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EE. UU: otro "empujón" a la economía
La "FED" bajó por décima vez las tasas de interés, que están como en 1961
En medio de informes gubernamentales y del sector privado, que auguran una recesión después de una década de crecimiento sin par en tiempos de paz, la medida del banco central intenta que los consumidores recuperen la confianza y vuelvan a gastar.
En las bolsas de Nueva York y de Chicago los operadores saludaron con vítores el anuncio de la Reserva Federal y de inmediato se aceleró el frenesí de transacciones que ha estado tan ausente en las semanas recientes.
El tipo de interés en préstamos interbancarios a corto plazo queda ahora establecido en el 2%, el más bajo en cuatro décadas.
La tasa de descuento que la Reserva Federal cobra a los bancos por los fondos que presta también fue rebajada en medio punto porcentual y ha quedado en el 1,5%.
En su comunicado, el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal indicó que aún percibe ingredientes de debilidad en la actual coyuntura económica, lo cual sugiere que el banco central sigue dispuesto a aprobar más rebajas de los tipos.
"Las incertidumbres y preocupaciones aumentadas acerca de un deterioro de las condiciones para los negocios, tanto aquí como en el exterior, siguen frenando la actividad económica", señaló el comunicado.
La meta de la Reserva Federal sigue siendo la estabilidad de precios y el crecimiento económico sostenible a largo plazo, y con esta perspectiva el banco central cree que "los factores actuales indican principalmente una debilidad económica".
Para los inversores, que han vivido temiendo la recesión desde hace un año, la decisión de la Reserva sugiere que los economistas del Gobierno ven próximo el fin del ciclo de desaceleración y están dispuestos a aplicar estímulos monetarios porque no temen a la inflación. De hecho, el Indice de Precios al Consumo (IPC) sigue manteniéndose por debajo del medio punto porcentual y algunos economistas creen que la eficacia de las rebajas de tasas es cada vez menor, mientras los consumidores no recuperen la confianza en la estabilidad económica.
La decisión del órgano financiero autónomo se produjo después de una nueva ronda de negociaciones entre los líderes del Congreso y el presidente estadounidense, George W. Bush, en torno a un plan de estímulo económico de unos 100.000 millones de dólares.
El jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Tom Daschle, de Dakota del Norte, y el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Dennis Hastert, aseguraron que el Congreso apresurará la aprobación del paquete.
Paliar los efectos de los ataques
La economía estadounidense, que venía desacelerándose desde julio del 2000, acusó el golpe de los ataques terroristas del 11 de septiembre y desde entonces se tambalea en la incertidumbre.
El desempleo ha alcanzado el 5,4 por ciento de la fuerza laboral -el nivel más alto en cinco años- después de la pérdida de más de 400.000 empleos entre septiembre y octubre.
También se ha derrumbado la confianza de los consumidores, cuyo gasto representa dos tercios del Producto Interior Bruto (PIB) y en el tercer trimestre de este año el PIB se redujo un 0,4 por ciento.
Esa fue la contracción más grande de la economía de EEUU desde la recesión entre 1990 y 1991. Los economistas consideran que existe una recesión cuando se registran dos trimestres consecutivos de caída del PIB. Los informes más recientes del sector privado muestran una caída de la producción del sector manufacturero, que ha tenido 15 meses de resultados negativos, y de la demanda de productos duraderos.
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