Tormentoso careo entre Torres y el policía que lo acusa

Trató a Solís de "mala persona" que "ensucia gente sin ton ni son".El testigo protegido se mantuvo sereno y firme en la acusación.Sin embargo, al declarar pisó en falso ante preguntas de la defensa.

CIPOLLETTI (AC)- El ex comisario José Luis "Pollo" Torres protagonizó ayer un tormentoso careo con el cabo primero Ricardo Solís, quien lo acusa de haber plantado una prueba durante la investigación del triple crimen. "Este sujeto tiene antecedentes de mala persona y ensucia gente sin ton ni son", disparó Torres, nervioso a tal punto que los jueces le llamaron la atención para que no sea irrespetuoso. "Yo pensaba que usted era un buen jefe, pero nos embarró la cancha", le respondió Solís, más sereno.
El careo fue tan duro que hasta provocó un entredicho entre el fiscal Eduardo Scilipotti y Jorge García Osella, defensor de Torres. Por su parte la tía de las hermanas González, Mary Mella, le gritó al oficial procesado: "no ensucies la memoria de Paula, nunca vuelvas a nombrarla", en alusión a un tramo de la declaración del "Pollo".
Antes del careo, Solís pasó un mal rato: la defensa de Torres lo sometió a un intenso interrogatorio durante el cual el testigo pisó varias veces en falso.
Todo esto ocurrió en el marco de la primera jornada del juicio oral por una de las causas conexas, en la que Torres está acusado de encubrimiento. Según la fiscalía, durante un procedimiento en un basural el policía "plantó" una billetera en un intento por perjudicar a Hilario Sepúlveda, que por entonces estaba detenido como autor de los asesinatos.
La billetera tenía la inscripción "Pelado" (apodo de Sepúlveda) y un número de teléfono. Esa acción fue observada por Solís, quien seis meses después lo denunció.
Torres se abstuvo de declarar; sólo dijo que era inocente. Solís, único testigo que se presentó ayer, relató ante el Tribunal cómo observó cuando su superior extraía de la campera la billetera, la arrojaba al piso, la ocultaba con la tapa de un recipiente para aceite de 20 litros y luego llamaba a los restantes participantes del procedimiento -entre ellos el fiscal Alvaro Meynet- para simular el hallazgo.
Agregó Solís que tardó seis meses en contar este episodio ante la justicia porque "no había garantías para denunciar a un superior".
García Osella y el codefensor Edgardo Vega lo bombardearon con preguntas y hasta se reservaron el derecho de pedir que se investigue a Solís por el delito de "omisión de denuncia", ya que por su condición de funcionario público debió informar de inmediato sobre lo que había visto.
Durante ese interrogatorio, el testigo protegido cayó en contradicciones. Por ejemplo, primero dijo que nunca había visto la billetera, pero después declaró que sí y hasta la describió: "calculo que era marrón o negra, su estado de conservación era bastante bueno". Sin embargo la billetera es negra y su estado es pésimo.
Por otra parte Solís insistió en que "acá hubo un gran armado para proteger a los verdaderos autores" del triple crimen, algo que ya había mencionado al declarar en la causa principal. Al igual que entonces la jueza María Evelina García le pidió precisiones: "díganos quién fue, cómo lo hizo. Usted no aporta pruebas, usted presenta tesis que no puede demostrar".
Después, Solís fue careado con Torres quien se sentó dándole la espalda a los familiares y estuvo muy nervioso. Incluso en un momento llamó "chanta" al policía federal Rodolfo Artese. El fiscal Eduardo Scilipotti se ofuscó: "el señor (por Torres) se cree el dueño del boliche. Sea respetuoso", gritó.
Eso le valió una mordaz réplica de García Osella: "sugiero que el fiscal le comente a Artese lo que pasó, tal vez le interese querellar por injurias a Torres".
Fiscal y defensor son viejos conocidos. Scilipotti fue el fiscal que pidió perpetua para dos acusados del doble crimen de Río Colorado; en ese entonces García Osella era juez del Superior Tribunal que anuló esa sentencia.
Por otra parte Torres relató algo de dudoso gusto: dijo que en una de sus noches de detención en la Alcaidía (estuvo preso por asociación ilícita) soñó con Paula González. Esto le valió el repudio de los familiares de la víctima (ver aparte).
Por esta causa conexa declararán, la semana próxima, tres testigos. En cuanto al expediente principal, en el que están imputados Claudio Kielmasz y Guillermo González Pino, la próxima actividad será el lunes cuando se presenten los forenses de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

No se pusieron de acuerdo

CIPOLLETTI (AC).- Dante Caballero y José Núñez no se pusieron de acuerdo ayer sobre el tenor de una charla que sostuvieron sobre lo que habría ocurrido durante un partido de fútbol femenino el domingo que desaparecieron las chicas.
Caballero había declarado que Núñez le dijo que ese domingo había un grupo que molestaba a las chicas que jugaban al fútbol, entre los que se distinguían un policía de Cinco Saltos llamado Sandro y un delincuente llamado Tulio. El policía, agregó, vendía drogas. Siempre según Caballero, Núñez se habría enterado de todo esto o por su hermano Miguel o por un técnico de fútbol llamado Sergio Zapata, ya que él no estuvo en la cancha.
José Núñez, en cambio, había declarado que fue Caballero el que le dio nombres de sospechosos.
Para aportar más confusión, Miguel Núñez y Zapata negaron haberle dado nombres a José Núñez.
El careo Caballero-José Núñez no despejó las incógnitas.
"Vos me nombraste a todas esas personas, cómo te las iba a nombrar yo si apenas te conocía", le reprochó José Núñez a Caballero. "Yo jamás hablé de nadie", repitió varias veces.
"No sé por qué cambias la declaración ahora. Vos sabés bien lo que me contaste", respondió sereno Caballero.

Foto: Torres se abstuvo de declarar, pero después se prestó al careo con el suboficial que lo acusa de "plantar" una prueba contra Sepúlveda.