así lo dijo ayer el jefe del Estado Mayor norteamericano, Richard Meyers, quien confirmó que la bomba estaba destinada a los prisioneros amotinados.
La bomba no aplacó la rebelión, en la cual habría muerto un norteamericano, a quien se conoce sólo por el nombre Mike y que podría ser un agente de la CIA.

Foto: Un grupo de marines lee por última vez las instrucciones antes de saltar. Entre ellas está cómo decir "¡tírese al suelo boca abajo!" en dialectos afganos.

     
     
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