Jueves 5 de julio de 2001 | ||
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Las amenazas a Viecens provenían de un teléfono al alcance de Kielmasz |
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ROCA (AR).- La investigación que se inició a raíz de la denuncia por amenazas anónimas efectuada por Gustavo Viecens, el defensor de Claudio Kielmasz, arrojó un resultado sorprendente: las llamadas telefónicas se realizaron desde el pabellón "dos alto" de la U9, el mismo en que se encuentra alojado el joven acusado de dar muerte a las tres jóvenes cipoleñas. Sin embargo, el defensor aseguró que no se pudo establecer quién fue el autor de las amenazas, aunque descartó de plano que se trate de su defendido. "Las llamadas las recibió mi mujer. Ella conoce la voz de Kielmasz porque en varias oportunidades lo atendió cuando me tenía que hacer alguna consulta. De todos modos, no sabemos quién fue el que hizo las amenazas, pero Claudio no fue. Además, no habría ningún motivo para que hiciera una cosa de esas", aseguró ayer el defensor oficial. La primera amenaza se habría recibido en el domicilio particular de Viecens, sobre la medianoche del jueves 14 de junio pasado. "Los llamados anónimos se sucedieron el viernes y el sábado, día en que se detectó desde dónde se hacían las llamadas", dijo Viecens. Esta investigación es llevada adelante por la jueza Margarita Carrasco, quien apenas conocida la procedencia de las llamadas, ordenó que se montara una discreta vigilancia al teléfono público de ese pabellón para identificar al autor. En los llamados contra Viecens, se le "sugería" que "se abra del triple crimen", ya que de lo contrario, "lo matarían a él, a su esposa y a sus hijos". Aparentemente el o los autores de los llamados deben haber sospechado que la investigación estaba avanzada, porque cuando se ordenó la vigilancia del aparato las amenazas cesaron. A excepción de Kielmasz, el pabellón "dos alto" está destinado para policías condenados o procesados, que son alojados aparte del resto de la población carcelaria para evitar inconvenientes. Durante varios meses, Guillermo González Pino fue uno de los ocupantes de ese pabellón, aunque para la fecha de las amenazas había sido trasladado a otro sector. Esos mismos días, también el propio Kielmasz recibió amenazas telefónicas en el pabellón. "Le decían que se tenía que quebrar. Que contara todo lo que había ocurrido con los crímenes", dijo el defensor. Lo llamativo es que se pudo comprobar que los llamados amenazantes contra el detenido, también se realizaban desde el interior de la unidad de detención. Lo que aparentemente no se pudo ubicar es desde qué sector se hicieron. La duda está en que haya sido desde otro pabellón, o desde alguna dependencia del penal. Además de Viecens, Kielmasz es asistido por Alberto Cariatore, quien nunca recibió amenazas. |
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