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Martes 11 de setiembre de 2001 | |
Cuando se busca a un ignoto jubilado, difícil de rastrear, para esconder un manejo irregular |
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| Luis Ramón Mestres ha confirmado lo que "Río Negro" sospechaba: Juan de Dios Rodríguez -el poder real pero invisible de Rocafé- se valió de un testaferro jubilado, pobre y de edad muy avanzada para poner al frente de su empresa. La configuración de un directorio con un ejecutivo "trucho" y difícil de rastrear es la señal más palmaria de que se están ocultando cosas poco claras dentro la firma. La búsqueda de jubilados para ser usados de testaferros es un fenómeno que en el país se ha dado en no pocas empresas con manejos contables irregulares, evasoras o que blanquean fondos provenientes de negocios ilegales. Meses atrás, la revista "Veintitrés" hizo un descubrimiento similar al de "Río Negro". Encontró a un jubilado uruguayo que Raúl Moneta y Benito Lucini usaron con testaferro. Se trata de Alberto Dinardi que figura como ejecutivo de American Exchange, una de las empresas "off shore" que usó Moneta para triangular dinero con el Citibank de Nueva York. Dinardi, que aparecía como titular de millonarios depósitos, vive en una piecita al fondo de un modesto almacén, en el departamento Maldonado de Uruguay. ¿Por qué una empresa elegiría a un jubilado de testaferro? La firma que tiene algo que esconder busca con la identidad del anciano una mayor protección. Ante cualquier acción legal que deba afrontar por manejos contables irregulares, el que debe dar la cara es el presidente de la empresa. Los accionistas quedan desafectados de cualquier ofensiva legal. Es más, en muchos casos, cuando las irregularidades son detectadas por la AFIP, hasta los mismos accionistas son los que entablan demandas contra su presidente "trucho" para intentar demostrar que no tenían nada que ver con lo actuado. El jubilado es el que responde, tal cual lo marca la ley, con su sueldo o patrimonio. Obviamente, una persona de las características económicas de Mestres tiene poco y nada que ofrecer frente a una demanda judicial de las características que se están analizando. Por ello, se utilizan personas que tienen una expectativa de vida corta, que a la firma no la "estorbe", ni haga preguntas, y le pueda ahorrar disgustos frente a la Justicia con los manejos contables espurios. Hasta podrían darse el lujo de fraguar los cheques que necesariamente debe firmar el presidente. Después de todo, ¿quién se negaría a admitir que un anciano puede temblequear o hasta tener amnesia de sus trazos originarios? Dentro del grupo de empresas de Rodríguez, Rocafé (que como se dijo registraba un extraño movimiento de fondos con empresas del grupo Juan de Dios y financieras, por montos que no tenían relación con la facturación de la firma) es una de las que menos facturación presenta. Por lo tanto poca importancia tiene para Rodríguez dejar caer a la empresa si las cosas se complican mucho con el anciano Luis Ramón Mestres. |
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