Miércoles 10 de octubre de 2001

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EE. UU. ya es dueño del cielo afgano y ataca sin limitaciones

 

Advierten sobre un ataque a Irak

 

La posibilidad de que EE. UU. amplíe sus ataques contra otros países del Golfo, como Irak, fue rechazada por la mayoría de los países de la región, que advirtieron que la trabajosa alianza construida por Wa-shington podría saltar por los aires. Hasta los líderes moderados tienen problemas para frenar las protestas.

  El Cairo .- Con el aviso de EEUU y Gran Bretaña de llevar su lucha antiterrorista a "otras naciones" aumenta en el mundo islámico la certeza de que Irak será atacado, pese a la negativa árabe a respaldar la guerra más allá de Afganistán.
El secretario general de la Liga Arabe, Amro Musa, advirtió en una entrevista radiofónica con la emisora egipcia "Al Saut", que cualquier acción militar contra un país árabe tendrá "graves consecuencias".
Incluso regímenes árabes moderados han recibido con aprensión el aviso de Estados Unidos ante la ONU de que se reservaba el derecho a ampliar su campaña antiterrorista.
"Nos podemos encontrar con que nuestro legítimo derecho a la auto defensa requiere acciones posteriores respecto a otras organizaciones y otros estados", decía la carta del embajador de Estados Unidos ante la ONU, John Negroponte, entregada ayer al Consejo General de Seguridad.
El objetivo más probable de una ampliación de la guerra contra el terrorismo sería Irak, descartado en principio para obtener el respaldo árabe a la actual operación "Libertad duradera" en contra del terrorismo.
También Siria, a través del órgano del partido gubernamental árabe socialista Baaz, el diario Tishrin, advirtió sobre el peligro de extender los ataques estadounidenses a otros países.
"Habrá una campaña de rechazo contra esta acción de terror por parte de Estados Unidos" en busca de las conexiones del disidente saudí Osama ben Laden en otros países del mundo, afirma el rotativo.
Incluso los regímenes moderados, como Egipto, Jordania, y Arabia Saudí, habían otorgado su apoyo a la campaña contra el terrorismo porque pensaban que la guerra no se extendería a ningún país árabe.
Analistas árabes estimaron que hacer a Irak uno de sus objetivos es el camino más seguro para hacer añicos el precario apoyo árabe a la coalición contra el terrorismo encabezada por Estados Unidos .
Un ataque podría indignar a los árabes, ya enojados por las sanciones impuestas a Iraq por las Naciones Unidas, y causar divisiones entre los gobiernos del Golfo pro-occidentales, temerosos de ser acusados como cómplices en las intimidaciones de Estados Unidos.
"Esto crearía inestabilidad en toda la región", dijo Seif Maskari, del emirato de Omán y ex asistente del secretario general del Consejo de Cooperación Arabe.
"Mientras Afganistán sea solamente el objetivo tienes un tipo de consenso", dijo un diplomático occidental que observa la situación en el Golfo. "En el momento que eso se extienda, los sauditas tendrán grandes problemas". Quizás no lo amen, pero los gobiernos del Golfo Arabe temen la posibilidad de desestabilización por un ataque al presidente Saddam Hussein, cuyas fuerzas fueron expulsadas de Kuwait por una coalición liderada por Estados Unidos en la Guerra del Golfo de 1991.
La crisis tras los ataques del 11 de septiembre en Nueva York y Washington desató el lunes y martes extrañas manifestaciones políticas en la península arábiga, cuando los omaníes desfilaron gritando: "¡Estados Unidos es el enemigo de Dios!". Las sensibilidades están exaltadas entre los vecinos árabes de Iraq, como Arabia Saudita, ya nervioso por los efectos tras las muertes de musulmanes por los ataques de Estados Unidos en Afganistán.
Varios estados del Golfo Arabe están bajo presión de sus ciudadanos por no apelar a su influencia económica para presionar a Estados Unidos a levantar las sanciones de la ONU y poner fin a las operaciones en zonas de exclusión aérea en Iraq por parte de aviones de Estados Unidos y Gran Bretaña.
Estados Unidos es un mercado clave para las naciones árabes exportadoras de petróleo e importante destino de inversiones de una región que posee las dos terceras partes de las reservas mundiales de crudo.
"La opinión pública árabe no aceptará una expansión de los ataques que golpee a cualquier nación árabe, sin que se muestren pruebas tangibles de su participación (en los ataques del 11 de septiembre)", dijo Jamal al-Suwaidi del Centro de Estudios Estratégicos de los Emiratos Arabes.

Pakistán: "apriete" a los integristas

Cuatro paquistaníes murieron ayer en enfrentamientos con la policía en medio de un fuerte incremento del descontento de los integristas islámicos contra el gobierno de Islamabad por su apoyo a los ataques a Afganistán.
En las principales ciudades del país, las ya rituales protestas anti-norteamericanas y partidarias de Osama ben Laden fueron confinadas a zonas restringidas y controladas por miles de policías armados.
La violencia estalló en áreas remotas del Baluchistán y de la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP), y en las zonas tribales cercanas a la frontera con Afganistán.
Los muertos se registraron en la ciudad de Kuchlak. Uno de las víctimas era un adolescente de 13 años. La multitud armada con palos, pero también con armas de fuego, asaltó una serie de edificios públicos antes de ser reprimida por la policía.
Enfrentamientos armados hubo también en Hanqu, a unos veinte kilómetros al sur de Peshawar. Protestas hubo también en áreas tribales de l Sowat, Kohad y Karakh, habitadas por las tribus pashtú, "hermanas" de las que viven en el sur de Afganistán.
La capital, Islamabad, Karachi y Quetta, donde días atrás hubo violentas manifestaciones, estuvieron tranquilas.
En Peshawar la policía impidió a 1.500 integristas alejarse del barrio de Namak Mandi, en la ciudad vieja. La multitud fue arengada por Atta ur-Reham, hermano de Maulana Fazl ur-Rehman, que está bajo arresto domiciliario. El lunes fue detenido también Maulana Sami ul-Haq. Haq y Rehman son los líderes de Jamaat Ulema Islami (JUI), el grupo integrista que organizó la mayor parte de las manifestaciones
Otro líder integrista, Azam Tariq del partido extremista Sipa-i-Sahaba - fue detenido ayer en Lahore.

Difícil consenso entre los árabes

DOHA.- Los ataques a Afganistán dominan la agenda de la reunión de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) que comenzó hoy en Qatar, aunque es posible que no emita un documento de condena a esa acción militar. Según la opinión de varios analistas, no surgirá una condena explícita pero tampoco se logrará consensuar una idea en torno al terrorismo.
Para esos expertos, la línea de la separación provendrá de frentes opuestos de países árabes, como Arabia Saudita, que apoya implícitamente la "guerra norteamericana contra el terrorismo", y los islámicos, como Irán, que la condena sin medios términos.
Dispersas protestas alrededor de los países islámicos contra los ataques de Estados Unidos en Afganistán se tornaron ayer violentas, luego de conocerse las muertes civiles en Afganistán.
Egipto, donde estudiantes musulmanes ya han realizado protestas antinorteamericanas, también rompió su silencio oficial . El presidente Hosni Mubarak dijo: "Apoyamos todas las medidas tomadas por Estados Unidos para resistir al terrorismo". Pero además pidió que las bajas civiles fueran evitadas. Omán, donde las manifestaciones son raras, permitió protestas anti-norteamericanas. "Estados Unidos es el enemigo de Dios", gritaban En Indonesia, la mayor nación musulmana en el mundo, la policía chocó con unos 400 manifestantes frente a la embajada estadounidense. En Bagdad, a capital de Irak, se manifestaron miles de iraquíes, con pancartas que decían: "Abajo EEUU".

Líderes palestinos buscan una tregua

GAZA (Reuters) - Líderes de facciones rivales palestinas pidieron ayer calma a sus seguidores, después que los ataques aéreos de Estados Unidos contra Afganistán desataron la más grave jornada de violencia interna en años.
En un intento por apaciguar la violencia, las autoridades mantuvieron cerradas las escuelas y universidades en la Franja de Gaza, donde dos personas murieron y más de 100 resultaron heridas el lunes en enfrentamientos entre policías palestinos y seguidores del dirigente islámico Osama ben Laden.
Los choques en Gaza reflejaron una profunda división entre el presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, quien quiere evitar un antagonismo con Estados Unidos mientras ese país lucha contra el terrorismo, y los militantes islámicos, para quienes ben Laden es un héroe.
La revuelta interna también resultó desconcertante para los palestinos comunes que han crecido enfrentando las armas israelíes durante sus años de lucha contra la ocupación, pero que rara vez han visto a las fuerzas palestinas disparar contra su propia gente.
Los choques del lunes marcaron uno de los retos de violencia más difíciles para la Autoridad Palestina de Arafat desde que fue creada en 1994. Los líderes de las principales facciones palestinas, entre ellas la organización Fatah de Arafat y su principal rival, Hamas, se reunieron durante la madrugada y acordaron mantener la paz y buscar la unidad palestina.
"Estos incidentes no deben repetirse y deberían tomarse todas las medidas necesarias para calmar la situación", dijo Zakaria al-Agha, miembro del comité ejecutivo de la OLP.
     
     
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