Viernes 26 de octubre de 2001

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Detienen a expertos nucleares en Pakistán: trabajarían con Ben Laden

 

Se cree que los terroristas desarrollaban una bomba.

  Islamabad (EFE).- Dos científicos que participaron en el programa de armamento nuclear de Pakistán fueron detenidos a instancias de Estados Unidos, que sospecha que pretendían crear una bomba atómica para la organización terrorista Al Qaeda de Osama Ben Laden.
La noticia difundida ayer podría confirmar los temores de Estados Unidos ante la posibilidad de que Pakistán se convierta en una fuente de armas nucleares para extremistas musulmanes.
Según un rotativo de Islamabad, los detenidos pretendían fabricar una bomba atómica para la organización terrorista dirigida por Ben Laden, a quien Estados Unidos acusa de ser el cerebro de los atentados del pasado 11 de septiembre.
El gobierno paquistaní confirmó que los científicos fueron detenidos en la noche del martes "para ser interrogados", como había informado esta mañana el diario "Pakistan Observer".
Según este periódico, los dos expertos serán investigados no sólo por las autoridades paquistaníes sino también por agentes del FBI estadounidense, en una operación conjunta.
Se trata de Sultan Bashiruddin Mehmood, ex director de proyecto en la Comisión Paquistaní de Energía Atómica (CPEA), y Abdul Majeed, ex jefe de ingeniería en el mismo organismo, que en 1998 logró efectuar ensayos exitosos de armas nucleares.
Las pruebas, de lo que la prensa en Occidente no duda en llamar "la bomba islámica", produjeron gran malestar en medio mundo. También motivaron a Estados Unidos, junto a otros países, a imponer sanciones a Pakistán, que fue su fiel aliado durante la guerra fría, sobre todo en los años 80, cuando Washington e Islamabad colaboraron en el respaldo a los "muyahidín" (guerrilleros islámicos) afganos que luchaban contra la ocupación soviética.
Aunque EE.UU levantó las sanciones cuando Pakistán se sumó el mes pasado a la coalición internacional antiterrorista, las preocupaciones de Washington sobre el armamento nuclear persisten.
Según el Pakistán Observer, los servicios secretos de Estados Unidos y de Gran Bretaña con quienes las autoridades paquistaníes están colaborando sospechan que Mehmood y Majeed cooperan con Al Qaeda bajo la cobertura de una organización humanitaria de reciente fundación, denominada Ummah Reconstrucción.
Ummah Reconstrucción es una de las tres organizaciones no gubernamentales (ONG) paquistaníes que cuentan con la bendición del máximo líder de los talibán, el "mullah" Mohamed Omar, junto a Al Rashid Trust y Al Akhtar Trust. Estas últimas figuran en la "lista negra" de organismos que Estados Unidos cree apoyan al terrorismo. El FBI sospecha que Ummah Reconstrucción, en la que participan también otros científicos procedentes de la CPEA y ex oficiales militares paquistaníes, recauda fondos no para aportar ayuda humanitaria a Afganistán sino para financiar la fabricación de armas nucleares.

Delicado equilibrio del gobierno

Pakistán está investigando, y tratando de capturar, a varias personas cuyos nombres fueron entregados por EE.UU como sospechosos de tener vínculos con la organización al qaeda, dijo ayer el ministro de Interior, Moinuddin Haider.
"Estados Unidos, Alemania y otros países nos dieron algunos nombres de personas que son buscadas, y nosotros estamos en alerta máxima para hallarlas y detenerlas", dijo Haider . Agregó que algunos de los sospechosos han entrado y viajado dentro de Pakistán, y que han hecho llamadas telefónicas.
El gobierno militar del general Pervez Musharraf está sobre una apretada cuerda floja política al apoyar a Estados Unidos en su lucha contra el Talibán y Ben Laden, a pesar de la fuerte oposición de grupos islámicos, que ayer volvieron a realizar masivas protestas contra el régimen y EE.UU.

Una "normalidad" en alerta

WASHINGTON (Reuters) - Tras los atentados del 11 de septiembre y el brote de carbunco (anthrax en inglés), hechos que sacudieron el sentimiento de seguridad de los estadounidenses, la Casa Blanca intenta preparar a la población para una "nueva normalidad", que implica estar en alerta permanente contra el terrorismo.
Como consecuencia, se pide a los estadounidenses que adopten medidas de seguridad más estrictas y que estén mucho más atentos, aunque los funcionarios de la Casa Blanca dicen confiar en que el sentimiento esencial de libertad sobrevivirá en el país. "Para el futuro inmediato, el peligro continúa y eso es parte de la nueva vida que ahora todos debemos aprender a vivir", dijo la asesora de la Casa Blanca Karen Hughes.
El presidente George W. Bush dijo al Congreso durante un discurso el 20 de septiembre que esperaba que la vida en las próximas semanas y meses regresara "casi a la normalidad", tras los atentados.
Sin embargo, los funcionarios de la Casa Blanca dijeron en los últimos días que volver a la normalidad no era un objetivo realista y mencionaron, en cambio, una "nueva normalidad" para describir la indefectiblemente nueva forma de vida.
El vicepresidente Dick Cheney mencionó el término en público en una entrevista que se publicó el domingo.
"La forma en que lo veo (...), es una nueva normalidad", dijo el vicepresidente. "Vamos a tener que tomar medidas, y las estamos tomando, que se convertirán en una parte permanente de nuestro estilo de vida, en términos de seguridad, de la forma en que viajamos y de las aerolíneas, todas esas medidas que tenemos que adoptar para dificultar el objetivo, para que a los terroristas les resulte más difícil atacarnos", explicó.
     
     
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