Sábado 21 de julio de 2001

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La muerte de un manifestante opacó el encuentro

 

Optimismo económico y perdón de deudas

 

Los países reunidos en la cumbre económica perdonaron unos 53.000 millones de la deuda externa a los países más pobres del mundo, entre ellos Honduras, Nicaragua y Bolivia. Por otra parte, mostraron un cauto optimismo de que la ralentización de la economía mundial se revertirá dentro de poco.

  Génova, Italia .- Los líderes de los siete países más industrializados del mundo (G-7) lanzaron ayer un mensaje de moderado optimismo sobre la recuperación de la economía internacional a fin de año y anunciaron una condonación de deudas a los países pobres por valor de 53.000 millones de dólares.
En la primera reunión de la cumbre iniciada ayer en Génova, a la que no asistió Rusia, los siete grandes analizaron las perspectivas de la economía para los próximos meses, a la luz de los procesos de desaceleración en Europa y , sobre todo, en los Estados Unidos, tras reconocer que la fase de ralentización había sido mas intensa de lo previsto.
Los jefes de Estado y de gobierno de los Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Francia, Japón, Canadá e Italia admitieron que la baja del crecimiento industrial ha sido mayor del previsto en los últimos meses, pero que se mantienen firmes las expectativas de un cambio favorable entre el último trimestre del año y el primero del 2002.
En el comunicado final emitido ayer se señala que "la aplicación de políticas económicas apropiadas y los buenos datos recogidos en los indicadores básicos aportan una sólida base para un crecimiento más elevado".
Las naciones más industrializadas se comprometieron a promover el estancado crecimiento global "mediante reformas económicas y nuevas conversaciones de libre comercio".
Los líderes del G-7 precisan que, no obstante, se debe mantener la cautela y la vigilancia para que el anunciado proceso de recuperación en marcha "no sufra alteraciones". En este sentido advirtieron que los altos precios del petróleo "ponen en peligro la recuperación mundial", y especialmente a los países más pobres y vulnerables.
Argentina y Turquía, recientemente afectadas por turbulencias económicas, fueron instadas a reforzar sus sistemas financieros domésticos y su posición fiscal, aunque hubo un respaldo al ajuste f que lleva adelante el gobierno de Fernando de la Rúa.
La esperanza de recuperación subrayada ayer se hace extensible tanto a la economía europea como a la norteamericana, sobre la que dejó caer un manto de preocupación esta misma semana el propio Presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan.
El portavoz italiano Paolo Bonaiuti, indicó que "sin caer en ningún falso optimismo, se ha constatado la esperanza fundada en que la economía de EEUU puede ya haber tocado fondo y está próxima a proyectarse de nuevo hacia arriba".
A la vez, el comunicado insiste en que Japón debe comprometerse con la "implementación vigorosa de reformas a los sectores financieros y corporativos".
Los Siete Grandes decidieron también condonar deudas por valor de 53.000 millones de dólares a los 23 países en desarrollo más endeudados (HIPC), entre los que se encuentran Bolivia, Honduras y Nicaragua.
En concreto, se cancelarán las deudas procedentes de las ayudas al desarrollo y de los créditos comerciales que tienen contraídas con los países del G-7 que, a su vez, piden a las otras naciones prestatarias que sigan el mismo camino. Subraya que "animamos a los países HIPC a aplicar rápidamente las necesarias reformas económicas y sociales, incluido el desarrollo de una estrategia para la reducción de la pobreza en cooperación con el Banco Mundial y el FMI. (EFE/DPA)

Pocos fondos para combatir el sida

Génova (Italia) (EFE).- El Grupo de los Ocho países más ricos del mundo acordó ayer el lanzamiento del Fondo Mundial para el Sida y la Salud, pero hizo un llamado a otras naciones, empresas y a la sociedad civil para que aporten más dinero.
El fondo fue lanzado con contribuciones iniciales por algo más 1.200 millones de dólares, frente al mínimo de 7.000 millones que la ONU calcula que necesitará anualmente para un funcionamiento efectivo.
"Hace falta mucho, mucho más", reconoció el secretario general de la ONU, Kofi Annan, durante la ceremonia en que se realizó el anuncio. "La batalla contra el sida no se ganará sin los recursos necesarios. Queremos movilizar entre 7.000 y 10.000 millones de dólares al año para luchar contra la enfermedad en el mundo", recordó
El G-8 tiene la confirmación de que llegará a los 2.000 millones de dólares porque otros países no miembros del grupo han comprometido ya cantidades concretas, explicó el jefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi.
El objetivo es que el fondo sea operativo para finales de este año. También luchará contra otras enfermedades infecciosas que causan estragos en los países en desarrollo, como la malaria y la tuberculosis.

Reclamo de los países en desarrollo

Génova (Télam-SNI).- Los países en vías de desarrollo desean hacer oír su voz para poderse beneficiar del proceso de globalización económica, con la entrada de sus productos en todos los mercados y el acceso a las nuevas tecnologías, dijeron ayer sus representantes en su primera asistencia como invitados de una cumbre del G-8.
La fórmula del G-8 introdujo una novedad en su edición actual, con la presencia como invitados especiales de media docena de dirigentes de otros tantos países en vías de desarrollo, que aportaron un punto de vista diferente al de los integrantes de ese exclusivo club.
Los presidentes de El Salvador, Francisco Flores; Nigeria, Olusegun Obasanjo; Argelia, Abdelaziz Buteflika; Sudáfrica, Thabo Mbeki y Malí, Alpha Oumar Konare, así como el primer ministro de Bangladesh, Sheik Hasina, compartieron la mesa con el G-8 para debatir la manera de reducir el desequilibrio que separa a ricos y pobres.
"No hay nada más frustrante que ser ignorados, de modo que lo que tenemos que conseguir es evitar la exclusión y la frustración", dijo el nigeriano Olusegun Obasanjo.
Durante un almuerzo de los líderes del G-7 centrado en la economía, se habló de Africa como paradigma de la situación económica de los países pobres, según reveló el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi.
Los siete países más industrializados tienen el 76% de la deuda exterior registrada en el Club de París. Además, en los países en vías de desarrollo vive el 85% de la población del mundo, tendencia que crecerá en el futuro, lo que hace más grave el fenómeno de la desigualdad económica.

     
     
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