Jueves 13 de setiembre de 2001 | ||
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La tragedia explicada a los niños |
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Por Alessandra Baldini |
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Estados Unidos, aún en estado de shock, se enfrenta ahora a la tarea de tranquilizar a los niños y protegerlos de la terrible imagen de un avión que entra por las ventanas de sus propias casas, mientras las escuelas están cerradas en Nueva York, Washington y otras zonas del país. En muchos institutos públicos y privados, rectores y docentes prepararon el camino. En la Brearley School, un establecimiento privado de Nueva York, las alumnas fueron reunidas en asamblea el martes por la mañana, menos de una hora después del derrumbe de las Torres Gemelas. "Dos aviones se estrellaron sobre el World Trade Center. Está en llamas. Pero ahora todo terminó y las lecciones siguen normalmente", dijo la directora, Priscilla Wynn Barlow, mientras algunas muchachas -sobre todo las más grandes- rompían a llorar. El mismo mensaje fue pasado en cadena por los educadores de la "Gran Manzana", mientras los psicólogos temen que la frágil estructura psíquica de los niños pueda quedar traumada para siempre, impidiéndoles retomar las actividades normales de la vida cotidiana, entre ellas el regreso a la escuela. "El sentido de seguridad de todos, y sobre todo de los niños, fue sacudido. Esto activará la memoria de traumas sufridos en el pasado, los cuales para afrontarlos es indispensable abrir un diálogo", dijo el psicólogo infantil Donald Rosenblit. El martes, muchos niños en Manhattan no conseguían conciliar el sueño. "Tengo miedo de que un avión entre en mi casa", dijo una niña de seis años que vive en un rascacielos. Otra, ayer, no quería salir de su casa: "Aquí me siento segura". Algunos niños, como los alumnos de las escuelas públicas 86 y 166, vieron con sus propios ojos los aviones que se incrustaban en las Torres Gemelas, quedando atrapados como moscas en una telaraña. "No fue posible evitar que algunos lo vieran", dijo Angelo Gimondo, supervisor de Jackson Heights. Casi todos los niños de Nueva York, Washington y el resto de Estados Unidos observaron las imágenes transmitidas en un "replay" infinito por las cadenas de televisión. "Limiten el acceso de los niños a la televisión", fue el llamado que dirigieron los psicólogos a los padres. Otro consejo: "Hablen con ellos con calma, más de una vez. No finjan nada. Pe-ro tranquilícen-los: díganles que fue un acontecimiento excepcional y que ahora todo terminó". En Queens se abrieron el martes centros especiales para albergar a los hijos de los padres que trabajan en Manhattan y no consiguieron llegar a tiempo a buscarlos. En otras escuelas los padres fueron autorizados a llevarse a sus hijos antes del fin regular de las clases. "Esperamos reabrir las escuelas mañana", dijo ayer el alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani. Pero para los padres y niños traumatizados, mañana todavía está lejos. (ANSA) |
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