Pidieron prisión perpetua para Sara Ibáñez

Es la mujer acusada de degollar a su esposo y a sus dos hijos, en Cutral Co. El fiscal dijo que lo hizo porque eran un estorbo para sus planes personales. El defensor reclamó la absolución. Planteó que el asesino de los chicos fue el marido y que ella lo mató para defenderse o en un rapto de locura. La sentencia se conocerá el 24.

CUTRAL CO (AN)- El fiscal pidió ayer prisión perpetua para Sara del Pilar Ibáñez, la mujer acusada de degollar a su esposo y a sus hijos, y el defensor reclamó su absolución, durante una vibrante pulseada verbal en la cual los dos recurrieron a casi los mismos elementos para tratar de demostrar que los hechos pudieron ocurrir de dos formas distintas. Los alegatos, con los cuales se cerró el juicio oral, tuvieron pasajes rigurosos y otros efectistas, por ejemplo cuando el fiscal dibujó un plano del lugar del hecho para exponer su teoría y después la defensa, utilizando el mismo croquis, planteó su versión diametralmente opuesta.
Al término de la audiencia, Ibáñez se declaró inocente. Entre lágrimas, aseguró que amaba a sus hijos, dijo que desde sus muertes lleva un dolor permanente y que no le importa lo que suceda con su vida (ver aparte).
El fiscal Ladislao Simon no le cree, a punto tal que afirmó que Ibáñez cometió los crímenes para "deshacerse de ellos" e iniciar una nueva vida "sin obstáculos". El defensor Eves Tejeda, en cambio, la presentó como víctima de un marido violento al que tuvo que matar para salvar su vida (ver aparte).
La Cámara Penal que integran Víctor Martínez, Enrique Modina y Oscar Rodeiro, dará a conocer el fallo el próximo 24, después de la feria judicial, en Zapala.
Sara Ibáñez (36) está acusada de asesinar a su esposo Fabián Blanco (29) y a su hijos Ulises (2) y Magalí (5). El hecho habría ocurrido a las 3.30 del 22 de diciembre de 1999 en la vivienda que ocupaban junto al aeropuerto local, pero recién lo descubrió un allegado a la familia el 24 de diciembre a mediodía. Todo ese tiempo la mujer estuvo junto a los cadáveres. Cuando la hallaron tenía un profundo corte en la garganta que casi le llegaba a la tráquea.
Ayer en la sala de Copelco se realizó la segunda audiencia (la primera había sido el 21 de junio pasado). Mientras en las ventanas soplaba un viento feroz, y en el interior de la sala familiares de la imputada y de las víctimas lloraban sin parar, el fiscal y el defensor pronunciaron sus alegatos.

Un plano, dos versiones

Basándose en las pruebas recogidas en el expediente, Simon planteó su hipótesis de cómo ocurrieron los hechos. Para apoyar su exposición se puso de pie y en un pizarrón dibujó el dormitorio familiar, ubicó las tres camas en las cuales dormían las víctimas (la matrimonial y las de los hijos) y trazó los desplazamientos de los protagonistas.
A las 3.30 del 22 de diciembre de 1999 Sara Ibáñez ingresó a la habitación y "se acercó primero a quien más odiaba, a quien la había golpeado: Fabián Blanco", empezó el fiscal. "Lo hizo armada con un cuchillo y una carabina calibre 22. Primero lo agredió en el cuello con el arma blanca. Al sentirse herido, el hombre se incorporó. Quedaron frente a frente, y ella le disparó". La bala ingresó a la altura de la tetilla izquierda y seccionó la aorta. "Hubo un forcejeo entre ambos y se cayó el cargador del arma de fuego, que quedó bajo el cuerpo del hombre", siguió el fiscal.
"El disparo y los gritos despertaron a Magalí", de 5 años. "La niña se incorporó en su cama. En ese momento, Sara Ibáñez sólo tenía el cuchillo en sus manos. Se abalanzó sobre ella y le cortó el cuello con una profundidad que llegó a la columna cervical. Prácticamente le seccionó la cabeza", enfatizó Simon.
El fiscal trazó otra línea sobre el croquis, desde la posición de Ibáñez hasta la cuna de Ulises, de 2 años.
"Con sangre fría se procuró de otra arma de fuego: el revólver calibre 22 que había en la casa. Se acercó al hijo, le seccionó el cuello con el cuchillo, apoyó el arma de fuego en su cabeza y apretó el gatillo".
Sentada junto a su abogado, Ibáñez se estremecía como si volviera a escuchar los estampidos. El fiscal siguió: "ella volvió junto al cuerpo de su esposo, apoyó el cañón del revólver en el orificio por donde había entrado el proyectil de la carabina y gatilló dos veces más". Por último, simuló un ataque cortándose el cuello con el cuchillo.
Cuando el fiscal terminó su exposición, el defensor Tejeda anunció que utilizaría el mismo croquis para demostrar que los hechos "ocurrieron de otra manera" y "sin tocar una sola línea de lo que está dibujado".
Y empezó: "Blanco llegó a su casa. El saludo afectuoso que le hizo a su esposa fue una trompada que le aflojó cuatro dientes. Así anuló a la única persona que podía impedir que cumpliera su macabra decisión".
"Entró a la pieza pero no se acostó a dormir. En pleno ataque de locura, buscó lo que había en la casa y atacó a la niña. Después hizo lo mismo con el varón. El arma la portaba él, porque como encargado de seguridad del aeropuerto, llevaba armas", dijo Tejeda.
Moviéndose sobre el plano dibujado por el fiscal, el defensor continuó: "después se encontró frente a frente con Sara Ibáñez, y ella le disparó con la carabina. Mató al que había matado a sus hijos. Y después intentó suicidarse".
"He usado las mismas pruebas que el fiscal. ¿Cuál de las dos versiones es la verdadera?", preguntó Tejeda a los jueces. "¿La del fiscal, que nos dice que Sara Ibáñez recibió a su esposo con un beso y después dijo "que linda oportunidad, están durmiendo, ahora los mato a todos", o esta otra: que al ver que asesinaban a sus hijos, ella mató al matador?".
La respuesta se conocerá con la sentencia, el próximo 24.

Foto:El fiscal Simon dibujó un croquis del lugar del hecho para ilustrar su hipótesis. El defensor le contestó con otra teoría utilizando el mismo plano.