Sábado 1 setiembre de 2001

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La UCR desafía a De la Rúa con un plan de gobierno

 

El plenario partidario pidió al gobierno reestructurar la deuda.

  Al Plan de Déficit Cero enfrentaron un Plan de "hambre Cero", minimizaron el gasto político frente a la deuda externa generada por Cavallo, desafiaron a la política económica del gobierno con un plan propio, hablaron de reestructuración de la deuda como único camino de crecimiento y apoyaron la idea de un gobierno de unidad pero excluyendo al neoliberalismo.
Fue ayer. Y no lo hizo la oposición, sino el partido mayoritario de la Alianza, la UCR, quien con Alfonsín a la cabeza y con un documento en mano lanzó una plataforma de gobierno que implica una dura réplica al plan actual de ajuste, y plantearon al Jefe de Estado una "discusión profunda" sobre el rumbo del país y el repudio absoluto a las actuales políticas "neoliberales".
"El desafío es ver si (los radicales) podemos retomar la dirección de nuestro Gobierno", explicó el vicepresidente del comité nacional de la UCR, Angel Roza.
Aunque el líder radical Raúl Alfonsín y otros dirigentes insistieron en señalar que el documento difundido ayer no debe interpretarse como una crítica a la gestión de De la Rúa, el propio contenido de las propuestas echa por tierra con muchos de los enunciados oficiales para alcanzar el déficit cero.
"Este documento no tiene un espíritu crítico sino de definiciones fundamentales de la UCR; en ningún momento se refiere a una acción desviada del Presidente", aclaró Alfonsín, sin convencer a nadie.

El pago de la deuda

El pronunciamiento no hace ninguna mención directa al Presidente- que ayer intentó con su presencia en el Plenario, bajar los decibeles que los radicales prometían poner al rojo vivo; pero Alfonsín, en un discurso, culpó a Cavallo por la agobiante deuda externa del país.
Alfonsín reclamó alcanzar "un período de gracia de capital y de intereses" de la deuda externa y se sumó al pedido de los peronistas de una "reestructuración consensuada", como único camino posible para crecer.
Ante el objetivo del gobierno de alcanzar "déficit cero", la UCR propuso el "hambre cero".
De la Rúa prefirió no opinar sobre el pedido de reestructuración de la deuda y sólo pidió a su partido que sean más complacientes (ver aparte).
La cumbre que se realizó en la sede del Comité Nacional, contó con la breve participación de De la Rúa, quien había negociado personalmente con Alfonsín, no sólo su presencia , sino el tenor del documento.
Pero lo cierto es que a partir de ayer nada será igual entre ambos. Gran parte del radicalismo dejó sentada su postura crítica sobre la actual situación del país y sobre la política económica encabezada por Cavallo. Y aunque admitió que la situación es en gran parte consecuencia de la herencia recibida, embistió con fuerza, golpeó el corazón del gobierno, y puso en jaque al presidente De la Rúa, en un intrincado tablero político. (DyN)

"Eminentemente electorales"

El ministro Cavallo evitó confrontar con Alfonsín, pero en su discurso de ayer se refirió elípticamente a él al consideran como "eminentemente electorales" los documentos emitidos por la UCR y el PJ, en donde ambos partidos plantean sus diferencias con la política gubernamental y proponen ir hacia una reprogramación de la deuda externa como salida a la crisis.
Además, consideró que los "términos" en los que ambos documentos piden reprogramar la deuda pública "son imposibles" de llevar a cabo. En forma coincidente, con apenas 24 horas de diferencia, ambos partidos salieron a pedir renegociar la deuda argentina para lograr que el país salga de la crisis.
Si bien los dirigentes de ambos partidos negaron que haya existido un acuerdo previo para efectuar este reclamo, ambos documentos apuntan al mismo objetivo.
Al pedirle su opinión respecto a si Alfonsín es "amigo o enemigo del gobierno", el ministro fue tajante: "no tengo porqué contestar esa pregunta" y se apuró en asegurar que "estamos trabajando para resolver los problemas de nuestro país". (DyN)

"Los chismes no nos dividirán"

El presidente Fernando de la Rúa se hizo presente en el encuentro radical. Quería bajar el tono de la tensión existente entre el radicalismo con su administración. Pero poco pudo hacer. "Los chismes no nos van a dividir", subrayó el jefe de Estado, aunque se quejó de los "ataques que algunos radicales" lanzan contra su gobierno. "Algunos exageran un poco", lamentó.
El presidente había tenido un encuentro previo con Alfonsín, pero sólo pudo conseguir que el caudillo radical lo omitiera explícitamente en el crítico documento0, que lleva meses macerándose en las tripas del ex presidente Alfonsín.
Pero ayer a la mañana decidió un último intento de atemperar al ofuscado jefe del partido radical y a sus tropas y se dirigió, temprano, al Comité Nacional. Allí las aguas estaban divididas, pero la posición crítica era la que, sin duda, iba a pesar. Ante esta certeza, el presidente De la Rúa ensayó un discurso. Pidió a sus correligionarios que critican la gestión de gobierno que "miren un poco alrededor, la historia anterior y las gestiones que nos han dejado una deuda, así tienen un cuadro más realista y equilibrado de la situación en que estamos. Tenemos que crear confianza, los correligionarios que plantean las críticas exclusivamente y respecto al gobierno deben mirar la historia anterior".
     
     
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