Sábado 27 de octubre de 2001 | ||
MAS INFORMACION Caída de líder opositor complica los planes aliados en Afganistán |
Hay ántrax en la Corte, la CIA y el Ejército |
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También encontraron esporas en dependencias del Departamento de Estado. |
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WASHINGTON- Las pruebas realizadas por los investigadores han arrojado trazas de ántrax en centros de correspondencia que sirven a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la Corte Suprema, el Congreso, la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Instituto de Investigaciones Walter Reed, así como en la principal oficina de distribución del correo en Nueva York. El ántrax que mató a dos empleados del servicio postal y que forzó el cierre de oficinas de correo de la CIA y la Corte Suprema fue elaborado por métodos sofisticados, probablemente en Estados Unidos o en el extranjero, dijeron funcionarios. El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo que los investigadores habían determinado que el ántrax enviado al líder de la bancada demócrata del Senado, Tom Daschle "pudo haber sido elaborado por un especialista en microbiología, en un laboratorio de alta tecnología. "Eso no descarta que haya sido elaborado en un laboratorio financiado por el gobierno. Tampoco descarta que proceda del extranjero", dijo Fleischer en una conferencia de prensa. Podría haber hasta 40 lugares en Estados Unidos con capacidad de producir la versión letal del ántrax enviado a Daschle, dijo el senador Bob Graham, presidente de la Comisión de Inteligencia del Senado. "La mayoría de ellos (los lugares) están asociados con una universidad, un centro médico o un centro de investigaciones veterinarias", dijo a Reuters Graham, un legislador demócrata del estado de Florida. Expertos han opinado que las esporas sólo podrían haber sido producidas en laboratorios de Estados Unidos, Rusia o Irak. Funcionarios del sector de la salud de Estados Unidos decidieron llevar a cabo una campaña de vacunación contra el ántrax entre los investigadores y otras personas que corren altos riesgos de contraer la enfermedad, informó la cadena de televisión CNN. "Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) dijeron hoy que habían decidido administrar la vacuna para prevenir el ántrax a ciertos trabajadores que corren alto riesgo" de contaminación, dijo CNN, atribuyendo la información a funcionarios de los CDC. La inmunización, que ahora está restringida a ciertos trabajadores de laboratorios y miembros de las fuerzas armadas, podría ser extendida posteriormente a algunos empleados del servicio postal, agregó CNN. El ántrax ha causado ya la muerte de tes personas, entre ellas dos trabajadores del correo, y ha contagiado a otras 11 personas. Miles han sido sometidos a pruebas médicas para detectar si han sido contagiados y muchos de ellos han sido tratados con antibióticos. Los funcionarios explicaron que el servicio postal comenzó una serie de pruebas ambientales en 200 oficinas de correo a lo largo de la costa este de Estados Unidos, así como pruebas al azar en el resto del país, como precaución. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades informaron anteriormente que no existían evidencias de que la correspondencia regular que se recibe en los hogares pudiera estar contaminada, pero advirtieron a las personas que usualmente manipulan el correo que deben lavarse las manos después de abrir sus cartas, como medida de precaución. (Reuters/AR) Una reserva de 90 kilos WASHINGTON- Estados Unidos, ahora bajo un ataque de ántrax por correspondencia, tuvo su propio almacén de más de 90 kilos de las mortales esporas antes de desmantelar su programa de armas biológicas en 1970, dijo un grupo de analistas. Asimismo, Estados Unidos tenía galones de virus que podrían causar fiebre mortal o incapacitante si se esparcían sobre las ciudades o se liberaban en ojivas de misiles. Docenas de documentos revelan que la prolongada discusión condujo al entonces presidente Richard Nixon a terminar con el programa de guerra biológica y química de Estados Unidos en 1969, según el Archivo de Seguridad Nacional, un grupo no lucrativo, dedicado a publicar documentos desclasificados. El programa de Estados Unidos, que fue impulsado durante la Segunda Guerra Mundial y logró su punto máximo durante la llamada Guerra Fría, ahora ya no es un secreto. La "torre de ántrax" todavía existe en Fort Detrick, en Maryland, aunque los laboratorios pueden haber sido destruidos o transformado en un centro de investigación médica más benigna. Los documentos se publicaron en la Internet en http://www.nsarchive.org/NSAEBB/NSAEBB58/. Estos documentos ilustran las conversaciones a favor y en contra que cambiaron la política de Estados Unidos. En parte presionada por la desilusión pública debido a la Guerra de Vietnam, Washington abandonó su programa de armas químicas y biológicas. (Reuters) Los ataques biológicos revalorizan a los expertos en bioterrorismo WASHINGTON- Cada mañana el secretario de Servicios Humanos y de Salud, Tommy Thompson recibe un informe de la CIA sobre los últimos acontecimientos relacionados con los ataques de ántrax en Estados Unidos y después se reúne con un grupo de expertos en bioterrorismo. "Instruyo a todos estos individuos para que piensen como un terrorista", dijo Thompson el jueves. Estos expertos, dirigidos por Donald Henderson, de la Universidad Johns Hopkins, y Scott Lillibridge, ex director de preparación contra bioterrorismo y respuesta de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, son aptos para esta tarea. Durante años se habían dedicado a pensar con la mente del bioterrorista y se quejaban amargamente de no lograr que funcionarios gubernamentales actuaran ante sus advertencias. Ahora, los mismos expertos están en alta demanda, luego que cartas portadoras de ántrax han matado a tres personas y enfermado al menos a una docena más, se han cerrado oficinas del Congreso y la sede principal del correo de Washington, y se ha obligado a miles de personas a tomar antibióticos. No es la forma en la que les hubiera gustado probar que estaban en lo correcto. "No se trata de correcto o erróneo", dijo Mike Osterholm, un experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Minnesota que escribió un libro sobre la amenaza de bioterrorismo que ahora está recomendando el gobierno. "Estamos aquí y tenemos que estar listos. Así es de simple". En su libro "Living Terrors", Osterholm se quejaba de que "Estados Unidos no está haciendo lo suficiente para prepararse. Los programas de hoy para combatir el terrorismo por microbios se están convirtiendo más en iniciativas gubernamentales de relaciones públicas que en una política que funcione". Al presentar su caso ante funcionarios hasta llegar al ex presidente Bill Clinton -quien comentó que los escenarios de bioterrorismo no lo dejaban dormir- Osterholm dijo que tuvo que batallar con otros expertos que sostenían que era improbable un ataque bioterrorista porque era muy difícil preparar los agentes biológicos como armas. "¿Quién podría pensar que un sobre se convertiría en un arma terrorista?", preguntó ayer el Director de Seguridad Nacional, Tom Ridge, en un discurso dirigido a la Asociación Nacional de Condados. Osterholm lo pensó. Y también Henderson, quien encabeza el Centro para Estudios de Biodefensa Civil e la universidad Johns Hopkins y quien, ahora con 73 años, ha evitado retirarse porque pensaba que la amenaza bioterrorista era una realidad. El gobierno de Clinton no ignoró las advertencias. En 1995 aumentó los preparativos para un ataque biológico, gastando algo de los 1.000 millones de dólares asignados a la defensa contra armas de exterminio masivo en reservas de antibióticos. La administración del presidente George W. Bush continuó tales esfuerzos. Dos meses antes del 11 de setiembre, Thomp-son predijo la probabilidad de un ataque, y nombró a Lillibrid-ge para que coordinara la preparación de respuestas. (Reuters) |
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