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Sobran las carencias y la demanda aumenta en los centros periféricos

Río Negro pretende que sean el eje de la descentralización de la atención de salud.

ROCA (AR).- En pleno siglo XXI hay rionegrinos que para esperar una respuesta a sus problemas de salud deben hacer cola en la calle porque la salita donde los atienden no tiene paredes internas que preserven la intimidad de los pacientes.
Hay otros que hasta ayer convivieron cuatro semanas con bolsas de residuos patológicos en la vereda del centro periférico porque la empresa que los recoge no llega a un acuerdo con las autoridades de Salud. Y varios más que llegaron en busca de asistencia y se encontraron con las puertas cerradas porque la doctora y los agentes sanitarios se fueron porque el frío se hacía insoportable ante la falta de gas.
Pero el diagnóstico de la situación no termina allí. En algunos centros, por ejemplo de Cipolletti, dependen de la urgente llegada de partidas desde Viedma, porque tienen tantas carencias que casi no pueden funcionar..
De los remedios casi no hay existencia y la respuesta "no tenemos" es una constante.
Esta dura realidad no llega a través de la televisión y se repite como un calco en muchos de los centros periféricos rionegrinos.
Está a unos pocos kilómetros del centro en cada una de las ciudades de la provincia y demuestra que a cuatro meses de que el gobierno anunciara la descentralización de la atención primaria de salud en los centros periféricos, lejos se está de alcanzar el objetivo.
Este diario recorrió los puestos dedicados a prevenir y atender las urgencias en los sectores más carenciados de las ciudades rionegrinas con mayor concentración poblacional y halló todo tipo de carencias. Lo visto en Roca, Cipolletti, Bariloche, Choele Choel y Viedma sirve como muestra para advertir la crisis que nace en las dificultades presupuestarias y repercute en cada una de las familias que no recibe la contención necesaria.
Por su parte, los responsables hospitalarios reconocen que las partidas de medicamentos enviadas hacia los centros periféricos no alcanzan y eso los obliga a revisar constantemente las demandas para intentar solucionar problemas específicos .
La faltante de insumos es una constante y los encargados de los puestos sanitarios de los barrios alejados de los radios céntricos aseguran que lo recibido mensualmente a través del Prozome no alcanza ni siquiera para cubrir la mitad de la demanda. Para graficar, explicaron que algunos remedios-como el Parazetamol, que se pide mucho porque controla el estado febril y la varicela- no llega hace dos meses.
Sin embargo, el riesgo más grande para los habitantes de los barrios periféricos -al menos en Roca- se vivió hasta ayer, cuando al fin recogieron los residuos patológicos que esperaban desde hace cuatro semanas en las veredas porque la empresa encargada del servicio no cobró y no los retiró. Agentes sanitarios reconocieron que la acumulación los dejó sin las bolsas especiales y tuvieron que empezar a desechar todo en bolsas de supermercados.
En este sentido, el director del hospital, Mario Rivoire, explicó que "la demora ocurrió en los centros más alejados y se debió a que hubo una falta de acuerdo con la empresa que presta el servicio sobre las condiciones de contratación".
El proyecto de descentralización de la atención primaria anunciado por el secretario de Salud Pública, Claudio Di Tella, a fines de diciembre pasado habla de la firma de un convenio con la Federación Médica para que en cada centro periférico haya un pediatra, un ginecólogo y un médico generalista. De esta manera se evitaría que los vecinos de los barrios en los que hay un centro periférico se agolpen en los hospitales para requerir una atención que pueden conseguir a pocas cuadras de su casa.
Los agentes sanitarios que todos los días atienden a la gente y palpan su realidad minuto a minuto son escépticos en cuanto al acuerdo que se firmaría en mayo. "Les van a pagar un montón de plata, vendrán y no podrán hacer nada. No tenemos ni gas para mantener con temperatura los consultorios, menos podemos esperar que lleguen insumos necesarios para los especialistas", señaló una encargada en Roca.

Hay que esperar a la intemperie

El barrio La Costa está a cuatro kilómetros al este de La Rivera y a unos seis al oeste de Stefenelli, los puntos más cercanos que tienen como referencia las 50 familias del lugar. Tamañas distancias hacen que los vecinos tengan que esperar a la intemperie para poder hablar con la médica que los visita una vez por semana. Aunque el frío sea cada vez más intenso, tienen que hacer cola en la calle porque "el consultorio" es una habitación que no tiene paredes interiores y se busca preservar la intimidad de los pacientes cuando deben desvestirse ante la doctora.
Así reciben la atención programada muchas madres con sus chicos. La tarea se basa en los controles a embarazadas, vacunación y charlas preventivas. Sin embargo, están a cargo de solucionar otros problemas, porque el colectivo sólo pasa tres veces por día y la mayoría de los vecinos no tiene cómo llegar a los centros periféricos próximos.
Así es que esperan hasta el jueves, el único día de la semana que los visita la médica, que atiende un promedio de 20 consultas en cada oportunidad.
El único espacio para la salud en La Costa cuenta con un brasero para calentar el ambiente. Hay que tener en cuenta que el espacio que ocupa pertenece al centro comunitario, porque la salita que estaban construyendo dejó de sumar ladrillos hace más de un año.
Los vecinos dicen que no saben cómo harán cuando tengan que ir a consultar a la doctora y esté lloviendo, porque "igual tendremos que esperar afuera". También comentaron que recibieron la promesa de que antes del invierno colocarían una separación, pero "hasta no verla no se puede creer en palabras que casi siempre se lleva el viento", comentó un padre de familia consultado.
Por otra parte, en los centros periféricos roquenses el frío de los últimos días pegó fuerte. Un relevamiento que hizo el representante de los trabajadores en el Consejo Local de Salud por los 11 centros de Roca advirtió que la falta de pago a la empresa que provee los tubos de gas dejó sin calor varias jornadas.

Foto: En esta salita, que es del barrio La Costa, en Roca, los pacientes deben esperar afuera, porque adentro no hay paredes divisorias para preservar la intimidad.