Viernes 12 de octubre de 2001

MAS INFORMACION

EE. UU. ataca a tropas afganas con bombas de alto poder

 

EE. UU. lloró, al cumplirse un mes de los atentados

 

Bush prometió en el Pentágono "combatir a los terroristas hasta que se haga justicia", y el alcalde de New York destacó la unión de los ciudadanos como consecuencia de los atentados.

  ESTADOS UNIDOS-Estados Unidos recordó ayer los trágicos atentados del 11 de setiembre, justo al cumplirse un mes de los mismos, con las heridas aún abiertas - psicológicas y físicas - y esforzándose por recuperar una "normalidad" relativa.
La ciudad de Nueva York, epicentro de la tragedia, y Washington conmemoraron la infamia con un oficio religioso y un minuto de silencio en homenaje a los miles de fallecidos en los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono.
"El fuego sigue ardiendo. Pero de él ha emergido un espíritu más fuerte, un país más unido, una ciudad más unida y un mundo más unido en la meta de asegurar que algo así nunca vuelva a ocurrir", señaló el alcalde de Nueva York, Rudolph Giualini.
Autoridades municipales, bomberos, policías y trabajadores que participan en las labores de rescate hicieron esta mañana un alto en sus labores y guardaron un momento de silencio a las 8,48 horas (12,48 gmt), exactamente la hora en que el primer avión secuestrado se estrelló contra la Torre Norte el 11 de septiembre.
El servicio religioso en memoria de las víctimas del The World Trade Center se celebró en la "zona cero", donde continúan las labores de retirada de escombros que se prevé requerirán hasta un año de trabajo por la enormidad de la catástrofe.
El presidente de los EE.UU, en cambio, eligió otro escenario , El Pentágono, donde prometió "combatir a los terroristas hasta que se haga justicia".
El Pentágono fue uno de los blancos alcanzados por los terroristas que el mes pasado secuestraron cuatro aviones comerciales y los convirtieron en misiles suicidas, provocando la muerte de 189 personas.
En medio del clima solemne de la ceremonia de tono militar, tocado por la emoción de muchos de los presentes hasta el punto de dar de la impresión de tener lágrimas en sus ojos, Bush dijo que su gobierno está "decidido a destruir el terrorismo y combatirlo hasta que se haga justicia". Durante la larga y por momentos intensa ceremonia, que incluyó plegarias de capellanes militares -uno de ellos musulmán- y un discurso del ministro de Defensa, Donald Rumsfeld, Bush y su esposa Laura tuvieron levantada en su mano derecha, al igual que otros cientos de personas en el lugar, una pequeña bandera estadounidense.
Cuando habló, el presidente reafirmó con fuerza la "gran determinación" del pueblo estadounidense tras los ataques de setiembre. Bush dijo que para los terroristas "no hay refugio" y afirmó que la fuerza de su país es "la unidad" y "el valor de sus ciudadanos en armas".
El presidente citó una circunstancia que, en medio del fragor de los hechos, había pasado desapercibida: el 11 de setiembre, día del ataque, se cumplían sesenta años del inicio de los trabajos para la construcción del Pentágono.
A los militares, Bush les prometió que el edificio "será reconstruido, ladrillo sobre ladrillo" y que tendrán a su disposición todos los medios para vencer al terrorismo.
De los responsables de la matanza, Bush dijo que serán perseguidos, "aislados, los pondremos contra un rincón hasta que no tengan adonde correr, refugiarse o descansar". Luego concluyó con otra promesa: "venceremos", dijo a los militares que tienen en estos momentos la mente puesta en Afganistán, donde se estima está escondido el principal sospechoso de haber organizado los atentados, Ben Laden. (ANSA)

La nueva normalidad

Estados Unidos recordó ayer con lágrimas los trágicos atentados del 11 de septiembre. Claramente, ese país es hoy en día una nación preocupada, con miedo ante más atentados terroristas sin sentido, pero, a la vez, determinada a no ceder al terror y mirar al futuro con cierto entusiasmo.
La prueba son las millares de banderas que, espontáneamente, la ciudadanía ha colocado en todas partes: viviendas, vehículos, cristaleras y hasta los bolsos. A pesar del esfuerzo de las autoridades, es también evidente que sólo han sido capaces de recuperar una "normalidad" relativa, ante el temor que sufren por lo ocurrido y el dolor por amigos y familiares perdidos.
La "nueva normalidad" es soldados armados en estaciones de trenes y autobuses, alguaciles en los aviones, y la Guardia Costera inspeccionando todo barco que toca puerto, así como innumerables registros cuando uno entra en teatros o estadios deportivos.

Residentes no quieren mudarse

NUEVA YORK-- Si el viento sopla en dirección norte al salir de la confitería Puffy"s Tavern de Manhattan, se siente un profundo olor a goma quemada, plástico calcinado y metal fundido. Esos olores, que provienen de lo que hace un mes era el World Trade Center, las sirenas de los automóviles policiales y los bloques de cemento que restringen al tráfico en muchas de las calles empedradas de Tribeca, son recordatorios del horror .
Sin embargo, los residentes del muy unido vecindario de Tribeca, abreviatura en inglés para "triángulo debajo del canal", el cual se encontraba a la sombra de las Torres Gemelas, dirán que no piensan mudarse del lugar. En todo caso, su decisión de quedarse y apoyar a los restaurantes y negocios locales sigue en pie. "Hemos estado aquí desde 1976 y nos vamos a quedar aquí", dijo Wickham Boyle, quien vive en Tribeca con su esposo y dos hijos. "Todos están tensos de diferente manera", agregó. "Yo no estoy nerviosa por quedarme en Tribeca. Uno no puede vivir atemorizado". Scott Davidson, ejecutivo de Wall Street, dijo que era posible que en los próximos dos o tres meses los residentes puedan descansar de las labores de limpieza que se realizan en Manhattan. Pero, "toda la gente que conozco que vive aquí desde hace tiempo probablemente no se vaya".
Según un informe de la empresa Douglas Elliman and Miller Samuel Inc., el precio promedio de un departamento de un ambiente era el año pasado de 495.706 dólares, casi el doble que en 1991. En Tribeca, el precio actual de un departamento de dos ambientes y de 185m2 es de 1,1 millón de dólares. (Reuters)

La tragedia se reedita en sueños

Un mes después de los atentados, volvieron al trabajo, mandan sus hijos a la escuela, toman el tren subterráneo, y van al teatro y al cine. Los neoyorquinos volvieron a vivir como antes o casi, pero no la noche. Durante la noche, los residentes de Manhattan se hunden en un marasmo de visiones inconscientes en las que continúan reviviendo la tragedia.
Aviones desviados, rascacielos-cárceles, Bin Laden, gas: se trata de una antología de pesadillas recogidas entre los habitantes de la isla herida. Una mujer, por la calle: "Estaba en la cima de un rascacielo altísimo, y el rascacielo estaba rodeado por el mar. La ciudad había desaparecido y el agua crecía. Era aterrador. No se podía subir más, y me sentía sofocar". Un hombre relata al semanario New York: "Estaba en la cabina del piloto de uno de los aviones secuestrados. No era un terrorista, pero no podía hacer nada para detenerlo. Los rascacielos se aproximaban y luego desaparecieron. No hubo impacto. Era como si el avión se hubiese estrellado en el paraíso".
Una mujer a la radio KPBS: "Estoy en el automóvil sobre el puente, yendo a Manhattan. Pienso que es la cosa más segura, en caso de un ataque. Salgo del cuerpo y vuelo alto. Veo que la isla de Manhattan se está hundiendo. Sin embargo y no obstante lo que ocurría, continúo conduciendo en esa dirección". Todos los soñadores creen, que la pesadilla no ha terminado aun.

El grito de los excluidos se escuchó en Roca

ROCA (AR).- Unas 350 personas pidieron por la paz de los pueblos latinoamericanos anoche en Roca.
En lo que significó el tercer grito de los excluidos que anualmente se realiza en la ciudad, representantes de diferentes organizaciones locales marcharon por el centro bajo el lema "sí a la paz, no a la guerra". Con la presencia de instituciones educativas, representaciones religiosas, diferentes oradores reclamaron la igualdad de los hombres e hicieron mención de la crítica situación económica nacional.

Foto 1: Todos los norteamericanos recordaron ayer la tragedia, fundamentalmente los neoyorquinos y los inquilinos de Washington.

     
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación