Jueves 8 de noviembre de 2001

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La oposición avanza sobre la ciudad clave en el norte afgano

 

El "novato" Bloomberg gobernará en Nueva York

 

El millonario ganó por estrecho margen.

  NUEVA YORK (ANSA).- Siete semanas después del 11 de setiembre los neoyorquinos pusieron un multimillonario en City Hall: Michael Rubens Bloomberg, un "tycoon" que se hizo sólo y que a los 59 años debutó en política, fue electo el 108 alcalde de Nueva York.
Con Giuliani detrás suyo, bajo una lluvia de papel picado con los colores de la bandera de las barras y estrellas, Bloomberg celebró la victoria en un hotel del centro: "Nueva York está viva, está bien, y está abierta a los negocios".
"Tenemos por delante enormes problemas, pero lo lograremos", proclamó el nuevo alcalde, que, con la victoria de ayer, desafió a la historia: jamás había ocurrido en la historia reciente que un republicano sucediera a otro republicano.
En su primera conferencia de prensa formal luego de ganar las elecciones, Bloomberg declaró que cuando asuma en enero se encargará de "salvar puestos de trabajo" y reavivar la economía devastada por los ataques terroristas.
Para coronar su sueño y derrotar al demócrata Mark Green, un político de profesión, Bloomberg gastó casi 60 millones de dólares de su propio bolsillo. Pero sobre el sueño del alcalde- multimillonario, los terroristas de Al Qaeda y alcalde saliente Rudolph Giuliani pusieron -aliados sin quererlo- una pesada hipoteca.
Los atentados del 11 de septiembre y la sombría herencia de un alcalde de legendaria estatura transformaron en pocas semanas el puesto de alcalde de Nueva York, en el trabajo más ingrato del mundo.
Y está, entre las pesadillas del sucesor de Giuliani, el déficit operativo ya previsto de la ciudad de Nueva York: 3.000 millones de dólares en el 2002-2003: Está la perspectiva de los 115.000 desocupados en el corriente año fiscal. Y la comparación que asocia el actual estado económico de la ciudad con los duros años setenta. Pero principalmente, está el fantasma de un alcalde popular como Giuliani, que continuará obstinadamente a desenvolverse en los pasillos de City Hall.
"El primer año será terrible para su sucesor y para la ciudad. La comparación con el predecesor es una fórmula para el fracaso", había pronosticado The New York Times. Al elegir a Bloomberg, el hombre que Giuliani apoyó en el último tramo de la campaña electoral, los neoyorquinos claramente auspiciaron que el sucesor del alcalde del 11 de septiembre sea un líder hecho de la misma fibra.
"Fue una cuestión azarosa, y para muchos un salto hacia el vacío", escribió ayer el Times, que respaldaba a Green.
No obstante ello, el principal diario de Nueva York dio, dado el hecho consumado, la aprobación para el nuevo alcalde: "Todos los neoyorquinos y cada estadounidenses que piensan en el futuro de la ciudad, se auguran que Bloomberg logre su cometido".
El voto de ayer concluyó una campaña electoral marginalizada por la demolición del World Trade Center . Anoche muchos neoyorquinos se fueron a dormir sin conocer al ganador. Green, que a fines de octubre tenía una ventaja del 16%, perdió sólo por 30.000 votos.En la derrota demócrata jugó un rol decisivo el vuelco de los hispanos hacia el candidato republicano, furiosos por la derrota en las internas de su candidato, Fernando Ferrer.

Un duro "castigo hispano"

La división del voto hispano, que optó prácticamente al 50% por Michael Bloomberg y Mark Green, fue una de las claves de la derrota del candidato demócrata y una lección importante para futuras elecciones en Nueva York.
Luego de la controversia que se suscitó en la ciudad por la campaña "sucia" que Green hizo durante las primarias contra el único candidato hispano, que indignó a los latinos, la interrogante era cómo afectaría eso a los resultados de la contienda, ya que no había logrado conquistar a una comunidad que es históricamente demócrata.
Los resultados demostraron que a la hora de emitir su voto, los hispanos no olvidaron el incidente, al que atribuyen que el puertorriqueño Fernando Ferrer, máxima figura política hispana de la Gran Manzana, haya perdido la oportunidad de ser el primer latino en sentarse en la alcaldía de Nueva York.
Ferrer lamentó que el candidato demócrata haya perdido pero admitió que la comunidad latina "respondió negativamente a su mensaje en esta contienda. Nadie puede darnos por seguros".
"Mark Green aparentemente no quiso reconocer la importancia de la comunidad latina y ese fue su error", agregó.

El desafío de levantar la moral

Los partidarios de Michael Bloomberg festejaron el triunfo republicano en Nueva York, aunque los residentes en general prestaron poca atención a los primeros comicios que se celebraron tras los atentados que destruyeron las Torres Gemelas del World Trade Center.
El multimillonario republicano se enfrenta al duro desafío de dirigir una ciudad que atraviesa por uno de los momentos más difíciles de su historia, no sólo a causa de los daños ocasionados por los atentados a su economía, sino también a la moral de su gente.

Análisis: El peso del dinero

Pocos tenían dudas, pero a partir de ayer quedó demostrado que el dinero "ayuda" a ganar elecciones democráticas, y si no, que se lo pregunten al republicano Michael Bloomberg, próximo alcalde de Nueva York.
La victoria de Bloomberg, el séptimo hombre más rico de la Gran Manzana, es significativa porque demuestra el éxito y la efectividad de las masivas campañas mediáticas por televisión, costeadas a base de millones de dólares para "vender" la figura de un candidato. Bloomberg era prácticamente desconocido para los neoyorquinos cuando hizo público su sueño de lograr el cetro municipal y lo ha logrado, en parte, según los analistas, por los 3,5 millones de dólares que se gastó en la última semana en un anuncio en televisión y radio de 30 segundos en el que era apoyado por Rudolph Giuliani. Giuliani casi no asistió a actos electorales junto a Bloomberg y éste utilizó exclusivamente los anuncios en televisión -grabados en el despacho del alcalde - para machacar que contaba con su apoyo y respaldo. Las estimaciones más conservadoras afirman que Bloomberg invirtió entre 50 y 60 millones de dólares de su fortuna- calculada en más de 4.500 millones de dólares gracias al éxito de su agencia de noticias - en un año de campaña para darse a conocer y contratar a los mejores asesores
Esto significa que cada voto recibido le costó al millonario aproximadamente 70 dólares, ya que no escatimó en gastos, especialmente para poder contar con los mejores asesores, como fue el caso de David Garth, que también ayudó a Giuliani y que la prensa local afirma cobró a Bloomberg 700.000 dólares. Su contrincante, el demócrata Mark Green, carecía de la fortuna de Bloomberg pero aun así se gastó mas de 15 millones de dólares
La historia de EE.UU. muestra, sin embargo, que el dinero no siempre es sinónimo de respaldo en las urnas, como es el caso de Ross Perot que en 1992 dedicó 65,6 millones de dólares para llegar la Casa Blanca y fracasó estrepitosamente. Peor fue la experiencia de Steve Forbes, otro millonario que en el 2000 intentó también lograr la candidatura republicana a la presidencia a pesar de gastarse 29 millones de dólares . (EFE)

Foto: El nuevo alcalde (der.) de la ciudad devastada por los ataques terroristas festejó junto a Rudolph Giuliani, cuyo apoyo fue clave en el último tramo de la campaña.

     
     
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