Domingo 29 de abril de 2001

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Sopeña era un apasionado de la Patagonia

 

Conmoción por tragedia: Diez muertos en un accidente aéreo: entre ellos el presidente de Techint y el periodista Sopeña

 

Todos los pasajeros perdieron la vida cuando cayó la avioneta en que viajaban sobre un campo inundado, en Roque Pérez , provincia de Buenos Aires. Se dirigían hacia Santa Cruz para rendir homenaje al perito Francisco Moreno. Entre las víctimas figura el directivo de Parques Nacionales José Luis Fonrouge.

  El empresario Agostino Rocca, presidente de la empresa Techint, el secretario General de redacción del diario La Nación, Germán Sopeña , el directivo de Parques Nacionales José Luis Fonrouge y otras siete personas murieron ayer al caer la avioneta privada en la que viajaban sobre un campo inundado de la localidad de Roque Pérez.
El trágico accidente que conmocionó a todo el país se produjo a las 6.15 cuando la avioneta Cessna 208 Caravan, matrícula LV-WSC, con nueve pasajeros y un piloto, se precipitó en la estancia "El socorro", en el paraje Tronconi, a unos 17 kilómetros de Roque Pérez, en cercanías de la ruta 205.
El presidente Fernando De la Rúa, informado de inmediato del accidente, fue uno de los primeros en expresar su "más profundo pesar" a la familia de las víctimas fatales de la tragedia.
Según indicaron a DyN fuentes de la Fuerza Aérea, la avioneta perteneciente a la empresa privada Lesgands Jorasses S.A. había despegado del aeropuerto de San Fernando con destino a Trelew. Desde allí, las víctimas tenían previsto trasladarse hasta la ciudad de El Calafate, en la provincia de Santa Cruz, para concurrir hasta un paraje conocido como "Punto Bandera", lugar elegido en 1877 por el perito Francisco P. Moreno para colocar una enseñanza nacional que simbolizara el descubrimiento del glaciar que lleva su nombre.
Las muertes de Rocca, Sopeña y Fonrouge fueron confirmadas por allegados a las víctimas así como la del piloto de la nave, Raúl Tejedor, de 40 años, por parte de la Fuerza Aérea.
Asimismo, extraoficialmente se indicó que en la aeronave, también viajarían la esposa de Fonrouge, Mariel; la hija del matrimonio, Carola; el presidente del capítulo argentino del Explorer Club, Adrián Giménez Hudton; Alfredo Fragueiro, directivo de Parques Nacionales y su hijo, y Federica Marchetti.
De todos modos se aguardaba la información oficial sobre la nómina completa de fallecidos.
En el vuelo también debía viajar el secretario de Turismo de la Nación, Hernán Lombardi, quien a último momento desistió de volar a raíz de una reunión que debió mantener con De la Rúa.

Una fuerte explosión, tras las fallas del motor

Si bien no se informó oficialmente sobre las causas del accidente, el oficial de Escuadra de bomberos de Roque Pérez, Carlos Butaro, dijo a DyN que un "puestero de la zona escuchó fallas en el motor y luego una fuerte explosión".
De acuerdo con las primeras estimaciones, la aeronave se habría precipitado en forma frontal y con una gran potencia, lo que habría provocado que no haya sobrevivientes.
La nave, color blanco y bordó, quedó completamente destrozada dentro de un campo privado perteneciente a una familia de apellido Tronconi, en una zona anegada.
Siete de los cuerpos quedaron aprisionados entre el fuselaje totalmente destrozado de la aeronave y las otras víctimas salieron despedidas, y sus cuerpos fueron hallados en un radio de cinco metros del accidente.
Personal policial, de bomberos, de Defensa Civil y del hospital local debió concurrir al lugar en camioneta hasta unos 500 metros de la zona del siniestro y luego continuar a pie o en 4x4, para proceder al rescate de los cuerpos ya que había entre 30 y 50 centímetros de agua.
También concurrieron al lugar peritos de la Junta de Investigaciones de Accidentes de Aviación Civil de la Fuerza Aérea para realizar los peritajes correspondientes y determinar las causas del accidente, el ministro de Seguridad bonaerense Ramón Verón, quien coordinó los operativos y el juez Juan José Comparato, a cargo de la investigación.

Un trabajo intenso para rescatar cadáveres

Los peritos debieron trabajar intensamente con herramientas de corte para rescatar a algunas de las víctimas debido al estado de la nave, con capacidad para 15 plazas.
Los cuerpos, la mayoría de los cuales estaba irreconocible, fueron derivados a las morgues judiciales de las ciudades de Roque Pérez y de Saladillo, hasta donde llegaron algunos familiares de las víctimas, en medio de un clima de consternación.
El trágico accidente causó gran conmoción en el ambiente empresario, político y periodístico ante los trascendidos del fallecimiento de importantes directivos de Techint, una de las empresas más importantes del país, con actividades en distintos ámbitos.
Según recordó gente de la zona, este es el segundo accidente fatal que sufre una avioneta en Roque Pérez, donde ya se había producido otro desastre aéreo, en 1958.
(DyN)

"Una gran pérdida para la montaña", se resignan en Bariloche

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB)- "Un accidente increíble y una gran pérdida para la montaña", aseguró Edgard Kîpcke, quien resumió la opinión de los montañeses al enterarse de la tragedia.
Kîpcke preside la Comisión de Auxilio del Club Andino Bariloche, se encarga de rescatar a personas en montaña y es además amigo de la familia Fonrouge, de Agostino Rocca, Germán Sopeña y Alfredo Frageiro. "Los cuatro fueron montañeses de alma y tenían un gran cariño por la Patagonia", explicó Kîpcke.
Similares opiniones se vertieron desde la Asociación Argentina de Guías de Montaña y desde la Federación Argentina de Ski y Andinismo. En esta última Fonrouge fue dirigente hace algunos años.
José Luis Fonrouge fue uno de los escaladores argentinos más exitosos en la montaña. Realizó la segunda ascensión al cerro Fitz Roy y al Aconcagua por su pared sur y más de un centenar de montañas por todo el mundo. Sus escaladas pueden revivirse en el libro "Horizontes verticales en la Patagonia". También Alfredo Frageiro fue un andinista con mediana experiencia. En su juventud recorrió y escaló varias montañas en la Patagonia. Fue gerente del hotel Llao Llao en su reinauguración y actualmente se desempeñaba en idéntico cargo en la Estancia Cristina, en el lago Argentino.
Agostino Rocca recorrió junto a Fonrouge y Sopeña numerosas montañas en la cordillera. Entre ellas escaló el Aconcagua. Fue un empresario en sus horas de trabajo y un amante de las montañas las 24 horas de la jornada. Impulsó los "Cuadernos Patagónicos de Techint", una de las mejores publicaciones del sur argentino. En su libro, relata el vuelo inaugural del Cessna Caravan que cayera ayer en Buenos Aires. En dicho vuelo participaron Tejedor, Fonrouge y su esposa, Rocca y Sopeña.

Una etapa del andinismo queda atrás, con la desaparición de Fonrouge

La muerte de José Luis Fonrouge, fallecido en el accidente aéreo registrado en Roque Pérez, donde murieron también su mujer y su hija, enluta a todo el montañismo del país, que recuerda todavía entre las hazañas del andinista cuando en 1965 alcanzó la cumbre del Fitz Roy.
Nacido en 1942, Jose Luis Fonrouge estaba casado con María Elena Tezanos Pinto y tenía tres hijos. Su mujer y su hija Carola fallecieron también en el accidente. Fue presidente del Centro Andino Buenos Aires y en la actualidad era uno de los directores de la Administración de Parques Nacionales.
El periodista de este diario y andinista Toncek Arko, de Bariloche, dijo que "Fonrouge animó el último período romántico del andinismo cordillerano, cuando la Patagonia permanecía aún inexplorada y la mayoría de las montañas sin ascender".
"La Argentina tuvo que esperar dos décadas para que otros andinistas argentinos repitan las escaladas memorables de José Luis", destacó Arko.
Y recordó que Fonrouge empezó a escalar en Bariloche, cuando llegó integrando un grupo de jóvenes mochileros. A los 15 años volvió para asistir a un curso de escalada en el cerro López, dictado por Carlos Sontag, y en enero de 1958 coronó el cerro Pirámide, en Esquel, ascensión que nunca se repitió.
A los dieciséis años ya había escalado el monte Paine, en Chile; a los diecisiete logró la cima del cerro Chani, en Salta, de 6.250 metros y luego viajó a Europa, a Chamonix, y regresó con su título de guía de alta montaña.
Fueron los franceses (Poulet, Paragot, Lesseur, Berardini, Dagory y Denis) los primeros en desafiar la pared sur del Fitz Roy (3.500 metros) con éxito; Fonrouge y Carlos Comesaña lo harían en enero de 1965, a través de la Supercanalera. Llegarían a la cumbre en tres días, entre subida y bajada, sin el auxilio de cuerdas.
Y en el libro del refugio de piedra, en la zona norte del Parque Nacional Los Glaciares, donde dejan su huella todos los que se atrevieron a desafiar a la montaña mágica de la Patagonia, Fonrouge describió una aventura con dragones y caballeros de armaduras, cabalgando sobre abismos.
También llegó a la cima del Aconcagua (de 6.989) por la complicada Pared Sur y en 1971, Fonrouge participó de la segunda expedición argentina al Everest.

La felicidad, siempre cerca del peligro

A principios de la década del ochenta vio por televisión a dos andinistas ingleses descendiendo en kayak por el río Dudkhosi, que baja del Everest, y comenzó con esta actividad de aguas blancas, por los ríos Limay, el Traful, el Manso o el Atuel.
Su vida siempre estuvo en contacto con la naturaleza: cerca de la montaña, como andinista, y sobre su kayac cruzó los ríos más turbulentos del país: "encuentro paralelismo entre ambas actividades", mencionó en varias oportunidades.
"Yo me considero un autodidacta", decía Fonrouge, para quien la naturaleza era un misterio a develar, que sólo se entreabría para algunos y les regalaba un momento, "un estado de gracia".
"Ese estado se me dio cuando llegué a la cumbre del Fitz Roy, es una combinación de felicidad y extremo peligro (...) Sí, mi equilibrio con el Universo lo encuentro en la naturaleza", afirmó hace años en un reportaje.
En noviembre de 1999 Fonrouge presentó en Buenos Aires su primer y único libro de montaña, titulado "Horizontes verticales en la Patagonia", en el que relata sus ascensos andinos, durante los años cincuenta y sesenta. Una época que definitivamente quedó atrás. Así lo aseguraban ayer las caras que "Río Negro" vió entre montañistas notables y queridos de Bariloche. "Con esta tragedia, la montaña ya no será la misma", confiaban con lágrimas en los ojos. Y con tremendo dolor.

Fotos. Consternación se vive en los ámbitos empresariales, periodísticos, políticos y de la montaña por la muerte de Agostino Rocca (foto 1), Germán Sopeña (foto 2) y José Luis Fonrouge (foto 3), entre otros, al estrellarse la avioneta en que viajaban.

   
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