Martes 12 de junio de 2001

MAS INFORMACIÓN.

La contradictoria menor obligó a postergar otra vez los alegatos

 

Piden que Torres vaya preso por encubrir

 

La fiscalía y la querella solicitaron que le apliquen tres años de prisión efectiva. Lo acusan de haber plantado una prueba. Los defensores pidieron la absolución y plantearon nulidades.

  CIPOLLETTI (AC).- La acusación coincidió. Tanto los querellantes como el fiscal, solicitaron que el ex comisario José Luis Torres sea condenado a tres años de prisión efectiva (la pena máxima que contempla la ley para el delito de encubrimiento) más inhabilitación por diez años.
En cambio los defensores del policía pidieron la absolución por dos motivos: inexistencia del delito y nulidad del procesamiento y de la elevación a juicio .
Los alegatos por esta causa conexa se realizaron durante la tarde. Antes de darle la palabra a los querellantes, el juez César López Meyer informó que el Tribunal había desechado un careo propuesto por la defensa.
Los abogados Jorge García Osella y Edgardo Vega querían poner frente a frente a los policías Ricardo Solís y Colmenares, pero los jueces no aceptaron la diligencia por entender que "no existe una contradicción tan tajante" entre los testigos.
Torres fue a juicio acusado de haber "plantado" una billetera en un procedimiento para involucrar más a Hilario Sepúlveda, el primer marginal detenido. Ayer, los querellantes y el fiscal Eduardo Scilipotti no sólo tuvieron en cuenta este hecho, sino además otros indicios:
•El basural donde se hizo el procedimiento ya había sido inspeccionado. "Esto nos da la pauta de que se iba preparando el terreno", mencionaron.
•Torres era el jefe de la brigada de investigaciones y dio la orden para que el personal a su cargo saliera a buscar a Sepúlveda. Torres se encontraba de licencia y actuó en el caso. La detención fue violenta.
•Fue condenado por asociación ilícita junto a Guillermo González Pino, uno de los imputados por el triple crimen.
Por estos y otros motivos, el abogado de la familia González, José O"Reilly, manifestó que la conducta de Torres no debía analizarse en forma aislada.
"El subcomisario Torres, tal como lo manifestó el testigo Solís, puso la billetera para reforzar todo lo demás que estaba haciendo", consideró O"Reilly, quien además recordó los testimonios de otros policías que dijeron que "Torres plantaba pruebas".
El abogado de la familia Villar, Fernando Dalmazzo, también defendió la declaración de Solís y criticó al policía Héctor Sánchez, quien durante la instrucción había avalado los dichos de este testigo pero en el juicio no recordó nada. Por ese motivo solicitó que se evalúe un presunto falso testimonio.
El fiscal Eduardo Scilipotti coincidió con los fundamentos de los dos querellantes e hizo algunas acotaciones. "Si Torres pensaba que Sepúlveda no usaba billetera como declaró, por qué en ese procedimiento intentó hacerle ver al fiscal de instrucción que adentro decía Pelado (apodo del por entonces detenido)".
"Miente como ha mentido siempre en esta causa y en alguna otra que he tenido participación", dijo Scilipotti.
El fiscal destacó que el imputado no logró torcer el testimonio de Solís ni siquiera en el careo que se hizo entre ambos.
Torres escuchaba los alegatos sin hacer gestos, con la vista baja.
"No importa de dónde sacó Torres la billetera -siguió el fiscal-; acá importa si la puso o no la puso y evidentemente la puso", añadió. Al igual que los querellantes, Scilipotti pidió que sea condenado a la pena máxima que contempla el delito de encubrimiento e inhabilitación por diez años, con costas.
Torres, no levantó la cabeza. Tomó un poco de agua y esperó los argumentos de la defesa.
Fue entonces cuando Vega comenzó a hacer un detallado análisis de las pruebas utilizadas en contra del policía. Para destruir la base principal de la acusación, empezó por señalar las distintas circunstancias que rodeaban el testimonio de Solís "y que no lo hacen creíble". También habló de las otras declaraciones tenidas en cuenta durante la instrucción, que en el debate perdieron fuerza.
"Este caso queda resumido en un testimonio único: el de Solís", dijo. Y basándose en otros fundamentos, pidió la absolución por inexistencia del delito que se le imputa.

Adujeron que no supo de qué defenderse

CIPOLLETTI (AC)- Jorge García Osella dijo ayer que la elevación a juicio de la causa contra su defendido José Luis Torres "es nula" porque "se vulneró su derecho de defensa", ya que no se le explicó correctamente de qué delito debía defenderse. El fiscal Eduardo Scilipotti, por su parte, consideró "tragicómico" que "hoy se diga que Torres no sabe de qué tiene que defenderse".
La argumentación de García Osella fue puramente técnica. Dijo que el fiscal Alvaro Meynet elevó la causa a juicio acusando a Torres de un delito, pero en la instrucción el juez Pablo Iribarren le había imputado otro.
En la elevación a juicio, Meynet escribió que Torres plantó la billetera para sumar una prueba más contra Hilario Sepúlveda, "facilitando de tal suerte que los verdaderos autores eludieran la acción de la justicia".
Cuando Torres fue indagado, el juez le informó de qué delito se lo acusaba para que pudiera defenderse.
En esa oportunidad, explicó García Osella, Iribarren no le hizo saber a Torres que estaba acusado de plantar una prueba "para facilitar que los verdaderos autores eludieran la acción de la justicia", sino solamente de plantar una prueba para perjudicar a Sepúlveda.
A criterio del abogado, esta "grosería procesal" vuelve nulo el auto de procesamiento dictado contra Torres y la elevación a juicio de la causa.
Estos argumentos fueron calificados de "tragicómicos" por el fiscal Scilipotti, lo que motivó un fuerte cruce verbal con García Osella que terminó a las risas, cuando el defensor dijo: "usted señor fiscal me hace enojar".
Antes, el abogado se había quejado por "las numerosas arbitrariedades que sufrimos durante todo el proceso", y dijo que el juez Iribarren exhibió "una total ineficiencia en el manejo de todas estas causas".
Criticó al magistrado instructor porque "denegó reiteradas pruebas pedidas por la defensa; no produjo pruebas sugeridas; rechazó pedidos de ampliación de pericias", entre otras acciones.
En definitiva, pidió que se absuelva a Torres por falta de delito o que se declaren nulos el procesamiento y la elevación a juicio.

Los forenses de la Corte ratificaron su postura

CIPOLLETTI (AC)- El médico legista de la Corte Suprema Fernando Trezza miró fijamente a Ulises González y le dijo con sequedad: "usted tiene que creernos a nosotros".
El padre de las hermanas asesinadas se disgustó por ese gesto y se fue sin despedirse de los forenses que introdujeron una extraña interpretación sobre los horarios de las muertes de las víctimas.
El episodio, que recién se conoció ayer a través de testigos que lo presenciaron, ocurrió cuando Trezza y su colega Oscar Lossetti se presentaron a declarar ante el Tribunal.
También se informó ayer, pero oficialmente, que los forenses ratificaron sus conclusiones mediante un escrito enviado a la Cámara: para ellos, las víctimas murieron entre las 7 y las 19 del lunes, a pesar de que esta conclusión -a la que llegaron después de observar un video- no encaja con el resto del expediente.
Durante su paso por el estrado de los testigos, Trezza y Lossetti hicieron gala de una incuestionable capacidad y de un tono didáctico para exponer, algo que no criticó ni siquiera Ismael Hamdan, el forense que hizo las autopsias. Lo que se cuestionó fueron las apreciaciones de los expertos de la Corte.
Allí donde ellos vieron rigideces cadavéricas (siempre observando el video de las autopsias), Hamdan (que sí estuvo en contacto con los cuerpos) observó otro fenómeno.
La convocatoria a los forenses de la Corte fue una de las más controvertidas decisiones que adoptó el Tribunal.
Algunos lo asociaron con antiguas diferencias entre el presidente de la Cámara, César López Meyer, y el forense Hamdan.
"Históricamente, este tribunal nunca aceptó en forma pacífica los informes de Hamdan", dijo una fuente a este diario.

Verani no recuerda

CIPOLLETTI (AC)- "No recuerdo haber tenido en mi poder croquis alguno realizado por Claudio Kielmasz". Esa fue la escueta respuesta del gobernador Pablo Verani al pliego de preguntas remitido por el Tribunal.
Tal como había anticipado este diario, Verani no se contradijo con lo que venía diciendo. Su declaración no cierra el controvertido capítulo del croquis sino que le agrega un previsible eslabón. La fiscalía ya anticipó que está analizando si abre una causa aparte para investigar el episodio, y así tratar de determinar cómo una prueba judicial llegó al bolsillo del gobernador antes que al expediente.
Como se ha informado reiteradas veces, los familiares de las víctimas aseguran que Verani les entregó un croquis del lugar del hecho dibujado por Kielmasz. En el momento que lo vieron el mapa no estaba incorporado a la causa que manejaba el juez Pablo Iribarren.
Verani nunca negó esa circunstancia, sólo alegó que no la recordaba. Y planteó que si lo recordara, no tendría problema en admitirla. Pero la cuestión no es tan sencilla, porque en ese caso tendría que explicar cómo obtuvo esa prueba judicial sin ser parte en la causa.

   
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