Domingo 9 de setiembre de 2001
 

Haley, un chico robot como cualquier otro

 

Haley Joel Osment fue el niño tierno y de mirada triste que le confesó a Bruce Willis "veo gente muerta". Ahora concentra toda la atención con su participación en el nuevo filme de Steven Spielberg, "A.I.". Para muchos ha ocupado el lugar que dejó vacante Macaulay Culkin, ese otro actor precoz que se volvió famoso con "Mi pequeño angelito". Steven Spielberg, el Midas de Hollywood, vio en su voz y en su rostro perturbadores una llave para el gran público.

 
Haley Joel Osment, el chico que se hizo famoso musitando "veo gente muerta" en el exitoso filme "Sexto sentido", es ahora, a las órdenes de Steven Spielberg, el robot David, programado para sentir amor en "A.I. Inteligencia Artificial", que se estrenó este jueves en salas argentinas.
A los 13 años y monedas, con sus protagónicos en "Cadena de favores" y los dos filmes antes citados, este rubiecito de ojos claros que toda mamá querría como hijo heredó el cetro de púber prodigio del cine que dejó vacante Macaulay Culkin tiempo atrás y nadie empuñó desde entonces.
"Voy al colegio como todos los chicos. Me va muy bien en los estudios. En junio pasado terminé el séptimo grado. Tengo amigos como todos. Juego al básquet y al golf y me gustan los deportes en general", apuntó Haley, preocupado por lucir como un pibe "normal" durante las entrevistas que concedió en esta ciudad californiana.
Vestido sin estridencias (sweater gris sobre remera blanca, pantalón negro), Haley se presentó ante el periodismo con una latita de gaseosa a medio beber, como si el reportaje lo hubiera pescado saliendo del drugstore, y contestó con voz grave, la mirada muchas veces baja y una seguridad en la elección de las palabras a la que no debe ser ajena su práctica actoral.
Un chico como tantos, sí, pero hasta ahí: "Obviamente -aceptó-, actuar hace mi vida algo diferente. Pero no me quejo. Al contrario: me gusta mucho, y seguro que en eso influye que Eugene, mi papá, y Emily, mi hermanita, también actúen (Theresa, la madre, es maestra de escuela)".
Nacido en Los Angeles, Haley tenía 4 años cuando un director de castings se fijó en él mientras recorría con sus padres una mueblería y -venia de los Osment mediante- lo contrató para intervenir en un comercial. Después, entre 1992 y 1993 apareció en varios ciclos de tevé y en 1994 debutó en cine como el hijo de Tom Hanks en "Forrest Gump".
Esa venia de los mayores aún funciona: seguramente por disposiciones dirigidas a proteger la sensibilidad de los niños, papá Eugene permaneció al lado de Haley toda la entrevista, y en algunos casos fue él quien respondió a los periodistas en lugar de su hijo.
Luego de "Forrest Gump" hubo para Haley otros papeles en cine, tevé y filmes en video, entre los que sobresalió en "Sexto sentido", donde su azorado Cole Sear, que le juraba a Bruce Willis que veía gente muerta, le reportó a los 11 años una postulación al Oscar a mejor actor secundario, y en "Cadena de favores", donde su Trevor McKinney buscaba beneficiar al prójimo armando una red solidaria.
"El dinero no es importante para mí", afirmó Haley sobre sus ingresos como actor, que deben ser buena plata. "Bah, al menos no lo es en esta etapa de mi vida. Mis padres se encargan de manejar el dinero que cobro".
Al elegir a Osment para el personaje principal de "A.I....", ese viejo zorro de Spielberg sabía que se garantizaba un nombre que funciona en boleterías por sí solo y que -no menos provechoso- estaba incorporando al elenco a uno de los pocos jovencitos que hoy en Hollywood pueden "dar" convincentemente a un robot casi humano.
Haley confesó que al principio, cuando le contaron que quien lo buscaba para un protagónico era nada menos que ese rey Midas del cine llamado Spielberg, se intimidó un poco. "Pero ya en el rodaje me sentí muy acompañado por él, y yo, por mi parte, me concentré en lo que tenía que hacer y creo que di lo mejor que podía dar", comentó.
"Es un actor, no es un chico", se exaltó al hablar de Haley la fogueada productora Kathleen Kennedy, quien trabaja cerca de Spielberg desde hace 22 años y fue una de las mayores responsables de que su jefe concretara con "A.I...." el viejo sueño que antes de morir le legó otro director notorio y amigo suyo, Stanley Kubrick: llevar a la pantalla grande "Super-Toys Last All Summer Long", cuento corto del escritor de ciencia ficción Brian Aldiss.
En el proyecto, que Spielberg y el autor de "2001, odisea del espacio" afinaron en años de citas de trabajo, el rol de David, el robot programado para sentir amor, domina la historia desde el vamos, cuando -todo pasa en un futuro cercano- lo adopta, y pone su amor paternal en él, una pareja cuyo hijo de carne y hueso, muy enfermo, es mantenido vivo criogénicamente hasta que se cure.
A Haley no le gusta trazar comparaciones entre su desempeño como David y sus interpretaciones anteriores: "No comparo, no. Simplemente espero ser mejor cada vez. Es decir, noto que cada vez gano más experiencia. Y por eso creo y espero ser mejor que en mi trabajo anterior".
Con otros dos filmes terminados en su haber ("El jorobado de Notre Dame II", dibujo animado donde se limitó a dar su voz al personaje de Zephyr, y "Edges of the Lord", donde encarnó a un chico judío en épocas de persecución nazi), Haley, al mirar hacia el futuro, sigue viéndose en el mundo del espectáculo pero advierte que no se conformará con eso.
"¿Qué creo que estaré haciendo de acá a 20 años? Posiblemente haciendo algo de este lado de la cámara. Y también del otro. Quiero decir, tal vez dirigiendo. Pero (y acá pareció saber que la suerte puede resultar veleidosa y cruel) seguro que también siguiendo una carrera profesional, aprendida en la universidad". (Télam)

Alberto Ojam

   
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