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En la Rosada dicen que De la Rúa está "autista"
Algunos funcionarios nacionales reconocen que el presidente Fernando de la Rúa no reaccionó ante la derrota electoral. El nuevo gabinete nacional podría cerrarse a "íntimos" y "fieles".
"Nosotros teníamos una estrategia: desprendernos lo más posible de la elección. Pero una vez que pasaron lo comicios, incluso en la intimidad, De la Rúa siguió actuando como si nada hubiera pasado; y la verdad es que el golpe de la ciudadanía es muy fuerte. No podemos hacernos los distraídos", señaló el secretario de Estado a "Río Negro".
A pesar de la reflexión crítica, se trata de uno de los funcionarios más fieles y cercanos al Presidente; tanto, que fue uno de los pocos que ayer se subió al avión para acompañar a Fernando de la Rúa a España.
Incluso, algunos ministros están preocupados por la reacción del jefe de Estado. Chrystian Colombo y Juan Pablo Cafiero fueron dos de los que se apresuraron a pedir un "golpe de timón" presidencial. "Hay que empezar ya a negociar con el peronismo para garantizar la gobernabilidad. El Gobierno no puede darle la espalda a la decisión de la gente y tiene que consensuar con quienes fueron elegidos como los nuevos representantes del electorado", dijo el jefe de Gabinete.
Cafiero, que aún es ministro de Desarrollo Social, advertía ayer sobre la necesidad de efectuar cambios en el Gabinete y en la política económica y social para "confirmar que escuchamos el grito de los votos".
Pero el presidente, aunque afirmó que "por supuesto el gobierno va a atender el mensaje de las urnas", se apuró a aclarar que lo hará "desde el principio ético de absoluta lealtad con el pueblo, sin caer en la demagogia". E intentó minimizar la derrota: "Las cosas no cambiaron. Seguimos siendo minoría en el Senado, a pesar de que tenemos algunos senadores más; y nunca tuvimos la mayoría absoluta en Diputados".
Otros, lo recomiendan
Sin embargo, hay funcionarios que recomiendan mantener esa suerte de "autismo" político como una estrategia hacia el futuro. Nicolás Gallo, uno de los hombres más escuchados por De la Rúa, encabeza este grupo. El secretario general de la Presidencia asegura que las elecciones tuvieron un contenido "distrital". "Básicamente, la gente votó a favor o en contra de las gestiones provinciales, y eso se nota porque ganaron casi todos los gobernadores. No estaba en juego la credibilidad del Gobierno nacional", decía ayer Gallo.
En la Casa Rosada, quienes mejor conocen el funcionamiento del Gobierno, aseguraban que esa es, también, la lectura de De la Rúa. Y que, por lo tanto, se moverá en consecuencia: no apurará las nuevas medidas económicas ni los cambios ministeriales.
Como siempre, se tomará su tiempo para las definiciones. Es de esperar, asimismo, que termine "cerrando" aún más su equipo de colaboradores, instalando nuevos ministros que, lejos del Gabinete de unidad nacional, representen la "intimidad" delarruista. Antes de partir hacia España, Fernando de la Rúa, lo admitió en parte, al insistir en la necesidad de tener "un gabinete homogéneo".
Además, avisó que los eventuales cambios en el Gabinete se concretarán cuando lo crea apropiado y que no se producirán anuncios de nuevas medidas económicas antes del miércoles, cuando regrese al país desde España, donde tiene previsto un encuentro con José María Aznar, los nuevos dueños de Aerolíneas y la asistencia a un congreso de literatura.
Domingo Cavallo, el más golpeado
El ministro de Economía llegó al Palacio de Hacienda a primera hora de la mañana. Estaba de buen humor y se mostró distendido. Sin embargo, cerca de su oficina reconocían que el cavallismo había hecho una mala elección: de ser la tercera fuerza nacional, pasó en estas elecciones a ocupar el sexto lugar en el conteo general. "Es el precio que se paga por estar en la gestión, por remangarse para luchar contra la crisis", dice Guillermo Francos, fracasado candidato a senador bonaerense de Acción por la República.
Eso sí: los funcionarios cavallistas aseguraban que el ministro no tiene pensado renunciar. "¿De qué serviría? Mingo dilapidó su caudal electoral, así que ahora le conviene seguir para intentar sacar las cosas adelante", explicaban. Aunque tendrá que cambiar algunos de sus proyectos; por caso, antes de las elecciones se daba por hecho el ingreso de Horacio Liendo al equipo económico, pero su nombre quedó devaluado luego de los comicios.
Por las dudas, De la Rúa salió a respaldar a su principal ministro y subrayó: "A veces se simplifica pidiendo el cambio de modelo, pero acá no hay modelo, hay una crisis de la que debemos salir con trabajo".
Por su parte, los funcionarios técnicos de Economía respiran más aliviados. Creen que el hecho de que hayan pasado las elecciones ayudará a mejorar los índices financieros.
"El cálculo es que sólo por haber superado las elecciones el índice del riesgo país debería bajar la semana que viene unos 300 puntos, que se generaban ante el desconcierto que generó la campaña proselitista, describió Jorge Avila, economista del CEMA.
En Economía consideran que, en vista de los resultados del domingo, el justicialismo quedará más comprometido con la gestión nacional; y eso podría ayudar también a salir de la crisis. Un subsecretario del ministerio se esperanza: "Si los dirigentes logran consenso al menos para sacar leyes esenciales, eso será leído de forma positiva en Wall Street, donde se cree que el principal problema de De la Rúa es la falta de poder". El objetivo parece difícil: la Argentina debería llegar al 2002 con un riesgo país inferior a los mil puntos.
Gonzalo Alvarez Guerrero
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