Martes 16 de octubre de 2001 | ||
MAS INFORMACION El ántrax entró al Congreso de EE.UU. y hay pánico en todo el mundo |
El bioterrorismo aventaja en todo el mundo a los sistemas sanitarios |
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Afirman que los sistemas de prevención actualmente en uso no tienen al ántrax entre sus prioridades. |
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BUENOS AIRES (ABA)- En Italia hizo que se agotaran las máscaras antigás, provocó que el gobierno alemán instalara una línea telefónica de urgencias, llevó a Israel y a Japón a extremar las medidas de seguridad en sus laboratorios e hizo que el Ministerio de Salud argentino emitiera un comunicado de precaución para el manejo de "correspondencia sospechosa". Luego de las tres muertes en el estado norteamericano de Florida a causa de la bacteria ántrax, otro fantasma recorre el mundo: el del bioterrorismo. Para echar algo de luz sobre este nuevo fenómeno que comenzó a provocar situaciones de pánico en todo el planeta, "Río Negro" consultó a dos especialistas. Y las conclusiones fueron contundentes: si bien descartaron de plano la posibilidad de que la Argentina pueda sufrir un ataque bacteriológico, explicaron que ningún sistema sanitario, en ninguna parte del mundo, está capacitado para hacer frente a una epidemia provocada por armas biológicas. Y afirmaron que es ese justamente el desencadenante de tanto terror. "Los sistemas de salud no están preparados para una epidemia de ántrax. Entonces, en función de la virulencia misma del microorganismo y las características de la población, más la escasa capacidad de respuesta del sistema sanitario, es que esa sustancia se transforma en un arma verdaderamente peligrosa", aseguró el teniente coronel José Luis Bomaggio, especialista en armas biológicas e investigador principal del Centro de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas (Cictefa). Con él coincidió el subsecretario de Tecnología e Investigación del Ministerio de Salud de la Nación, Ernesto Podestá. "Un sistema sanitario está preparado cuando tiene todas las vacunas desarrolladas para los virus y bacterias existentes en un momento determinado. El nuestro y el de toda Latinoamérica está preparado. Pero hay que entender que frente a una bacteria que no se conoce, ningún país puede dar respuestas inmediatas. Y ese es el epicentro al que apuntan las armas biológicas", sostuvo. Sin embargo, para dispersar los miedos, es necesario explicar algunos aspectos fundamentales de este particular tipo de terrorismo. Empezando por la noción de lo que es un ataque bacteriológico. "El ataque bacteriológico se define como el empleo de agentes vivos para generar un daño en la población a través de la dispersión de un microorganismo patógeno que genera en esa población una afectación exactamente igual a lo que sería una epidemia", explicó Bomaggio. -Pero, si fuera tan sencillo como eso, ¿cuál sería la diferencia entre usar un agente biológico como el ántrax y desencadenar una epidemia de una enfermedad ya conocida como la gripe o fiebre amarilla? -"Primero que la virulencia que tiene el ántrax es muy grande. Y segundo, que el ántrax tiene la característica de que cuando no encuentra las condiciones favorables para su supervivencia, esporula. Es decir, se cubre con una capa protectora que le permite permanecer mucho tiempo en condiciones desfavorables. Y eso hace que su permanencia en el aire o en el terreno sea mayor y en el momento en que encuentre un medio favorable para su evolución entra en actividad", remarcó el investigador de Cictefa. En la Argentina existen laboratorios que guardan para la investigación cepas de ántrax, lo que despertó temor a que puedan caer en manos de terroristas o de alguien que les de un uso inapropiado. "Que alguien pueda acceder al freezer de un laboratorio y obtener esa cepa es prácticamente imposible. Es de una complejidad inusitada, y no debemos exagerar o sembrar pánico con especulaciones que no conducen a ningún lado", aseguró Podestá. Es que la construcción de las armas biológicas requiere de conocimientos específicos y de una labor compleja y con tecnologías de punta. "Se utilizan microorganismos con cierta patogeneicidad y se los modifica genéticamente mediante técnicas de ingeniería para lograr cepas con ciertas características que no son las comunes, de manera tal de crear microorganimos resistentes a los tratamientos normales. Así se disminuye la capacidad de respuesta del sistema sanitario", concluyó Bomaggio. Lucas Colonna |
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