Domingo 1 de julio de 2001 | ||
Números para una fotografía en 1995 |
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Aunque hay más comercios, la gente compra
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NEUQUEN (AN).- En diciembre de 1995, en Cutral Co y Plaza Huincul había 5.000 desocupados sobre una población activa de casi 20 mil personas en ambas localidades. Meses después, el estudio de la Universidad de Quilmes dirigido por el actual secretario PyME de la Nación, Enrique Martínez, estableció un 21% de desocupados, con el 72% de la población sin experiencia laboral y apenas el 7% de gente con escolaridad secundaria completa. La mayoría de los desempleados, al contrario de lo que ocurre en el resto de la provincia y en la Nación, eran mayores de 29 años. Esa franja estaba -y está- engrosada por los ex trabajadores de las empresas estatales que no encuentran nuevo empleo debido a que la demanda del mercado laboral los excluye, a la mayoría por edad y también por falta de capacitación. Los números apenas transcriben un denominador común que revirtió la organización económica y social engendrada en torno a Yacimientos Petrolíferos Fiscales como empresa estatal. Ese espacio económico y social funcionó como una red de contención que destrozaron los decretos de desregulación posteriores a la reforma del Estado durante la primera presidencia de Carlos Menem. El nuevo régimen jurídico, denominado de "desregulación petrolera", alteró en su esencia el modelo de organización económico social vigente en las dos localidades, porque la dependencia de YPF era tanto económica cuanto cultural. La empresa estatal resolvía la cuestión salarial, pero también aplicaba políticas sociales que garantizaban coberturas asistenciales, educacionales, turísticas y previsionales. La desaparición de YPF creó una nueva tipología social: los "ex ypefianos" que se agruparon básicamente en dos sectores. Por un lado, los así denominados "emprendimientos", que continuaron con sus servicios a la nueva sociedad y los que, una vez consumidas las indemnizaciones -cuando las hubo-, comenzaron sus reclamos por el programa de propiedad participada de acciones, que les otorgaba una porción del 10% de títulos clase C. Esa pelea todavía sigue, y el gobierno nacional ofrecerá, con el salvataje de la ley 25.414 un resarcimiento económico a esos ex trabajadores. La transformación del sector petrolero redujo el elenco de obreros y empleados en las instalaciones de YPF en Plaza Huincul de 4.200 en 1991 a 600 un año después. Además, la producción de petróleo local disminuyó de modo considerable. Actualmente, la destilería -único establecimiento de la ex estatal que funciona mientras se espera que en diciembre se inaugure la planta de metanol- tiene menos de un centenar de empleados y la mayoría vive, gracias a un incentivo de la empresa, en la capital provincial. Los despedidos y los inscriptos en regímenes de retiro voluntario recibieron compensaciones en importantes sumas de dinero que se invirtieron sin asesoramiento de ninguna especie. Según el estudio de la Universidad de Quilmes, se verificaron "comportamientos dilapidatorios", pero también "totalmente conservadores". La actividad comercial tuvo un crecimiento explosivo en el trienio posterior a 1990. Por ejemplo, en Cutral Co, sobre un total de 859 comercios censados en actividad en 1997, el 30% iniciaron sus actividades antes de 1990; el 36% entre ese año y 1993 y el 34% después de esa fecha. En Plaza Huincul hubo un proceso similar, dado que sobre 316 comercios activos, el 21% inició antes de 1990; el 39% en el período del medio y el resto -40%- en el último. Pero el crecimiento comercial de la capital provincial -con el desembarco de grandes cadenas de consumo nacionales e internacionales- absorbió la mayor parte de la demanda de Cutral Co y Huincul. Esa tendencia quedó demostrada en la encuesta realizada el año pasado por Patagonia Consultoría General, que determinó que por mes, al menos el 84% de la población de esas ciudades gasta aproximadamente un millón de pesos en la capital, con al menos dos viajes cada treinta días. Esa afirmación fue ratificada por el presidente de la Cámara de Comerciantes local, Rubén Espinace, que dijo que "ni los emprendimientos -de servicios a Repsol YPF- adquieren aquí sus insumos, los compran en Neuquén capital". Según los historiadores Orietta Favaro, Mario Arias Bucciarelli y Graciela Iuorno, el movimiento de protesta se materializó luego de "la ruptura por parte de (Felipe) Sapag, de las relaciones con la empresa canadiense Agrium" para construir una planta de fertilizantes, que daría empleo a 5.000 personas durante la obra y a 150 en forma permanente. Gerardo Burton |
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