Viernes 21 de setiembre de 2001 | ||
MAS INFORMACION Bush exige que Afganistán entregue a "todos los terroristas" |
Los sabios "invitan" a Ben Laden a retirarse |
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La cumbre de los "ulemas" sólo pide un gesto "voluntario". |
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PESHAWAR, Pakistán (ANSA) - Buscando quitarse una tremenda responsabilidad de sus espaldas, los "sabios" islámicos afganos reunidos por dos días en Kabul invitaron al extremista Osama ben Laden a dejar voluntariamente el país, en el marco de una eventual acción de Estados Unidos. Si, como algunos dejaron entender, se trata de una manifestación de la proverbial astucia afgana, esta vez ha fallado. Un portavoz del gobierno estadounidense repitió que "está terminado el tiempo de las palabras" y ahora comienza la época de "los hechos", parafraseando al presidente George W. Bush. Los hechos son que la Asamblea de los ulema, una suerte de "superparlamento" consultivo de la milicia integrista de los talibanes, no aceptó el claro pedido de entregar a Osama, el sospechoso número uno de Estados Unidos por los atentados del 11 de setiembre. La última palabra le queda ahora al jefe espiritual del talibán, el fantasmal mullah Mohammad Omar, pero nunca ocurrió que alguien contradiga a los ulema, los sabios del régimen que gobierna el 90% de Afganistán desde 1996. Al contrario, el rol de los aproximadamente 700 sabios fue el de imprimir un matiz religioso a la decisión inapelable de Omar. "Los ulema de Afganistán expresan su tristeza por los muertos en Estados Unidos y esperan que Estados Unidos no ataque Afganistán, dé prueba de absoluta paciencia y cuidado e investigue la cuestión en su totalidad", de acuerdo a la decisión del consejo de sabios. También recomendaron que Ben Laden deje el país cuando sea posible, pero advierten que si Estados Unidos no acepta estas medidas la "sharia" (ley islámica) ordena que todos los musulmanes formen parte de la guerra santa en caso de la invasión de un país. "Si en caso de un ataque de Estados Unidos, cualquier musulmán, afgano o no afgano, coopera con los infieles, y se transforma en cómplice o espía, aquella persona es punible con la muerte como los invasores extranjeros", dijeron. El maulana (un título equivalente al del ulema) Youssuf Qureshi, imán de la más antigua mezquita de Peshawar (Pakistán), la Mohabbat Khan Masjid, dijo que se trata de una decisión "brillante" de los talibanes porque pone la pelota en el campo de Estados Unidos. Qureshi afirmó que Ben Laden podría irse hacia Chechenia o Irak, o incluso ya pudo haber dejado Afganistán. Gherat Baheer, portavoz del partido integrista afgano Hizb Islami y yerno del ex líder de los mujaidines antisoviéticos Guilbuddin Hekmatyar, sostuvo que la resolución de los ulema "es clara y significa que ben Laden dejará el país cuando lo considere oportuno". "Me parece evidente que los talibanes estuvieron desde el principio muy intransigentes en cuanto a ben Laden y no me parece que hayan cambiado de posición", dijo Baheer. El partido Hizb Islami es opositor a los talibanes, pero Baheer dijo que combatirá al lado de ellos en caso de una invasión contra Afganistán. Sultán Mahmood, director de un diario afgano publicado en Peshawar, la gran ciudad paquistaní más cercana a la frontera con su vecino Afganistán, afirmó que la decisión respondió a "la gran presión" a la que fueron sometidos los ulema en los últimos días. Un portavoz de la embajada talibán en Pakistán dijo en una conferencia de prensa que Ben Laden mismo se entregará " si tiene la certeza de tener un juicio justo". "Les pedimos a los estadounidenses que por favor nos dieran las pruebas. No tenemos pruebas contra Osama", dijo el portavoz. En Kabul, el ministro de Educación talibán, Amir Khan Muttagi, se dio el permiso -inédito para los talibanes- de hacer una broma. "Seguramente Osama no estará llamando un taxi y diciéndole al conductor que doble a la derecha en la primera esquina", declaró. Prueba para el régimen paquistaní PESHAWAR (ANSA).-La posición "realista" asumida por el presidente paquistaní Parvez Musharraf fue aprobada por los principales partidos del país, pero los integristas islámicos la interpretaron como un acto de traición. La prueba de fuego será el viernes, cuando la respuesta a la huelga general declarada por 35 grupos integristas dé una primera señal sobre los humores de la opinión pública. Los extremistas prepararon con cuidado la prueba de fuerza del viernes: el número de los manifestantes aumenta día tras día. El gobierno y el ejército, que en Pakistán son la misma cosa, no quieren correr riesgos. Decenas de miles de policías fueron movilizados y las calles de las principales ciudades son patrulladas por el ejército. Las autoridades afirman que el viernes "no permitirán" a los integristas acercarse. Miles de personas participaron ayer en una protesta en Peshawar, la ciudad paquistaní más cercana a la frontera con Afganistán, y quemaron un muñeco de George W. Bush. Hasta ayer en la protesta se comprometieron sólo militantes de las organizaciones defensoras de los talibanes afganos y de Osama ben Laden. La oposición a los talibanes se fortalece Dushambé (EFE).- La oposición afgana al régimen talibán ha aprovechado la amenaza de un ataque internacional contra los integristas de Kabul para recuperarse de la pérdida de su líder Ahmed Shah Masud y subrayar su papel indispensable en esa lucha. Oculta en el valle del Panshir, desde donde amenaza Kabul (a unos 50 kilómetros), y resistiendo junto a la frontera tayika, la Alianza del Norte es el talón de Aquiles del régimen talibán. Desde su bastión en la "morada de las águilas" de Feisabad, en el septentrional Badajshán, es donde la Alianza ejerce su mayor presión sobre los integristas. Allí, donde confluyen el Pamir y el Hindu Kush, está el cuartel general de la Alianza y la residencia de su líder político, Burhanudin Rabbaní, presidente de Afganistán depuesto por los talibán en 1996 pero al que la ONU reconoce aún. La oposición afirma que es capaz de ubicar el escondite del saudita Osama Ben Laden en las escarpadas montañas de Afganistán. Aunque la oposición afgana dispone de un ejército de entre 5.000 y 10.000 hombres, hasta los atentados en Nueva York y Washington su fuerza parecía insuficiente para derrotar a los talibanes, que controlan el 95 por ciento de Afganistán y cuentan con fuerzas más numerosas. Perfil: El líder sin rostro |
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