Jueves 5 de julio de 2001

 

Llega la sentencia, pero si hay incidentes la leerán en Roca y sin público

 

La Cámara espera ver la seguridad garantizada durante la lectura. Es por la marcha convocada para hoy a las 13. "No llamamos a causar desmanes", dijo Ulises.

  La sentencia por el triple crimen, que espera la sociedad desde hace meses, se dará a conocer hoy en Cipolletti. Pero si la manifestación prevista provoca incidentes, se leerá a puertas cerradas en Roca.
La Cámara Segunda advirtió ayer que "de no estar garantizada la seguridad, ni dadas las condiciones apropiadas para un normal desenvolvimiento del proceso judicial en curso, se verá en la obligación de suspender la lectura pública de la sentencia y concluir la misma en la sede tribunalicia de Roca a puertas cerradas".
La advertencia tiene relación con la movilización prevista para hoy a las 13, a la que convocaron los familiares de las víctimas y varias organizaciones. Sin embargo, ocurre que la mayoría de las entidades convocantes no aportó a la Justicia elementos relacionados con los graves acusaciones contenidas en la consigna de la marcha: "El juicio legalizó la impunidad y el encubrimiento y deja libre a los verdaderos asesinos". Más aún, tampoco siguieron el desarrollo de las sesiones del juicio, siempre caracterizadas por el pobre nivel de asistencia.
Anoche, los jueces emitieron una resolución en la cual instaron a la población a "adecuar sus manifestaciones" a fin de "evitar incidentes".
Ulises González, padre de las hermanas asesinadas, recibió con sorpresa la comunicación de la Cámara. "Estamos pidiendo un acompañamiento, pero no hay ninguna intención de armar acciones violentas", dijo anoche. "La convocatoria no tiene como fin producir desmanes ni interrumpir la lectura. Hay mucha ansiedad por conocer el resultado pero nunca se pidió la presencia de la comunidad para actuar fuera de la ley. Con esas acciones no llegamos a nada", agregó.
No es la primera vez que el Tribunal lanza una advertencia de este tipo. Apenas iniciado el debate amenazó con desalojar a un grupo de manifestantes que hacía sonar tambores en la calle, y después expulsó de la sala a estudiantes que repudiaron al exministro Horacio Jouliá, entre los que estaban la hermana de una de las víctimas.
La lectura de la sentencia está prevista para hoy, a pocos días de que se cumplan 43 meses de los asesinatos de María Emilia, Paula y Verónica. Será el corolario del extenso juicio contra los dos únicos imputados, Claudio Kielmasz y Guillermo González Pino.
Según lo anunciado originalmente, a las 15 en el salón de Luz y Fuerza, los jueces César López Meyer, María Evelina García y Juan Rotter empezarán a leer el fallo y se conocerá cómo interpretaron las pruebas recogidas durante la controvertida investigación. Pero la advertencia de la Cámara puede cambiar los planes y toda la escena trasladarse a Roca, donde sólo se permitiría el acceso de familiares directos de las víctimas y de los imputados.
Luis Bordón, el padre de Sebastián, el joven asesinado en Mendoza viaja especialmente a Cipolletti para asistir al desenlace del juicio.
Para conocer la sentencia, lo último que leerán los jueces, la población quizá tenga que esperar hasta la medianoche porque se prevé que la diligencia será larga y el Tribunal no aceptó los pedidos para modificar la hora de comienzo.
El juicio, calificado varias veces de "atípico" por la misma Cámara, finaliza rodeado de circunstancias extrañas, como las amenazas de muerte de González Pino contra Kielmasz y otras de similar tenor contra el abogado Gustavo Viecens que, ayer se supo, salieron de un teléfono ubicado al alcance de su patrocinado Kielmasz.
También los últimos días estuvieron signados por diligencias realizadas en el juzgado 12, donde el juez Pablo Iribarren tramita una suerte de "causa residual": dispuso ruedas de reconocimiento con una controvertida menor que dice haber presenciado el triple crimen, todas con resultado negativo.
Durante los alegatos, el fiscal Eduardo Scilipotti acusó a Kielmasz y González Pino de homicidio reiterado calificado por ensañamiento (cuando se provoca a la víctima un sufrimiento innecesario), por el concurso de dos o más personas, y pidió que los condenen a reclusión perpetua, la pena más alta del Código Penal. Los querellantes José O"Reilly (por la familia González) y Fernando Dalmazzo (por los Villar) pidieron la misma pena pero por homicidio reiterado calificado y privación ilegítima de la libertad reiterada calificada. Para los defensores, en cambio, no alcanzan las pruebas para condenar y los imputados deben ser absueltos.
El juicio fue el más extenso de la historia rionegrina, y uno de los más largos del país. Comenzó a fines de marzo, hubo cerca de 30 audiencias en las que declararon más de cien personas. Algunos testigos lo hicieron más de una vez, otros muchos fueron careados o acusados de falso testimonio, hubo inspecciones judiciales en los presuntos escenarios del hecho, peritos que desacomodaron el tablero y hasta audiencias virtuales con la menor que dice haber visto cómo agredían a María Emilia, Paula y Verónica. Los únicos que no hablaron en todo este largo proceso fueron los imputados. (AC y AR)
   
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