Viernes 17 de agosto de 2001
 

Contundente demostración de Brasil

 

Venció a EE. UU. que trajo un equipo de pobre nivel.

  Brasil apabulló a Estados Unidos por un contundente 116 a 78 (60-37), lo que demostró no sólo su superioridad por su prestancia, sino que marcó la endeblez de un rival que llegó a Neuquén con un equipo de tercer orden.
Evidentemente Estados Unidos defraudó la expectativa de todos los amantes del básquetbol. Llegó al torneo Premundial con un equipo tan joven como inexperto, privando de esta manera al aficionado de esta parte del continente a ver jugadores de mejor capacidad técnica, sabiendo podría haberse nutrido con algunos jugadores que militan en la NBA.
Pero más allá de esto, también decepcionó en su juego. Y en eso mucho tuvo que ver el seleccionado sudamericano que prácticamente lo borró del campo de juego y por momentos fue tan superior que los norteamericanos apenas pudieron seguirle el ritmo.
Una vez rota la defensa individual de los estadounidenses, todo fue más fácil para el equipo que conduce el legendario Helio Rubens. En esos diez minutos iniciales tanto Marcelinho como Vanderley marcaron la diferencia en el juego y por eso Brasil ganó el primer cuarto por 39 a 16.
Esa diferencia fue la llave que abrió más aún la puerta a la clara y fácil victoria de los brasileños, ya que en el segundo cuarto su supremacía fue tal que Estados Unidos prácticamente dejó de ser un escollo para los sudamericanos.
Los distintos objetivos de uno y otro se manifestaban con mayor claridad en tanto transcurría el partido, porque a pesar del cómodo triunfo de Brasil metió en el campo a Nene, un fenómeno por potencia y despliegue y que fue un problemas insoluble para el endeble equipo norteamericano.
En la última parte fue una sinfonía de Brasil. Jugó en un gran nivel y demostró que es un gran candidato al título y a ocupar un lugar en el Mundial. Estados Unidos, en cambio, decepcionó tanto con su juego que prácticamente no existió.

El público acompañó en la primera jornada

Para el segundo turno no fue necesario mucho tiempo para que el estadio se complete en su capacidad. A pocos minutos de comenzar a jugarse el cotejo entre Brasil y Estados Unidos, ya no quedaba ningún lugar para completarse. Sin embargo lo poco atrayente del partido se vio reflejado también en las tribunas, ya que el público siguió prácticamente en silencio las alternativas de juego.

• No se dieron cuenta: A las 20.30, hizo su ingreso al estadio el seleccionado de Uruguay y ocupó un lugar en la cabecera del Ruca Che. Quince minutos más tarde apareció el representativo de Argentina. Varios de sus jugadores se dirigieron al mismo lugar de sus rivales y pasaron prácticamente inadvertidos para los espectadores. El cuerpo técnico más algunos jugadores, como Ginóbili, Nocioni, Sconochini y Victoriano se dedicaron a observar con detenimiento las alternativas del preliminar.

• Con el local: Obviamente Argentina se lleva la preferencia de todo el público, sin embargo algunos países muestran su carisma para ganarse la simpatía del público y uno de ese ejemplo es Puerto Rico. Pero la duda estaba en saber qué sucedería entre Brasil y Estados Unidos, tradicionales rivales de los argentinos. En este caso aunque no con demasiada euforia, la gente prefirió a los brasileños, que nuevamente mostraron un juego vistoso y efectivo, como para ser considerados favoritos.

• El más bajo: El jugador más bajo del certamen es el base de los Estados Unidos cuya estatura es de 1,77. Curiosamente su nombre es Antonio Rambo y en este caso por su talla no le hace honor al héroe de las películas de acción estadounidense que encarna Silvester Stallone.

• Hermosas: No todo fue básquetbol en el recinto del Ruca Che. Más de uno quedó maravillado con la belleza de varias promotoras. Distintos productos fueron promovidos por simpáticas niñas que captaron la mirada de la mayoría masculina, que aprovechaban la pasividad de algunos partidos, como para contrarrestar y recrear la vista con las hermosas mujeres.

• Mal comienzo: El centro de prensa no tuvo un arranque demasiado alentador en cuanto a su funcionamiento debido a varios problemas con las acreditaciones y la información solicitada.
La primera jornada transcurrió sin que muchos de los periodistas que llegaron para cubrir el evento consiguieran su acreditación, pedido que se reiteró a lo largo de la jornada inicial.
El otro gran inconveniente se dio con las síntesis y estadísticas de cada partido, que se demoraron demasiado tiempo y la información oficial del partido entre Puerto Rico y Panamá recién llegó dos horas después del final. Los problemas se repitieron toda la noche.

   
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