Domingo 12 de agosto de 2001 | ||
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Superior a todo lo imaginable |
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En 1971 el combate Ali-Frazier quedó grabado como uno de los más increíbles y estremecedores encuentros de la historia del boxeo. Tuvo un cronista excepcional, Norman Mailer, que escribió una larga e inspirada crónica para la revista norteamericana "Life". Aquí, un extracto de dicho artículo, un ejemplo, a su vez, del mejor Nuevo Periodismo de ese tiempo. |
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Clay no estaba en modo alguno engañado en cuanto a la capacidad física de Liston. Sonny era un armario moviente, desde luego; pero resultaba muy fácil herir sus sentimientos, confundirle las ideas y hacerlo más vulnerable. Liston no carecía de ingenio y era mucho más listo de lo que se desprendía de su pobre expediente escolar, sin dejar por ello de ser vulnerable. Evidentemente, había una serie de temas que herían su sensibilidad: la edad y que lo tomaran por un esbirro de la mafia, un asesino en calzón corto, botas y guantes. Liston pedía respeto, la solemnidad que merece un rey, y eso precisamente -el respeto- era lo que Clay iba a negarle. Desempeñaría el papel del idiota, sacando de sus casillas a Liston y llevándolo hacia peligrosas zonas de complacencia. La estrategia de Clay entró en funcionamiento tan pronto como Liston llegó a Miami para entrenar. En el aeropuerto, Clay esperaba a Liston junto al avión. Cuando apareció el campeón en lo alto de la escalerilla, Clay lo acogió con una serie de gritos: -¡Eh! ¡imbécil! ¡Oso feo! ¡Te voy a destrozar aquí mismo. Cuando estuvo cerca de Clay, Liston le dijo: -Mira, no te pases de listo con las payasadas. Hablo en serio. -¿En serio tú? -dijo Clay- Eres un imbécil tremendo y te voy a destrozar aquí mismo. Liston miró a Clay, primero de la cabeza a los pies, luego de los pies a la cabeza. No pudo dejar de percibir que el chico, a pesar de su velocidad de peso pluma, era un tipo muy grande, incluso más alto que él. Liston iba acompañado por Jack Nilon, su manager, y por Joe Louis, a quien tenía a sueldo para que estuviera en su rincón y le contara a la prensa lo buen chico que era. Liston, Nilon y Louis se subieron a un coche para vips y partieron rumbo a la casa que Liston había alquilado en la playa. Pero Clay no se conformó con tan poco. Se metió en su coche y salió en persecución de Liston mientras éste abandonaba el aeropuerto. De pronto, el automóvil de Liston se detuvo al borde de la calzada y de él bajó el campeón, echando humo, para dirigirse a Clay. -Mira, gamberrito, te voy a dar un golpe en los morros. Esto ha ido ya demasiado lejos. Clay hizo ademán de quitarse la chaqueta, gritando al mismo tiempo: -¡Venga, imbécil, acércate. |
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