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De la Rúa salió a descartar una devaluación

La eventualidad de una posible devaluación fue instalada en los discursos de campaña electoral y como una receta para salir de la crisis. De la Rúa la descartó de plano. "Traería tremendas consecuencias para los sueldos y la economía", indicó. El gobierno reconoció que los resultados logrados por el equipo económico "no son los que la sociedad esperaba"

Arrinconado por los pésimos indicadores económicos y la presión política en plena campaña electoral, el presidente Fernando de la Rúa salió a descartar "totalmente" la posibilidad de una devaluación de la moneda, tras las elecciones del 14 de octubre. Sostuvo que sería "muy grave" para la Argentina adoptar una medida de esta naturaleza ya que "tendría tremendas consecuencias para los sueldos y la economía" del país.
Además, el presidente pidió que "nadie se haga eco de algunos disparates que se dicen, y definió esos rumores como "una gran irresponsabilidad".
Sin embargo, en un acto de sinceramiento, desde el gobierno se salió a reconocer que los resultados obtenidos hasta el momento por el equipo económico "no son los que la sociedad esperaba" y ratificaron que el ministro de Economía, Domingo Cavallo, "no abandonará el rumbo tomado".
El diagnóstico sobre el oscuro panorama lo brindó el secretario de Política Económica, Federico Sturzenegger: "las cosas siguen complicadas. Los planes de competitividad todavía no dieron resultado por falta de actividad económica", y argumentó que por eso hubo una caída tan fuerte de los ingresos en setiembre.
"Argentina está en medio de la tormenta. Agosto y setiembre estamos en el peor momento, producto de las salidas de depósitos que por suerte se agotó después del acuerdo con el FMI", insistió.
La discusión sobre una eventual devaluación se instaló en el centro del debate electoral cuando el titular de la CGT disidente, Hugo Moyano, sumó su aporte a la polémica que por el mismo tema mantienen Rodolfo Terragno y Gustavo Beliz.
Beliz, candidato a senador porteño por el Frente Nuevo País, que el martes había denunciado un pacto entre el presidente De la Rúa y Terragno para llevar al ministerio de Economía a un radical después de las elecciones y devaluar la moneda, redobló su apuesta.
"El radicalismo en su conjunto está presionando para que haya una devaluación en la Argentina y lo hace de la mano de su principal candidato en la Ciudad de Buenos Aires, que es Rodolfo Terragno", dijo.
El aliancista en tanto, volvió a admitir que "aunque no hubiera elecciones" es su deseo que Domingo Cavallo deje el palacio de Hacienda y haya un cambio en el modelo económico, pero ratificó que De la Rúa "tendría que estar loco" para devaluar en las actuales condiciones.
Las cosas podrían haber quedado en una mera disputa en el marco de la campaña electoral si Moyano no hubiera terciado al revelar que en la reunión que mantuvo con De la Rúa la semana pasada pidió directamente la devaluación para salir de la crisis.
El propio De la Rúa confirmó el planteo del sindicalista, pero dejó en claro "que no lo comparto" porque sería "muy grave" para Argentina ya que "tendría tremendas consecuencias para los sueldos y la economía".
Por otra parte, el jefe del estado volvió a descartar que se vaya a profundizar el descuento a jubilados y a empleados estatales, que ya sufren un recorte del 13%, como consecuencia de la fuerte caída de la recaudación fiscal que conspira contra el cumplimiento de la política de déficit cero.
"Ya se ha dicho que no", respondió tajante, consultado sobre el particular.
De la Rúa hizo estas declaraciones a la prensa tras encabezar el acto conmemorativo del 126 aniversario de la Casa de la Moneda.
Luego, volvió a dialogar con la prensa al término de la ceremonia de entrega de becas a investigadores argentinos, en la Academia Nacional de Medicina.
Allí, cuando se le preguntó si ratificaba al ministro de Economía, Domingo Cavallo en su puesto, el presidente respondió: "ya lo he hecho", y pidió "no preguntar tanto sobre eso".

Gobernadores del PJ van hoy a la Corte por pago de la coparticipación

Los gobernadores justicialistas presentarán hoy ante la Corte Suprema de Justicia una demanda contra el Estado Nacional, para reclamar por el pago de la deuda que mantiene la Nación con las provincias en concepto de coparticipación federal y otras transferencias.
Esta posición fue informada ayer por el gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saa, al término de un encuentro del que participaron los mandatarios provinciales del PJ enrolados en el "Frente Federal".
La iniciativa fue ratificada también por los gobernadores Gildo Insfrán (Formosa), Eduardo Fellner (Jujuy), Néstor Kirchner (Santa Cruz), Angel Maza (La Rioja), Juan Carlos Romero (Salta) y los vicegobernadores Sixto Terán (Tucumán), Heriberto Mediza (La Pampa) y Daniel Gallo (Tierra del Fuego).
De acuerdo con lo señalado por los participantes del encuentro, la presentación ante la Justicia también contaría con el aval de los mandatarios justicialistas de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, y de Santa Fe, Carlos Reutemann, y se especula que también sumaría su voto el cordobés en las próximas horas el cordobés José Manuel de la Sota.

Rozas, el aliancista "rebelde"

Por su parte, el radical Angel Rozas confió en una carta destinada a Rodríguez Saa que "ha llegado el momento en que los gobernadores, por sobre diferencias partidarias o matices ideológicos, debemos hacer un frente común para garantizar el cumplimiento del Pacto Fiscal Federal y los compromisos de coparticipación".
La queja de los máximos funcionarios de los distintos distritos tiene que ver con el incumplimiento de la Nación con el compromiso acordado en noviembre de 2000, momento en el que José Luis Machinea acordó con las provincias fijar un piso de coparticipación de 1.364 millones de pesos mensuales.
Al término de un encuentro realizado en la Casa de San Luis, Rodríguez Saa afirmó que "hoy, a las 12, en la Corte Suprema vamos a presentar una demanda, es decir una acción de amparo, exigiéndole al gobierno nacional que cumpla con el compromiso federal asumido".

Análisis: Vale todo

La anodina campaña proselitista que no logra romper la barrera de la indiferencia del electorado, permitió por primera vez -en una década- abrir una agenda de discusión sobre temas tabú como la deuda externa, el modelo económico, la convertibilidad y la devaluación.
"De eso no se habla", era la consigna que cualquier funcionario, político o dirigente, respondía públicamente cuando se lo consultaba sobre la posibilidad de un cambio en cualquiera de las hipótesis hoy permitidas.
El único que jugó con la bandera de la reprogramación de la deuda en las elecciones presidenciales del "99, en parte ese fue uno de los motivos de su derrota, fue el bonaerense Eduardo Duhalde y el titular de la UCR Raúl Alfonsín que por hablar de esa posibilidad fue señalado de los movimientos adversos de los guarismos de los mercados.
La sensación de que todo está por verse aún, en el gobierno, es la imagen que queda hacia el futuro.
El 14 de octubre que tendría que ser la fecha de una simple elección legislativa tiene connotaciones más allá de los intereses que persigan unos y otros.
Y todo está aún por suceder. (DYN)